12 horas de oscuridad

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Se acercaba el final de una larga jornada, un joven caminaba tranquilamente en dirección a su casa, había cumplido con sus deberes del día, había salido con un mensaje a la chica de sus sueños, culminado con un te quiero y una promesa de respuesta en cuanto llegara a casa, con el fin de confirmar que había llegado sano y salvo a su hogar.

Culminaba el joven de elaborar una sopa que se iba a convertir en su cena, cuando ocurrió la fatalidad, un rayo cayó y cortó toda electricidad en el hogar del joven además de cualquier medio de telecomunicación, cuando el joven se dio cuenta, no supo que hacer, pues al final de cuentas no iba a poder cumplir la promesa de decirle a su chica que había llegado sano y salvo a su hogar y por más que pensaba, no había forma en la que pudiera comunicarse, ni siquiera por medio de llamada.

El joven apuró su sopa y se acostó en su cama a pensar en que iba a escribirle a su chica al día siguiente, pues el era consciente que de alguna u otra manera, iba a provocar o una gran preocupación o una gran decepción, por no dedicarle la noche a aquella chica que era motivo de sus desvelos y anhelos.

A punto de quedarse dormido, sonó la puerta del joven, el chico bajó lentamente a ver quién era la persona que llamaba a la puerta, cuál fue la enorme sorpresa del joven al encontrarse a su chica de pie en el umbral, el joven la invitó a pasar y la chica le comentó que estaba muy preocupada por él, pues no había respondido a los mensajes, así que decidió visitarlo para saber que se encontraba bien, el joven agradecido por la preocupación de la joven, ofreció a la chica un poco de sopa y una repostería que tenía pues no podía ofrecer más, la chica aceptó encantada, luego de comer, se dedicaron a jugar cartas, cerca de la media noche, ambos empezaron a sentirse somnolientos, así que se dedicaron a ver las estrellas y a bromear con las constelaciones, poniéndoles divertidos nombres que solamente ellos podrían entender, las risas fluían y las horas volaban, en determinado momento, la mirada del joven y la chica se cruzaron, como amaba el joven esos hermosos ojos llenos de vida, que tenían una expresión dedicada solamente a él, poco a poco el joven y la chica se fueron acercando hasta que sus labios se encontraron y para el joven fue un sueño hecho realidad, sentía los labios de su chica encontrándose con los suyos, sentía el sabor de la boca de fresa de esa hermosa chica, sentía su cabello sobre sus manos, escurriéndose como agua entre sus dedos, el joven se sentía en el paraíso, cumpliendo al fin, tan añorado momento.

El despertador sonó interrumpiendo el beso que tanto había deseado el joven, los rayos del sol, se colaban burlonamente a través de la ventana, habían pasado 12 horas desde el apagón, así que el joven se dispuso a comunicarse con su chica y explicarle la situación, pero si de algo estaba seguro el joven, es que haber besado a su chica, valía todos y cada uno de esos segundos que pasó en la oscuridad, aunque dicho beso, haya sido el hermoso sueño, de un joven que elige a diario a su chica con la esperanza de estar, más cerca de enamorarla.

A solas con la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora