catorce

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Sonreí cuando sus ojos verdes me miraron y me acerqué para dejar un beso en sus labios, para luego poner mi cabeza sobre su pecho. Estaba feliz, más de lo que alguna vez estuve y estar aquí con él, compartiendo la misma cama me hace darme cuenta de lo que hace unos días atrás, trataba de ocultar. Me gustaba él, toda su persona y todo lo que me hacía sentir. Lo sé porque incluso con Edward, no me había sentido así, la monotonía de mi vida había desaparecido. Debería inundarme la tristeza y retractarme de hacer lo que sé que está mal, pero el deseo de descubrir a donde me puede llevar esto que tengo con Harry es más fuerte que cualquier otra cosa.

"Estoy feliz." Admití, levantando mi cabeza de su pecho para observarlo a los ojos, los cuales se encontraban más claros de lo normal. Una sonrisa apareció en sus labios y besó mis cabello para luego darle suaves caricias.

"Tú me haces feliz." Volví a acomodar mi cabeza, escuchando los latidos de su corazón, que me brindaban paz y tranquilidad. "Antes de que aparecieras, todo era trabajo. Mi mente estaba ocupada la mayor parte del tiempo pensando en eso, en los contratos que tenía que cerrar y las reuniones a las que tenía que atender y eso cambió cuando te conocí aquella noche. No has abandonado mi mente desde ese día y ahora que te tengo justo aquí, entre mis brazos, me alegro de haberte conocido."

"Eres algo bueno en mi vida. Bueno, tú y mi..."

"Bebé." Completó por mi y asentí. Me despegué nuevamente de él para mirarlo.

"Lamento no habért–"

Me calló con un beso y cuando nos separamos se apresuró a decir: "Serás una increíble mamá."

El rubor no tardo en aparecer en mis mejillas pero no me detuvo de preguntarle.

"¿Qué te hace creerlo?"

"Porque eres fantástica, afectiva, te preocupas por las personas..." a medida que decía todas mis cualidades, agregando algunas que no sabía que tenía, me iba girando hasta que él quedó encima de mi, colocando sus manos detrás de mi cabeza para sostenerse y no aplastarme. "... y por todas esas cosas, creo que serás una buena mamá y la más bonita de todas."

"Eres muy romántico cuando te lo propones."

"Sólo contigo." Me besó y se levantó para buscar lo que imaginé la puerta del baño dentro de la habitación mientras que mis ojos no dejaban de ver toda su anatomía. Mordí mi labio sin dejar de observarlo y en el momento que giró, una sonrisa pícara apareció en mis labios.

"¿Te gusta lo que ves?"

"Mucho." Dije al mismo tiempo que despegaba mi vista de su desnudez y lo veía a la cara, donde una sonrisa albergaba. "El baño está al frente."

Él asintió y desapareció por la puerta. Yo por mi lado, decidí levantarme de la cama, tomando la sábana para cubrir mi cuerpo y dirigirme a la sala para revisar mi celular. No tenía llamadas perdidas o mensajes de Edward. Probablemente estaba en el trabajo, lo que me daba un poco de tranquilidad y tiempo para regresar a la casa sin levantar sospechas.

"¿Venus?" Alcé la vista para verlo ya vestido con su traje y sonreí. "¿Estás bien?"

"Mejor que nunca." Respondí, dejando el celular de un lado y levantándome, cubriéndome con la misma sábana que compartimos no hace mucho, para dirigirme hacia él y dejar un casto beso sobre sus labios. "¿Ya te tienes que ir?" Pregunté mientras acomodaba su corbata.

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