Capítulo Final

259 16 14
                                    

—¡Hey, Olivia! Hacen falta unos papeles en mi escritorio, los de Dawson.

—Ah, están archivados en la estantería próxima a su escritorio, señor.

—Oh, sí, ¡gracias, cariño! ¿Qué podría hacer sin tu ayuda?

  Olivia le sonrió al señor Brown, quien era su jefe. Entre ellos existía bastante confianza, pero, aun así, ella se negaba a abandonar las formalidades. No le gustaban los rumores. Antes, en su adolescencia, se la habría pasado cotilleando con sus allegados acerca de la vida de los famosos según los periódicos amarillistas, pero ya no era una adolescente, en definitiva. En la actualidad, podría decirse, era toda una mujer.

  Ella tenía sus veintiséis años recién cumplidos, un departamento en la nebulosa San Francisco de inclinadas calles y variadas atracciones turísticas, y un trabajo de asistente muy bien pagado en la empresa Brown de inversiones.

  Así que, sí, definitivamente, ya no era aquella ingenua adolescente.

  Su jornada de trabajo estaba lejos de cesar, si bien ella simplemente podía pedirle a su jefe retirarse antes de lo acordado según su contrato por cualquier situación y él se lo permitiría, no se le hacía necesario.

  Le gustaba trabajar.

  Era un bullicio constante que mantenía a Olivia distraída, ajena al mundo exterior y lo que éste representaba para ella. Prefería oír el repiqueteo incesante de tacones, el sonido de las máquinas fotocopiadoras, las charlas entre secretarias acerca de cualquier trivialidad, los murmullos de algunas al verla pasar, en fin, lo que la vida constante nadando como un pez entre aguas turbulentas a modo de oficinas requería, antes de estar en su hogar.

  Su departamento era algo de lo que estaba orgullosa, había logrado obtenerlo completamente sola, sin ayudas de terceros, y estaba decorado como por un diseñador de interiores. No obstante, estar sola era lo preocupante más allá de su buena vista de la ciudad en el edificio y lo buenas que sabían las bebidas alcohólicas añejas que coleccionaba.

  No era una persona alcohólica, había estado en rehabilitación dos años antes porque tuvo un fuerte cuadro de depresión que fue lo que la impulsó a dejar Lafayette y su anterior vida. Luego de la rehabilitación, había retomado su camino, había conseguido su buen trabajo mediante ciertos contactos con ayuda de su hermano y se había mudado a la ciudad.

  Y ahí, justamente, radicaba su problema.

  No podía estar sola más de lo debido, ella siempre había sido una persona bastante ruidosa, el silencio la perturbaba y le traía recuerdos, infinidad de ellos. Bebía algo de whisky, se apoyaba en el paredón de su balcón y, aún con la copa en mano, observaba la ciudad con la vista nublada a causa de sus lágrimas y repentinamente veía Lafayette. Veía su antigua ciudad como la admiraba desde una alta colina a la que asistía cuando estaba triste. Ese era su lugar especial, habría recordado con gracia, que compartía con cierto pelirrojo traidor.

  Olivia se pellizcó un brazo. Estaba en su escritorio, hundida en esos penosos pensamientos, sin percatarse de que a su alrededor aún tenía una vida, una vida buena que cualquier mujer desearía y ella no la aprovechaba del todo por sus traumas y su mente maldita.

  Miró la hora en el reloj de la pared de soslayo, estaban a diez minutos del horario del almuerzo y ella ni siquiera se había preparado. Pensó, en ese momento, que quizás un poco de aire le haría bien, y raramente no estaba lloviendo, así que debía salir un poco antes de volverse loca.

  Olivia se levantó y ordenó algunos papeles sin importancia que estaban dispersos sobre su escritorio, lo cierto es que no sabía qué hacer porque había terminado todo mucho antes de lo esperado, pero no quiso preocuparse demasiado por ello. Le anunció su jefe que ya era hora del almuerzo y ella sólo se limitó a asentir, se colocó un blazer y salió a paso rápido del edificio.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 13, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Yo soy la Rocket Queen. [Axl Rose]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora