Capítulo XIX

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‐Si insistes...

Con tanta gente dentro de la casa, encontrar a Farkle y Riley estaba tomando más tiempo del planeado. Primero fueron a la pista, no estaban allí. Luego fueron al patio trasero y tampoco había señales de ellos. En la piscina, ni un solo rastro y Maya ya se estaría empezando a preocupar si no supiera que Riley estaba con Farkle.

Como última opción, subieron al segundo piso para buscar en las habitaciones. Aunque esa era una idea descabellada desde la perspectiva de Maya, pero ya no había otro lugar a donde ir salvo la cocina y el baño. Entraron habitación por habitación, encontrando algunas parejas teniendo sexo y que ni siquiera notaron que ellos estaban allí, otros simplemente estaban drogandose o bebiendo.

Sólo quedaban 2 puertas y Lucas sabía que en la última estaba el baño, por lo que probablemente encontrarían a los chicos en esa habitación.

Maya abrió la puerta y ambos se sorprendieron de encontrarla a oscuras e incluso esta se veía un poco más pequeña que las demás. También parecía que no había nadie dentro pues no se escuchaba ningún ruido. Entraron mientras Lucas buscaba a tientas el botón para encender la luz.

– ¿Qué es esto? – preguntó Maya. – Vaquero,  creo que hay ropa colgada aquí...

– ¡Lo encontré! – exclamó victorioso encendiendo la luz, notando que estaban dentro de lo que parecía ser un armario lleno de ropa elegante que seguro era de los padres de Charlie. – Oh... esto no me lo esperaba.

– Es bastante lindo. – dijo Maya mientras observaba embelesada todas las prendas colgadas. Sin embargo, una alarma se encendió en su mente al darse cuenta que aún no encontraban a Farkle y a Riley. – Ellos no están aquí.

– Lo noté, – el rubio sonrió con obviedad. – sólo tenemos dos opciones, están en la cocina o en el baño. Aunque me inclino más por la primera opción.

– Tienes razón, deberíamos sali–

Justo en ese momento escucharon tras de ellos que la puerta era azotada y el tintineo de unas llaves. Alarmado, Lucas se dirigió a la puerta e intentó abrir la cerradura.

– ¡Hey, abran la puerta! – gritó Lucas mientras daba unos golpes.

Maya se acercó también y gritó. – ¡Esto no es divertido, abre ya imbécil!

– Lucas Friar – habló el joven detrás de la puerta. – No debiste meterte en mis asuntos.

– ¿Bradley, eres tú? – preguntó Maya con incredulidad. – ¡Maldito, abre la puerta!

– Cállate zorra, – dijo Bradley. – ninguna chica me humilla y no lo paga. Así que diviertanse encerrados toda la noche.

– ¡No vuelvas a llamarla así, idiota! – gritó Lucas tratando de abrir la puerta empujándola. – ¡Te romperé la cara cuando salga de aquí!

– Buena suerte intentando salir. – dijo con un tono burlón. – ¡Adiós!

– ¡Maldita sea! – gritó Lucas intentando abri la puerta una vez más.

Maya que se había rendido, se sentó en unos de los lindos sillones que estaban en medio del armario. – Vaquero, deberías calmarte. No podemos hacer nada desde aquí. Intentemos llamar a Zay para que venga a ayudarnos.

– Tienes razón, lo siento. – contestó mientras sacaba su celular del bolsillo y marcaba el número de Zay. – No hay señal.

– ¿Qué? – preguntó alterada sacando su celular e intentando marcar a Zay, notando que efectivamente no había señal. – Tampoco tengo señal. ¿Ahora qué haremos?

Un poco más calmado, Lucas se sentó en un sillón que estaba frente a la rubia. – Sólo nos queda esperar...

– Excelente. – dijo Maya soltando un bufido.

– ¿Sabes algo, rubia? – preguntó Lucas luego de unos minutos.

– Sé muchas cosas, tonto. – lo miró con extrañeza. – ¿A qué te refieres?

– No te lo dije antes, pero... – Maya notó que el contrario se ruborizaba. – t-te ves hermosa hoy. Q-quiero decir, siempre te ves hermosa siempre no sólo hoy, es s-solo que-

– Respira... – lo cortó Maya sonriendo. – entiendo a que te refieres, hmm g-gracias tú también te ves bien. – dijo lo último sintiendo sus mejillas calientes. ¿Qué estás haciendo, Maya? – pensó.

Al escucharlo, en el rubio se dibujó una sonrisa genuina. Esta era la primera vez que escuchaba un cumplido de Maya y eso para él ya era un avance.

– ¿No te encanta esta ropa? – preguntó Maya  mirando los atuendos.

– Deberías probartelos, – contestó Lucas que miraba a Maya. – estamos aquí y nadie te verá.

Maya lo miró incrédula. – ¿Lo dices en serio?

– ¿Por qué no hacerlo? – contestó sonriendo. – No hay nadie aquí que pueda reclamarte por ello.

Con algo de dudas, Maya se levantó de su asiento hacia las prendas de ropa. Pasó su mano por todos los vestidos y se detuvo al ver uno que llamó su atención. Era blanco y tenía detalles de encaje y unos pequeños diamantes, se parecía a uno que usó su mamá cuando era joven. Recuerda ver una foto en el cuarto de su madre donde estaba usando ese vestido, en ese entonces su madre se veía muy feliz.

– Tómalo, – escuchó la voz de Lucas sacándola de su ensoñación. – creo que hay un probador al fondo.

– De acuerdo, – contestó aún dudosa. – tal vez tu también deberías tomar algo, vaquero.

– Estaba esperando que lo mencionaras. – dijo el contrario saltando de su asiento con una gran sonrisa, para después tomar un traje rojo con detalles de cuero. – Te veo en unos minutos, rubia.

La rubia vio como este entraba en el probador, dando algunos saltitos que no pasaron desapercibidos por ella y no pudo evitar sonreír.

Dios, ¿Por qué eres tan lindo? – pensó.

Estaba perdida.


Nota de autora:
Dos actualizaciones en un día omg ¿A qué no se esperaban eso? :)
Es un pequeño regalo de disculpas por estar ausente por tanto tiempo. Espero lo hayan disfrutado!

Nos vemos pronto, cuídense ♡3♡

El Mejor Amigo De Mi Hermano - Lucas & Maya [CANCELADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora