flaws | h.s

siete

"No pued—"

"Sé que querías el collar, Vee. Te vi observándolo como todas, la diferencia es que en ellas no luciría tan bien, como lo hace contigo." Nuestras miradas estaban unidas mientras que decía cada palabra. Sus ojos se desviaron un segundo hacia mis labios hasta posarlos de nuevo en mis ojos. Tragué en seco. "Considéralo un regalo sin compromisos ni intereses de por medio. "

Asentí derrotada, aceptando el ostentoso collar. Él no tomaría un 'no' de mi parte y honestamente, tenía que admitir que él tenía razón. Yo quería este collar.

Harry sonrío victorioso y tomó mi mano para sacarnos de la oficina. Comenzamos a caminar entre la gente, quienes estaban esparcidos mientras conversaban de temas que ya había escuchado a Edward mencionar antes: dinero, acciones, nuevas adquisiciones y asociaciones entre empresas.

"¿Nos esconderemos?" Pregunté, recordando su mensaje. Él me sonrío.

"Mejor que eso, escaparemos." Amplió su sonrisa y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Era increíble como este hombre era capaz de causar en mi una revolución de sentimientos y sensaciones con una simple acción y tenía miedo de ello, porque estaba comenzando a experimentar muchas cosas en poco tiempo por él.

Me jaló suavemente de la mano y nos guió hasta la salida. El chico que se encargaba de los autos, le entregó la llave a Harry y este último le guiñó el ojo.

-

"¿Cómo soportas ir a esos eventos y escuchar los mismos temas de siempre?" Le pregunté, mordiendo la hamburguesa que habíamos pasado a comprar antes de venir a los jardines donde nos conocimos.

"Los años hacen que te acostumbres." Se encogió de hombros. "De todos modos, no es como si siempre prestara atención."

"Llevo cinco y no veo progresos" Reímos al unísono. "Dudo que alguna vez disfrute uno de esos eventos."

"Hoy parecía todo lo contrario."

Es cierto.

Me divertí tanto con Harry, que incluso me había olvidado de que Edward me dejó sola en esa gala benéfica. Harry tiene ese algo que hace que me olvide un rato de la realidad de mi vida.

Las horas pasaron entre palabras y risas hasta que vi la hora y le dije que ya era hora de irme. Me sentí mal por un momento, porque me la estaba pasando increíble con él pero tampoco debía olvidarme que tenía un esposo, quien probablemente ya estaba en casa.

Miré a mi casa y luego a Harry, éste me sonrío levemente y le devolví el gesto. Me acerqué para dejar un beso en su mejilla.

"Buenas noches, Harry." Musité y salí de su auto, no sin antes dedicarle una última mirada.

"Buenas noches, Vee."

Harry no se fue hasta que se aseguró de que estuviera dentro de la casa, lugar que tenía para mi sola el resto de la madrugada, ya que Edward todavía no había llegado.

Estaba comenzando a creer que esto de que llegara tarde o que desapareciera a mitad de la noche, ya no se trataba de trabajo, incluso si él decía que así era. No quería ser paranoica, pensando en infidelidad, pero ¿qué más sería si no?

Me saqué los tacones, como usualmente hago cada vez que llego y subí con ellos, en mi mano, hacia mi habitación y los dejé a un lado de la puerta. Me dirigí hacia el baño y me comencé a quitar los aretes, para luego quitarme el collar, el cual vi y sonreí. Lo puse en la caja que Harry me dio y la cerré. Recogí mi cabello, lavé mi cara y luego procedí a sacarme el vestido, para cambiarlo por una cómoda pijama.