ocho

104 19 3
                                    

Intenté abrir mis ojos, para buscar el molesto pitido que ya comenzaba a aturdir mis oídos, pero no pude. Los sentía pesado y mi garganta se encontraba seca.

Traté de hablar pero solo salió una queja de mis labios. Necesitaba agua, necesitaba moverme.

Las voces se hicieron presentes y no podía identificar alguna. Me estaba desesperando, por lo que conseguí abrir mis ojos, después de varios intentos. Parpadeé, adaptándome a la luz y observé a mi alrededor. Estaba en una habitación de hospital.

¿Que había pasado?

Recuerdo que estaba en la cocina y luego tomé el celular de Edward para responder la llamada y enterarme que tenía una hija. Después de eso, todo estaba negro.

¡Su hija!

Cuando creía que Edward ya no haría nada para destruir lo nuestro, había algo que lo superaba. Sentía que no lo conocía, que la persona con la que he estado compartiendo la cama ha sido todo, menos la persona de la que me enamoré.

"Hola, Venus, ¿cómo te sientes?" preguntó una enfermera, acomodando mi almohada.

"B-bien." Se me dificultó hablar.

"¿Te cuesta hablar?" Preguntó y asentí, por lo que ella se giró y tomó un vaso de agua para dármelo. Bebí del vaso y cerré mis ojos. Por fin, dejaba de sentir la amarga sensación en mi garganta. "¿Mejor?"

"Si, gracias." Traté de sonreír.

"El doctor estará contigo en unos momentos." Avisó y se salió de la habitación. Giré mi cabeza para encontrar a Edward y Claire observándome.

Se me acercaron lentamente y Claire se adelantó a tomar mi mano y acariciar mis nudillos, mientras que por otro lado, Edward se limitaba a mirar.

"¡Nos preocupamos tanto por ti, mi niña!" Exclamó. "¿Quieres que te traiga algo?"

"Estoy bien, Claire, gracias." Apreté su mano y miré a Edward, sin decirle nada. En ese momento, entró el Doctor y todos lo observamos, esperando a que nos diera respuestas, para poder irme de aquí.

"Soy el Doctor Sammuel y traigo buenas noticias. Muy buenas, debo decir." Dijo.

"¿Cómo puede ser bueno que se desmaye?" Preguntó incrédulo Edward y yo rodé mis ojos.

"El desmayo fue producto de un embarazo." Dijo Sammuel, quien luego giró para ver mi expresión, la cual fue una mezcla entre horror, felicidad y sorpresa. "Si, Venus, estás embarazada de 4 semanas."

Traté de sonreír pero en vez de ello, una mueca se formó en mis labios. No es que no estaba feliz por la noticia, es sólo que no estaba preparada aún para ser madre y menos cuando recién me entero de que mi esposo tiene una hija con alguien que él nunca me mencionó.

¿Qué más me escondía?

"Saldrás de aquí hoy mismo, pero te aconsejo que vayas lo antes posible con una ginecóloga para que lleves un control de tu embarazo." Asentí ante su indicación. "Incluso, si me lo permites, te puedo recomendar a una doctora muy buena." Volví a asentir y observé como escribía algo en una libreta y se lo entregaba a Edward, quien le sonrío levemente. "Cuídense." Me dijo refiriéndose al bebé y a mi, antes de salir por la puerta, no sin antes despedirse de todos.

flaws | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora