Capítulo XI

1K 62 9
                                    

- ¿Qué te parece si hoy tenemos una piyamada? - me preguntó Riley.
- No estoy con ánimos Riles. - respondí.
- ¡Vamos Maya! Será divertido. - me miró con ojos de perrito. - Por favor.
- Sabes que cuando pones esa cara no puedo decirte que no. - le dije.
- ¿Entonces eso es un sí? - me preguntó esperanzada.
- Es un si definitivo. - sonreí. - ¿A qué hora debo estar en tu casa?
- Podemos ir saliendo de la escuela.
- Primero debo arreglar algunas cosas en casa, pero terminando eso iré corriendo a tu casa.
- Está bien Peaches. - dijo sonriendo. - ¿Qué es lo que tienes que hacer?
- Debo alimentar a Tom, estos días Farkle se ha encargado de eso pero hoy él tampoco estará en casa así que debo hacerlo yo.
- ¿No quieres que te ayude?
- No es necesario Riles, puedo hacerlo sola. Prometo no tardar mucho.
- Bueno, entonces iré a casa a arreglar todo para nuestra piyamada. - dijo emocionada. - ¿Helado de chocolate o vainilla?
- ¡Ambos! - gritamos al unísono.

Sonó el timbre de salida anunciando el fin de la jornada de clases.

- Ya debo ir a casa, te veré en unas horas. - me despedí.
- Nos vemos luego preciosa. - dijo y comenzó a caminar.

Me dispuse a caminar hacia la parada de autobús pero mi destino se vio interrumpido por una moto que me cerró el paso.

-¿Qué quieres ahora Bradley? - lo mire con desdén.
- Maya Hart, es un gusto encontrarte. - me sonrió coqueto.
- El gusto no es mutuo. ¿Ahora dejarías que me vaya? No tengo ganas de lidiar contigo. - intenté avanzar.
- ¿Por qué tanta prisa preciosa? Te puedo llevar a casa, sube. - me lanzo un guiño.
- Prefiero ir caminando a tener que ir contigo. Ahora si me disculpas... - intenté irme.
- Tu no te irás a ningún lugar, - me tomó del brazo. - si no es conmigo.
- ¡Sueltame! - intenté zafarme de su agarre. - Me estás lastimando.
- La señorita dijo que la soltará. - escuché a alguien detrás mío.
- ¿Quién eres tú para decirme que hacer, eh? - preguntó sin soltarme.
- Mi nombre es Lucas Friar, - dijo acercándose a Bradley - y no dejaré que sigas lastimando a esta señorita.
- ¿Qué pasa si no quiero? - lo retó.
- Te diré cómo terminará esto, yo seguiré en pie y tu acabarás en el suelo sangrando. - se acercó más a Bradley. - Te crees muy rudo pero yo soy tan fuerte como un toro y no quiero problemas, tu conservarás tu reputación y yo la mía,  así que soltarás a la señorita y te irás de aquí.  ¿Entendido? - terminó de decir, y no pude evitar mirarlo asombrada.
- De acuerdo. - logré soltarme de su agarre y Bradley se retiró algo avergonzado.
- ¿Estás bien? - sonaba preocupado.
- Si, lo estoy. - respondí algo aturdida por la reciente escena.
- Me alegra que ese inútil no te haya hecho daño. ¿Me dejaría escoltarla a casa ma'am? - preguntó sonriendo.
- En serio te agradezco haberme ayudado hace un rato, pero puedo ir sola. - solté indiferente. - Hasta luego Lucas.

Piensa en Riley, piensa en Riley y su felicidad. Sigue caminando Maya. - me dije a mi misma.

- ¡Maya! ¡Maya! - escuché gritar a Lucas.

Avanza más rápido. - pensé.

- Si que caminas rápido, eh - dijo Lucas alcanzandome.
- Tengo algo de prisa, mucho que hacer. - avance aún más rápido.
- No dejaré que regreses sola a casa. - dijo Lucas luego de volver a alcanzarme.
- ¿No tienes algo mejor que hacer vaquero? - le pregunté algo cansada.
- La verdad no. - me contestó. - Además Bradley podría volver y jamás me perdonaría que te hiciera daño.
- Puedo defenderme sola, Lucas. - le dije con tono serio. - No necesito que me cuiden.
- De eso no tengo duda rubia.
- ¿Entonces que haces aún aquí? - le pregunté.
- Siendo sincero... - lo escuché suspirar. - algo me dice que no debo dejarte sola.
- ¿Crees que pueda hacer algo para que no me acompañes? - pregunté rendida.
- No, no lo creo. - respondió sonriendo.
- Entonces apresura el paso guardabosques, no quiero tardar mucho en llegar a casa. - dije devolviendole la sonrisa.

¿En qué estás pensando Maya- escuché a mi subconsciente.

Empezamos a caminar un poco más rápido con dirección a mi casa y a decir verdad nos la pasamos bien, el vaquero me contó sobre su familia y sus aspiraciones en la vida más yo traté de no dar muchos detalles sobre las mías porque sabía que no estaba bien haber aceptado su compañía sabiendo que podría lastimar a Riley.

- Pues hemos llegado. - dije dejando de caminar. - Ahora puedes irte Lucas.
- ¿Un gracias al menos? - intentó parecer gracioso.
- No lo creo. - respondí sarcástica. - No te pedí que me acompañaras.
- Lo tengo claro, pero no me arrepiento de haberlo hecho.
- Lo que digas, brújula moral. - saqué las llaves de mi mochila. - Adiós vaquero.
- Hasta luego, Maya. - lo vi sonreír para después irse por el mismo camino que tomamos al venir aquí.

Entré a casa, tiré las llaves al sillón y me dispuse a terminar lo que tenía que hacer, alimente a Tom, ordené mi habitación y decidí tomar una ducha. Al cabo de 20 minutos estaba lista para ir a casa de Riley, terminé de alistar una mochila donde guarde mi cuaderno de dibujo, unos pocos lápices de colores y algo de ropa extra; escribí una nota para mi madre explicándole que ni Farkle ni yo estaríamos en casa y que no debía preocuparse, la dejé pegada en el refrigerador y salí de casa rumbo a la de Riley no sin antes enviarle un mensaje.

Riles, estoy camino a tu casa.
Llegaré en 10 minutos.
-Maya.

En 15 minutos estaba fuera del apartamento de los Matthews a punto de tocar la puerta pero justo antes de que lo hiciera esta se abrió dejando ver a una Riley extremadamente nerviosa.

- ¡Maya! - gritó con voz aguda. - ¿Qué haces aquí?
- ¿Riley, estás bien? - le pregunté. - Creí que teníamos una piyamada. - intenté entrar pero Riley me lo impidió.
- ¿Riley, quien está allí afuera? - preguntó Cory.
- ¡Nadie! - gritó Riley muy nerviosa. - Es el cartero, ya se iba. - me empujó para atrás.
- ¿Por qué actúas más extraño de lo normal? - esquive a Riley y logré pasar.
- ¡Maya, no! - gritó Riley atrás de mi.
- ¿Maya, eres tú? - escuché a alguien preguntar desde la cocina.
- Josh... - fue lo único que pude decir antes de quedar congelada.
- Oh no... - escuché decir a Riley.

Nota de Autora:
Se que soy la peor persona del mundo en este momento, hace mucho tiempo no actualizo esta historia pero eso no quiere decir que dejaré de escribirla. No prometeré algo que tal vez no pueda cumplir como por ejemplo actualizaciones semanales porque no dispongo de mucho tiempo libre, pero lo que si puedo prometer es que trataré en lo posible de que no demoren demasiado. Agradezco los comentarios de las personas que querían que continúe, el próximo capítulo estará listo pronto. Por cierto, ¿Qué creen que traerá la llegada de Josh a la vida de Maya?
Sin más que decir me despido. Nos leemos en el siguiente capítulo.
Los quiero mis futuros lectores.

El Mejor Amigo De Mi Hermano - Lucas & Maya [CANCELADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora