Capitulo 15 [Maratón 2/3]

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Dylan.

Tres días después...

Resulto ser que el tiempo que pasamos juntos en el jacuzzi, la estaba ayudando. Cada persona tiene su forma de sanar, y ella encontró la suya. A pesar de que al principio no quiso, ahora si, después de que yo prácticamente la obligara. 

Hablábamos de cosas al azar, evitando temas delicados e información demasiado personal, ella me dijo que ama el dulce de leche, así que le pedí a mi personal del Hotel que llenara las alacenas y la heladera de comida a reventar, y especialmente que hubiera mucho dulce de leche. Obviamente, el personal subió mientras ella dormía, para  no correr ningún tipo de riesgo. Pasábamos mínimo una hora al día metidos en el agua caliente, y salíamos hechos unas pasas de uva. Le dije que mi comida favorita era la sopa, entonces ella buscaba cualquier escusa para cocinarla. Se podría decir que teníamos una especie rara de amistad secuestrador-rehén. 

No estaba muy seguro de lo que era en realidad, solo se, que cada día que pasaba, estaba más decidido en conservarla. Técnicamente, ella era de mi propiedad, pero cuando antes me había llegado a plantear la idea de dejarla libre, ahora esa idea me parecía de lo mas estúpida.

Por un lado, me encantaba su increíble poder para hacerme reír y enojar con tanta facilidad. Ya sea con chistes a veces malos, y a veces buenos, como su sarcasmo, y como olvidar las bromas que me hace. Como por ejemplo, poner cinta transparente a los marcos de las puertas, cuando me hizo eso, casi lloro por la depilación gratis en las cejas.

Y por otro lado esta la atracción mas que obvia que hay entre los dos, o la que tengo hacía ella, mejor dicho. La veo con los baby doll que le dio Marina, los cuales muestran mas de lo que deberían, pero tranquilos que no es que me este quejando, y es automático, me la quedo mirando con cara de pedófilo. Todo de ella me llama la atención, puedo sentir su presencia apenas entra en la misma habitación en la que yo estoy. Puedo sentir su perfume a kilómetros. El perfume que le dio Marina es una combinación entre flores y frutas. Hay veces en las que me dan ganas de ir a buscar un su maleta el perfume y rociar toda mi almohada con el, para sentirla conmigo mientras duermo. Me encantan sus labios, son como mi golosina favorita, y maldigo la hora en que me convertí en adicto a ellos. Ahora soy un esclavo de su sonrisa, soy su payaso, listo y dispuesto a hacer o decir lo que sea para ver la curva de su sonrisa. Su piel, su piel se siente tan suave al hacer contacto con la mía. Blanca como las nubes, y suave como el algodón. A veces busco cualquier escusa para tocarla, aunque sea solo un poco, soy feliz con un simple roce. 

Honestamente, creo que soy patético y doy lastima.

Y que después voy a tener que andar buscando mi dignidad en la basura.

Ahora estamos mirando una película. Mejor dicho, ella esta mirando una película, yo la estoy mirando a ella. Estamos mirando "Cuando las luces se apagan" así que ella esta perdida entre las colchas que trajo de su habitación, con un taper lleno de pochoclos con azúcar escondido junto con ella. Y adivinen quien se caga y no come pochoclos. Si, yo. Y eso que los hice yo. Yo me queme la nariz cuando levante la tapa de la olla y un pochoclo me salto y me dio justo en la nariz, y ella como si nada riendoce de mis desgracias. 

--AAAAH--escucho que Evelyn grita por alguna escena de la película, pero no se cual, ya que no le preste nada de atención.

Y es entonces cuando las luces se apagan. Todo queda a oscuras, no me puedo ver ni las manos.

--AAAAAAAAAAH. DYLAAAAAAN.--grita desesperada la mocosa, me muevo de mi lado del sillon y me acerco a el de ella, meto las manos entre las colchas y la desentierro.--LA PUTA MADRE, ME CAGUE TODA.--grita y me golpea el pecho en la oscuridad.

--No grites, nada mas se corto la luz, ya va a volver.--me levanto y camino dos pasos pero me choco contra la mesita del living y me caigo arriba de esta destrozandola.--AAAAY, MESA DE MIERDAAAA--grito del dolor en las piernas y el pecho.

--No grites, nada más es una mesa, ella no tiene la culpa de que vos seas tan boludo.--se burla de mi la mocosa en algún lugar detrás de mío.--¿Por que no llamas a el gerente de tu Hotel y le pedís que prenda las luces de emergencia?--sugiere.

¿Por que no se me ocurrió antes?

--Por que eso es justo lo que estaba por hacer.--miento.

--Ajam, si, y ponele que te creo.--murmura sarcasmo.

Suelto un largo suspiro y me levanto del suelo.

--A ver señorita sarcasmo. ¿Como hago para encontrar mi teléfono en la oscuridad?--le grito.

--Agarra y...--en eso que estaba por contestarme vuelve la luz de golpe, aprovecho y subo lo más rápido que puedo las escaleras y voy a buscar mi celular que tengo escondido en mi habitación,  desbloqueo la pantalla del celular y veo las más de quince llamadas perdidas de el gerente del Hotel.

Que raro. ¿Tanto por un simple corte de luz?

Marco el numero y lo llamo.

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Esto se me esta yendo de las manos, no se como pudo llegar a pasar esto, pero tengo que solucionarlo cueste lo que cueste. Mi seguridad y reputación están en juego, si no tomo cartas en el asunto, podría perder clientes y accionistas.

Miro como Evelyn duerme tan tranquilamente y no resisto el impulso se acariciar su cara, hay esta la corriente eléctrica un vez más, ella frunce levemente los labios pero sigue durmiendo. 

No quiero dejarla sola en estos momentos tan difíciles, pero no tengo otra opción, ademas no es como si no la volviera a ver, ella sigue siendo de mi propiedad.

Beso su frente, salgo de su habitación y me dirijo a la mía para preparar todo para mi viaje.

Pero lo que más deseo es poder llevar a la mocosa malcriada conmigo...

Me cuesta mucho dejarla...

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¿Que creen que pasará en el próximo capítulo?

Me perteneces. [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora