Te reto Tomlinson -PAUSADA- [larry]

capítulo ocho.

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Los reflejos del sol disparaban directo en los cabellos del castaño y un poco a sus mejillas sonrojadas.

Mirando sobre su alrededor observo a zayn sentando en una banca blanca junto a su novio y Harry...

El rizado tomaba de una botella de agua mientras una pelirroja abrazaba su cuello.

-Ja, tan rápido se olvidó de ti.

-Deja de estar hablando mierdas Carmen, ni siquiera me gusta.

Estar agobiado le hacía pagar su tristeza con todo el mundo, odiaba discutir con Carmen era su mejor amiga desde la primaria y aun con sus comentarios sarcásticos siempre estaba ahí para él. En la mañana habían tenido una discusión horrible, por su llanto provocado por la vergüenza que styles lo tocara de esa forma por su puesto.

-Ya basta de discusiones chicos vamos a sentarnos, mis piernas me están matando- comento zahira caminando a unas de las bancas vacías en el lugar.

-Iré a comprar algo para comer.

Por primera vez Carmen dejo caer una leve risa para comenzar a seguir a la rubia.

Negando con la cabeza comenzó a mover los pies al pequeño carrito de ensaladas que se encontraba a unos pasos de él, tomando un plato plano le coloco una extraña ensalada africana tomando un poco de aderezo lo vertió en su comida al mismo tiempo que sentía unas manos posarse en su cintura.

Intentado zafarse del agarre volteo la cabeza asustado por el repentino agarre y topándose con los grandes ojos del rizado y su característica sonrisa.

-Apoco ya se te quito lo aventando Tomlinson-pregunto Harry mientras con sus dedos acariciaba la piel del castaño.

Mirando por arriba del rizado observo que todos los de su grupo de amigos somos los mejores del instituto tenían estúpidas sonrisas al ver a su líder.

Soltando un suspiro cerró los ojos para que la oscuridad lo atrapara, para después abrirlos y sonreírle de la manera más coqueta que pudo imaginar.

El castaño lo observo con sus ojos llenos de miedo, llenos de ganas, Rodeo su rostro con su manos sin poder mantenerlas firmes, hasta que una mirada de Harry reflejando ya menos burla y más deseo, le dio confianza para acariciarlo, sintió cada parte de su rostro como lo más excitante que había tocado en su vida, el solo miraba, y Louis siguió recorriendo, acariciando su pelo los pequeños rizos que sobre salían de su nuca, sus ojos, las mejillas, hasta que llego a su boca a esos grandes y carnosos labios pero secos como el mismo desierto, aunque lo suficiente húmedas para mostrarse deseosa.

Sus dedos se centraron allí, rodearon los labios de Harry suavemente provocando un movimiento de reflejo ante tal cosquilleo.

En ese instante se paró el tiempo aquel patio se volvió oscuro, los alumnos desaparecieron, el lugar se volvió oscuro pero entre esa oscuridad ellos eran la luz, comenzando acercarse, Harry seguía petrificado, hasta que los dos se desbordaron en calor, sus cuerpos se conectaron en un juego de seducción. Sus labios se tocaron, un suave roce los humedeció, sus ojos se cerraron y la habitación nuevamente se oscurecía, solo ellos dos en un tierno e intenso beso.