El mensajero abandona la sala del trono y dos soldados cierran las puertas.
–Esto es imposible! –grita Asgore mientras golpea la mesa de madera con su puño.
–Que pasa padre? –pregunta Asriel, que está al lado de él.
–Es una advertencia...
–U- Una advertencia?
–Somos una amenaza para los humanos... Es por eso que nos quieren encerrar en la cueva del monte Ebott... –dice mientras se sienta en su trono–. Si nos negamos, nos declararán la guerra... Tenemos un día para decidirlo...
–Y que vamos a hacer?
–No pienso dejar a mi pueblo encerrado! Los monstruos no somos unos cobardes! Asriel, llama a los consejeros y a los generales. Tenemos una guerra que planear...
–Si padre! –dice Asriel mientras abandona la sala.
–Necesito una taza de té...
Los altos cargos del reino se reunieron en la sala del trono para decidir lo que harían una vez empezada la guerra. Mientras tanto, un mensajero se fue al reino de los humanos para contar a su rey la decisión de los monstruos.
Dos días después
Unos pequeños monstruitos van repartiendo papeles mientras dan un aviso a todos los que están por las calles.
–Atención! Atención! Los malvados humanos nos han declarado la guerra! Necesitamos a jóvenes valientes para proteger nuestro reino!
Los monstruos escuchan preocupados todo lo que les están diciendo los niños mientras leen los papeles.
–Es eso cierto? –pregunta Sans mientras mira por la ventana.
Papyrus se está poniendo su traje de soldado. Tiene la mirada perdida y parece que no ha escuchado a su hermano.
–Papyrus?
–Hoy tengo que irme...
–Que?! Irte a dónde?
–Tengo que ir con el ejército... Mañana entraremos en batalla con los humanos. Los generales Grillby y Gaster liderarán el asalto...
Sans, al escuchar eso, se acerca en una silla de madera, cerca de su hermano.
–Y cuándo regresarás? –dice Sans intentando romper el incómodo silencio.
–N- No lo sé...
Unas horas después
Las calles están repletas de monstruos.
El ejército real desfila desde el castillo hasta las puertas de la muralla. Los soldados que van delante, generales y otros de mayor rango, van montados a caballo. Papyrus es uno de ellos.
Sus armaduras, brillantes y plateadas, reflejan los rayos del sol.Las madres de los jóvenes soldados lloran por sus hijos.
Poco a poco, la gran fila de monstruos va atravesando la puerta de la muralla y entrando en el bosque.Sans no tuvo mucho tiempo para despedirse de Papyrus, y eso le hace sentir mal. Desde que se enteró de la noticia, su hermano ha estado mucho más callado. Parece que sabe algo, pero no se lo quiere decir a Sans por miedo a que se preocupe demasiado. Pero lo único que consigue con eso es que él se preocupe aún más.
Esa noche, Sans no fue a la colina para ver las estrellas, por primera vez en años.
A la mañana siguiente, minutos antes de la batalla
Ambos ejércitos están cara a cara. Cada uno mide las fuerzas del contrincante, pars saber a lo que se enfrentarán.
–General Gaster, te noto preocupado. Pasa algo? –pregunta Grillby.
–Los humanos son muy pocos comprados con nosotros. Aún así, los veo muy confiados...
–No te preocupes. Les enseñaremos quien manda aquí! –dice mientras le da unos golpes en la espalda a Gaster.
CONTINUARÁ...
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Un ángel en tiempos de guerra (Frisk x Sans) (Frans)
FanfictionSans, un joven esqueleto, decide dejar su hogar y marcharse lo más lejos de allí, debido a un suceso que lo marcará de por vida. Ahora, su casa son los caminos... Irá vagando de pueblo en pueblo hasta que, un día, por obra del destino, se encuentre...