Cap 10: Ovejas y ventanas

1.8K 178 189
                                    

Sans consigue alcanzar a Frisk. Parece cansado.

–Te dije que me esperases... –susurra Sans.

De repente, la puerta de madera se abre.

–Si? Quién es? –pregunta una voz femenina desde el interior de la casa.

–Hola! Necesitamos ayuda –contesta Frisk con una dulce vocecilla.

–Oh! Pero que hace una inocente niñita sola en el campo? –dice mientras abre la puerta del todo, dejando ver su cara.

Es un monstruo con forma de cabra. 

–En realidad no está sola, jejeje... Somos compañeros de viaje.

–Bueno, podéis entrar a mi casa.

Frisk y Sans entran. Están en una especie de cocina, con un pequeño fuego que ilumina y calienta el interior.

–Qué es lo que ocurre?

–Necesitamos un lugar para protegernos de la lluvia... –contesta Sans.

–Podemos quedarnos en tú casa? –dice Frisk interrumpiendo a Sans.

–Claro! Y llegáis justo a tiempo para probar mi Pie de canela recién hecho. Os gusta la canela, verdad?

Ambos se encogen de hombros. Nunca había probado esa comida.

–Pues entonces, aquí tenéis –dice mientras pone un plato de Pie de canela a cada uno.

–Mmm! Que buena pinta! –grita Frisk emocionada.

–Muchas gracias... Emmm... Aun no nos hemos presentado... –dice Sans.

–Mi nombre es Toriel, Toriel Dreemurr.

–Dreemurr?! Eres la reina de los monstruos?! –pregunta el esqueleto.

–Oh si... Es una larga historia...

Mientras tanto, en el castillo 

–Así que los humanos nos piden la paz... –susurra Asgore.

–Y que vas a hacer papá?

–Supongo que aceptaré su petición.

–Qué!? Así sin más?! Tiene que haber un castigo para los humanos! Ellos fueron los que empezaron esta guerra, muchos monstruos han muerto, y deben pagar por ello... –dice Chara indignada.

–Y que propones? pregunta Asgore.

–Ellos querían encerraros en una cueva, no? Pues ese será su castigo. 

–Me parece justo... Tú que opinas Asriel?

Pero él no contesta. Parece que no le gustó lo que dijo Chara.

–Pues está decidido. Mañana anunciaremos nuestra victoria a la ciudad! Además de una sorpresa que os tengo guardada...–dice Asgore mientras mira de forma pícara a Asriel.

De vuelta a la casa de Toriel

Afuera está cubierto de negras nubes y una fuerte lluvia está cayendo.

–Y por eso me marché del castillo... No podía soportar tanta muerte y tristeza.

–Debemos restaurar la paz entre humanos y monstruos! –dice Frisk con determinación.

–Pero eso es muy difícil, mi niño... 

Mientras Toriel y Frisk hablan, Sans está mirando el paisaje a través de una ventana.

–Siento interrumpiros pero... Donde vamos a dormir? –pregunta Sans.

–Oh, eso... Frisk puede dormir en el sofá... Pero tú tendrás que ir al granero.

–Qué! Yo sólo?

–No te preocupes... Hay un poco de paja cómoda y blandita que podrá servir como cama, y también hay unas cuantas ovejas que te pueden hacer compañía...  

–Si no hay más remedio... –dice Sans con un suspiro.

Las horas fueron pasando y Toriel enseñó a Frisk a coser, hacer ganchillo y otras manualidades bastante útiles mientras hablaban de cosas de chicas.  En cambio, Sans, se pasó la tarde al otro lado de la mesa, en silencio. Frisk no habló con él en todo ese tiempo, y eso lo pone un poco... triste.

–Bueno... Creo que ya es hora de que me vaya al... granero... –dice Sans levantándose de la silla.

–Qué? Tan pronto? –pregunta Frisk sorprendida.

–Sans tiene razón... Es bastante tarde.

La lluvia ya pasó hace pocas horas. Ahora todo está en calma. Solo se escuchan los grillos y las gotas de agua que caen desde el borde del tejado hasta el suelo.

–Voy a prepararte el sofá para que puedas dormir. 

Sans sale afuera y se acerca al pequeño granero. Intenta abrir la puerta, pero está cerrado.

–Genial... Tendré que buscar alguna ventana...

Por suerte, había una bastante cerca. Entra y busca un lugar cómodo. Una de las ovejas se acerca a Sans y le empieza a oler un zapato. 

–Jejeje... Te pareces a Toriel. Sois primos o algo?

La oveja se aleja y vuelve a dormir. Sans se acomoda y hace lo mismo.

Más tarde, en mitad de la noche 

Sans se despierta y se encuentra con que tiene a cinco ovejas durmiendo alrededor de él. Pero eso no fue lo que le despertó, si no un ruido de afuera.

El esqueleto se levanta y se acerca sigilosamente a la ventana.

Ve a Frisk apoyada en el marco de una ventana, mirando a la luna. Está cantando una canción, no muy alegre. Cuando acaba la melodía, empieza a llorar. Se tapa la cara con sus manos y entra en la casa, cerrando la ventana.

Sans se sorprende. En todo el tiempo que lleva con ella no la ha visto hacer eso. Vuelve a su cama improvisada hecha de paja rodeada de ovejas e intenta dormir, pero pensando en lo que vió. 

CONTINUARÁ...

Un ángel en tiempos de guerra (Frisk x Sans) (Frans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora