dieciocho

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Me bajé del auto, no sin antes pagarle al conductor quien me hizo una interesante plática en todo el camino. Le sonreí por última vez y él amistosamente me deseó un buen día. Eso pretendía tener, al menos eso planeaba.

Me adentré al lujoso hotel y me detuve en la recepción, sorprendiéndome al ver a la misma muchacha que nos atendió, a Edward y a mi, la misma noche en la que conocí a Harry. Me acerqué a ella y ella amablemente me sonrió, saludándome como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo. Algo me dice que Harry está involucrado en ello, ya que ni siquiera tenía idea de como se llamaba.

"Quizás no me recuerde..." Intentó decir al percatarse de mi gesto de confusión, sin embargo no la dejé terminar.

"Te recuerdo..." achiqué mis ojos para leer su nombre en su camisa. "... Alex, mi nombre es Venus Wright pero eso ya lo sabes." Reí y ella se unió a mi, mostrando su perfecta dentadura.

Era una muchacha muy bonita, su cabello azabache estaba recogido en un perfecto moño que la hacía lucir más seria, pero sin quitarle el aspecto jovial que cargaba. Le calculaba más o menos mi edad, aunque a diferencia de mi, ella lucía más rozagante, viva y espléndida.

"No la conozco solamente por el Señor Styles, soy una gran fan de usted. Sus diseños son maravillosos, hacen que cualquier mujer deseara casarme con tan sólo verlos." Escucharla diciéndolo con tanta emoción, me hizo sonreír y ella al notarlo, se sonrojó.

"Me alegra escucharlo, Alex."

"También lamento su pérdida. Debió ser duro." Mi sonrisa se borró y mi miré mis manos, las cuales se encontraban entrelazadas dándole vueltas a mi anillo de matrimonio.

"Lo fue." Carraspeé y volví a mirarla, regresando al por qué realmente estaba aquí. "¿Está el Señor Styles?"

Ella hizo una mueca y asintió, estirando su mano para que la siguiera. Caminamos por toda la sala hasta parar enfrente de una puerta que tenía la placa del nombre de Harry en letras doradas. Negué la cabeza porque no me sorprendía y Alex tocó la puerta, entrando al segundo de que escuchó la voz de su jefe.

"Aquí está la Señora Wright."

"Gracias, Alex, de aquí yo me encargo. No quiero interrupciones." dijo él levantándose y sosteniendo la puerta, guiñándole un ojo a la chica. Ella me sonrío y yo le devolví el gesto, cuando miré a Harry, este tenía su ceño fruncido.

"¿Qué?" Le pregunté, entrando de lleno a su oficina y escuché como cerraba la puerta con cerrojo incluido. Me sonreí para mirarlo con una sonrisa pícara.

"No sabía que te llevaras bien con mis empleados." Se acercó a mi lentamente. "No es que me moleste, de hecho me parece genial al igual que hayas salido de tu casa." Me rodeó con sus brazos y me dio un beso corto.

"Yo también me alegro de haberlo hecho, aunque sigo queriendo ayuda profesional." Él asintió y me hizo una seña para que me sentara en una de las sillas que tenía mientras que el rodeaba el escritorio y se regresó a donde estaba para entregarme una impresión. Se trataba de una psicóloga y al parecer era la mejor de la localidad.

"Ya llamé y agendé una cita para hoy. Te iba a llamar en un rato para contártelo pero te me adelantaste." Lo miré con ternura y volví a observar el papel. "Leí que es muy buena y ha ayudado en este tipo de casos, incluso puedo acompañarte en cada sesión si así lo quieres y esperarte el tiempo que dures con la doctora."

Me levanté del asiento y coloqué mis manos en su suave rostro para darle un beso. Después de unos segundos, su lengua se encontró con la mía y sus manos hicieron su camino a mi cintura y luego se dirigieron a mi trasero, dándole un apretón que me hizo gemir.

flaws | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora