Un ángel en tiempos de guerra (Frisk x Sans) (Frans)

Cap 14: Fuego

Un pequeño pájaro se posa sobre el bote de madera y empieza a cantar.
Esto, sumado a la brillante luz del sol, hace que Sans se despierte.

El vago esqueleto bosteza y se estira, en un intento de desperezarse.

–Buenos dias Fri- Frisk?!!

La parte del bote donde estaba la chica ayer, está vacío. Bueno, solo queda su vestido.

Sans, nervioso, empieza a mirar a su alrededor, incluso se pone de pie, mientras la llama. Tal vez se ha caído al agua. Pero esa idea la descarta rápidamente debido a que su vestido aún sigue en el bote.

De repente, unas pequeñas burbujas empiezan a salir del agua. Sans se asoma a mirar y...

–HOLA SANS!! –grita Frisk saliendo del agua.

–AH!!!

El esqueleto, debido al susto, pierde el equilibrio y se cae al suelo del bote.

–Nada como un baño refrescante por la mañana, eh? –dice Frisk mientras apoya sus brazos sobre el borde del bote.

–Frisk! Casi me matas del susto! –se queja Sans, con la mano apoyada en el pecho.

–Mira el lado bueno... No te has muerto.

Sans se asoma al borde del bote y mira hacia el agua, que está limpia y transparente. Puede ver la silueta desnuda de Frisk, aunque un poco distorsionada por el pequeño oleaje.

El esqueleto, cuando se da cuenta de lo que está viendo, aparta la mirada rápidamente.

–C- Cuanto tiempo llevas ahí en el agua?

–No el suficiente –dice con una sonrisa–. Puedes volver a la orilla si quieres.

–Vale...

Sans agarra los remos y empieza a remar.

–Pero deja mi vestido en el bote, entendido?

–No te preocupes, allí estará.

Segundos después, Frisk se vuelve a sumergir en el agua, desapareciendo de la vista del esqueleto.

–Pero que chica tan rara... –susurra.

Tras un par de minutos remando, el pequeño bote queda varado en la arena. Sans coloca los remos dentro y salta a la orilla.

–Bueno... Supongo que iré a buscar unos cuantos frutos silvestres para el desayuno –dice mientras mira una vez más al agua, intentando encontrar a Frisk.

Con un suspiro, se da la vuelta y camina hacia el bosque. Ya se pueden escuchar las ovejas del pastor.

–Mira que bien, un frambueso... –susurra mientras se acerca al arbusto y recoge los frutos.

Pero, al otro lado del arbusto, se escuchan unas voces. Sans hace un pequeño agujero en el follaje para poder ver lo que hay más adelante.

–Ha visto usted a algún humano por aquí?

Son dos soldados de la Guardia Real, que están hablando con el pastor.
El monstruo, sin decir nada, estira la mano y señala con el dedo al lago.

–Muchas gracias. Aquí tiene –dice uno de los soldados mientras le da una bolsita llena de monedas.

Sans, nervioso, tira las frambuesas al suelo y se va corriendo de vuelta al lago. Tiene que irse de allí cuanto antes.

La noche anterior, en la capital

–FUEGO! FUEGO! –gritan algunos ciudadanos mientras van corriendo al pozo para llenar sus cubos con agua.

Una gran columna de humo se eleva en el cielo nocturno. El establo del castillo está en llamas.

–Que demonios está pasando!? –grita Asgore mientras sale de su habitación, en pijama.

–Mi rey, parece que se ha originado un incendio en el establo –informa el general Grillby.

Asriel y Chara también salen de su cuarto, ambos en pijama.

–*cof, cof* El humo ya llega hasta aquí... –se queja Asriel mientras se tapa la boca con la mano.

Chara se queda pensativa durante un rato. Algo le parece extraño.

–Grillby... Me puedes decir que hay alrededor del establo?

–Pues el arsenal de armas, las habitaciones de los criados y... Las mazmorras.

–Las... –Chara alza la mirada, parece que se ha dado cuenta de algo–. Despierta a todos tus soldados y llévalos hasta las cárceles! Cerrad todas las puertas de las murallas, que nadie entre ni salga!

–Por qué? –pregunta Grillby.

–Tu solo hazlo, es una orden.

Grillby se va corriendo.

–Chara, que es lo que pasa? –dice Asriel, preocupado.

–El fuego es solo una distracción...

–No entiendo...

La chica entra a su habitación, agarra su ropa de combate, se acerca a la puerta y la cierra para vestirse en privado, pero antes de hacerlo, le dice algo a Asriel y Asgore.

–Que pasa, aún no lo veis?! Los prisioneros se están fugando!

CONTINUARÁ...