Todos comíamos en silencio después de que Edward llegara para llevarse a Venus. Después de todo fue buena idea llamar a Alec. No sabría como sería la reacción de su esposo si nos hubiese encontrado solamente a ambos; probablemente mal.
Ella nunca será completamente mía.
"Él es tan... insoportable." Dice Savannah, rompiendo el silencio. Tanto Alec como yo, la vimos mientras ella picaba con fuerza la comida con el tenedor.
"¿No te agrada?" Le preguntó mi amigo.
"No." Soltó el tenedor con fuerza. "Él es demasiado hipócrita para alguien como ella."
"¿Por qué dices eso?" Me tocó preguntar a mi, intrigado por lo que pudiera decir.
"Edward sólo se preocupa por billetes y cantidades de ellos, no por mi amiga." Terminó de decir la rubia, dándonos a entender que no diría más por lo que seguimos en seguir comiendo en silencio, hasta que pagamos la cuenta y nos despedimos para luego cada quien irse por su lado. Ellos dos se fueron en el lujoso auto de mi amigo y yo me subí en el mío, sacando rápidamente el celular de mi bolsillo trasero para teclearle un mensaje a Venus.
"Eso fue desastroso."
Me quedé unos largos minutos esperando por su respuesta, la cual nunca llegó. Por lo que decidí encender mi auto y dirigirme hacia el hotel.
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Una vez que terminé de bañarme, enrollé la toalla en mi cintura y revisé mi celular por décima vez, Venus todavía no respondía mi mensaje. Supongo que después de todo, lo que Edward tenía que mostrarle si era importante.
Me apresuré a vestirme, para poder acabar con el papeleo que no terminé, gracias al cuerpo de la morena que me estaba volviendo loco. Debería sentirme mal, porque su esposo es mi socio y nuestros negocios están yendo de maravilla, además de que nunca me he interferido en el matrimonio de alguien y bien cierto, que eso puede llegarle a causar problemas tanto a ella como a mi, pero soy demasiado egoísta como para dejarla ir, incluso si eso significa que debo compartirla y eso es algo que no me gusta para nada pero si esta es la forma en la que puedo tenerla, que así sea.
Bajé al lobby, saludando a algunas personas que me encontraba a medida de lo que caminaba hacia mi oficina, donde me llevé la sorpresa de encontrarme a una morena sentada sobre mi silla giratoria, sólo que no era la que yo quiero. Ésta en cambio de Venus, tiene los ojos color azul eléctrico que pudiesen haberme hipnotizado si no los conociera ya.
Reaccioné minutos después, cerrando la puerta y me dirigí hacia el escritorio de la manera más tranquila posible, aunque tranquilo no era como estaba exactamente.
"Hola Harry." Saludó con una sonrisa coqueta y relamí mis labios con una sonrisa forzada, mientras alzaba un poco mi pantalón para sentarme mejor en una esquina del escritorio.
"¿Qué haces aquí, Blair?"
"¿No es obvio? Vine por ti." Intentó poner una mano en mi rodilla y la tomé antes de que lo hiciera. No sé que quiere esta mujer, pero sé que no está aquí por mero gusto. Algo quiere.
Blair Williams siempre quiere algo.
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"Entonces estás perdiendo el tiempo, ahora si me disculpas debo continuar trabajando." Le hice una señal para que se levantara de mi silla, a lo que ella entendió perfectamente. Esperé a que se moviera para yo sentarme y pero en vez de ello, se paró enfrente mío. Su blusa tenía un gran escote que me fue imposible no ver, lo bueno fue que ello no me provocó nada. Quité mis ojos de la zona y le sonreí falsamente. "Encuentra otro idiota que caiga en tus juegos." Tomé sus hombros y la moví para poder sentarme en mi puesto.
"Antes no rechazabas nada de mi." Se sentó donde yo me encontraba hace unos minutos y puso su tacón en mi antebrazo para girarme hacia ella. Suspiré, no me iba a librar de ella fácilmente.
"Si bueno, antes eras mi prometida." Junté mis manos y la miré fijamente.
"Cometí un error, fui muy tonta al dejarte: Oliver no es ni la sombra de lo que tú eres. "
"Oh, ¿en serio? ¿Y cuando te diste cuenta, antes o después de enterarte de que estaba en bancarrota?" La sonrisa que llevaba perdió fuerza pero se recompuso rápidamente. Si no la conociera, pensaría que estaría diciendo la verdad pero 6 años fueron suficientes para saber cuando me dice o no la verdad.
"Harry, yo te amo." Sus lágrimas se hicieron visibles y yo rodé mis ojos.
"Tú no sabes lo que es amar, Blair. Tu narcisismo no te permite hacerlo, ahora vete de mi oficina antes de que llame a seguridad y te saquen por las malas." Dije con frialdad, no soportaba escucharla más. De sus labios sólo salen mentiras que ella misma se termina creyendo.
Recuerdo cuando hace tiempo era tonto y ciego, caí perdidamente enamorado de Blair. Juramos tantas cosas, entre ellas casarnos y si, le propuse matrimonio porque creí que era lo correcto. Tenía 22 años y pensé que sería la persona indicada con la que pasaría el resto de mi vida, pero toda esa idea se derrumbó cuando apareció alguien con más dinero y ella me dejó. Ahora gano más, la cadena hotelera se expandió más allá de América, tengo acciones en otras empresas y soy considerado el millonario más joven del mundo que pudo lograr generar más trabajos de los que mi padre pudo, mientras que su esposo quedó en quiebra por invertir su dinero en negocios sin pies ni cabeza. Creo que es más que obvio el porque Blair está aquí después de seis años.
Interés.
"Estás cometiendo un grave error." Espetó.
"Mi único error fue enamorarme de ti, así que vete que tengo cosas que hacer." Me miró fijo por unos minutos y luego tomó su bolso para salir furiosa de mi oficina. Sonreí triunfante y tomé los papeles que se encontraban en uno de los cajones del escritorio. Apenas abrí el folder, la pantalla de mi celular se iluminó y no dudé en tomarlo.
"Discúlpame :( ¿hoy en la noche?"
Sonreí.
"Suena tentador. ¿Y Edward?"
"No va a estar."
"¿Y tus padres?"
"Pensé que ya lo sabías, a mi papá lo llamaron de su trabajo y tuvieron que regresar esta tarde."
Mojé mis labios mientras escribía lo siguiente...
"No desaprovechemos esa oportunidad 7u7"
"Sin dudarlo, cariño."
Platiqué un rato más con ella hasta que decidí empezar a adelantar mi trabajo, para no tener preocupaciones en la noche. Seremos sólo ella, yo y... un bebé abordo.
