Capítulo VIII

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- ¿De qué plan están hablando ustedes dos, eh? - escuché que alguien preguntaba atrás de mi.

¿Qué uno no puede hablar con alguien sin que otra persona venga e interrumpa? - pensé antes de voltear a ver quien era el dueño de esa voz.

- ¡Zay, hola! - gritó Riley. - ¿Cómo estás? Seguro que bien, ¿Cierto? ¡Oh! Miren allá, mi papá me está llamando. Me debo ir, adiós chicos. - dijo intentando zafarse de está situación.
- ¡Oh no lo harás querida! - dijo Zay mientras volvía a sentar a Riley. - Ambas se quedarán aquí y me contarán de que plan estaban hablando.
- Pues... lo que pasa es que... - empezó a decir Riley pero la corté antes de que contara todo.
- Déjame Honey, yo le explicaré. Lo que pasa querido Zay, es que estábamos pensando en hacer una fiesta sorpresa para Farkle. - mentí.
- ¿Pero su cumpleaños no es en Diciembre? - preguntó Zay. - Aún faltan varios meses chicas.

Joder, no pensé en eso. - me regañe.

- Lo sé, pero más vale prevenir que lamentar. ¿No? Además, ¿Por qué debemos contarte lo que hacemos, eh? - le respondí tratando de intimidarlo.
- Tranquila gemela, no es para tanto. Solo tenía curiosidad. - dijo mi cobarde amigo.
- ¿Y porque viniste aquí? - le preguntó Riley.
- Cierto, lo había olvidado. Vine de parte de nuestro querido amigo Charlie Gardner, va a realizar una fiesta y me pidió que les avisara que están oficialmente invitadas. - dijo con tono coqueto.
- ¿Cuándo es? - pregunté.
- Este viernes, a las 8:00 en su casa. Toda la escuela irá y supongo que ustedes también. ¿Cierto? - nos preguntó.
- ¡Por supuesto que iremos! ¿Verdad que si Maya? - me preguntó Riley.
- Ya veremos, sabes que no me gustan esas fiestas. - le contesté.
- Aún tienen algunos días para pensarlo, las veo luego. - dijo Zay antes de irse por la puerta de la cafetería.
- Peaches... ¿Es cierto que no iremos? - me preguntó Riley un poco desanimada.
- No lo sé. ¿Me dejarías pensarlo un poco? - le pregunté con voz tierna.
- De acuerdo preciosa. - me respondió sonriente. - Ahora levántate debemos ir a clase de gimnasia.
- ¿Debemos ir? - puse una mueca. - Estoy cansada, no quiero correr hoy Riles.
- Maya... no podemos faltar, vamos ahora. - dijo firme.
- No quiero. - bufé.
- No me obligues a hacerlo Maya. - trató de amenazarme.
- ¿Que podrías hacer tú para que me levanté de esta cómoda silla? - le pregunté sarcástica.
- Tu lo pediste Peaches. ¡Poder del anillo! - gritó.
- ¡Oh vamos! - grité mientras me levantaba. - No lo hiciste Riley.
- Si lo hice preciosa. Ahora deja de quejarte y sonríe. - me contestó con una gran sonrisa.
- Está me las pagarás, Matthews. - le dije en broma.
- Me lo agradecerás algún día. - dijo adelantándose al gimnasio.

Tal vez lo haga Riles, pero no lo escucharás de mi. Soy muy orgullosa. - pensé.

- ¡Hey Maya! - gritó Riley a lo lejos. - ¿No vienes?
Negué con la cabeza y sonreí para después entrar al salón de gimnasia junto con mi mejor amiga.

* * *

- Maya, - me dijo Riley. - ¿Quieres ir a casa conmigo? ¡Es noche de pizza!
- Gracias Riles, pero paso. Quisiera descansar un poco, demasiado ejercicio en un día para Maya Hart. - trate de bromear.
- Te acostumbrarás, lo sé. Nos vemos mañana, mi papá me debe estar esperando para ir a casa. Ya sabes como es. - me abrazó. - Adiós Maya.
- Adiós Riley. - contesté dispuesta a irme.

Llegué al paradero de autobús y me dirigí rumbo a casa. Después de unos largos 40 minutos llegué.

- ¿Mamá? ¿Farkle? ¿Alguien en casa? - grité al entrar.

Creo que sólo somos tu y yo. - escuché a mi conciencia.

- Cómo siempre. - me respondí.

Tire las llaves y mi mochila en el sofá de la sala, para luego subir a mi habitación. Pero cuando estaba en las escaleras escuche un ruido, como si algo se hubiera roto.

- ¿Hay alguien aquí? - pregunté tomando lo primero que estaba a mi alcance. - ¡La policía esta en camino! ¡No puedes huir!

Nadie contestó y temí lo peor porque escuché unos pasos que se acercaban cada vez más.

- ¡No te acerques..., ten-tengo un arma! - grité tomando lo primero que estaba a mi alcance.
- Tienes suerte que no sea un ladrón, rubia. - escuché que hablo al salir del pasillo. - ¿En serio creías que podías defenderte sólo con una lámpara?
- ¡Estúpido vaquero! - grité mientras dejaba la lámpara en su lugar. - ¡Casi me matas de un susto! Creí que nos estaban robando.
- ¿Y pensabas defenderte sólo con eso? - me preguntó señalando la lámpara con una perfecta sonrisa burlona.
- Eso no es de tu incumbencia, guarda bosques. - le respondí. - Y a todo esto, ¿Qué haces en mi casa? Esto se llama allanamiento, ¿Lo sabías?
- Yo... eh.. - Lucas empezó a tartamudear.
- Yo lo invité. - dijo Farkle apareciendo atrás de mi.

¿Es en serio Farkle? Yo solo lo quiero lejos de mi. ¿Es mucho pedir? - pensé.

Nota de autora:
¿Qué les pareció el capítulo de hoy? Disculpen por demorarme tanto en actualizar la historia, es que las clases me tienen muy ocupada pero no se preocupen trataré de actualizar más seguido.
Los quiero mis futuros lectores. Nos vemos en el siguiente capítulo.

El Mejor Amigo De Mi Hermano - Lucas & Maya [CANCELADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora