Sans y Frisk caminan en silencio, varios pasos por detrás del grupo de 5 humanos, amigos de Vince.
Cada cierto el tiempo, alguno de ellos mira hacia atrás, tal vez para asegurarse de que la parejita aún les siguen.
–Llevamos como tres horas caminando y no nos han dirigido la palabra ni una sola vez... –susurra Frisk.
Sans no contesta. Lo único que hace es echar un vistazo a su alrededor, mientras guarda sus manos en los bolsillos de su traje.
–Me suena que ya hemos pasado por aquí... –dice Sans, en voz alta.
Se pueden escuchar los balidos de las ovejas, junto con los tintineos de muchas campanas sonar al mismo tiempo. Están atravesando una pradera y parece que hay un rebaño de ovejas cerca.
–Ey, mira –advierte Frisk, señalando hacia la cima de una pequeña colina–. Quién es ese?
A lo lejos se puede ver, sentado en una roca, una especie de niño sin brazos y con una cabeza bastante grande. Segundos después, al darse de cuenta de que lo estaban mirando, se levanta de la roca y sale corriendo en dirección contraria, no sin antes tropezarse y caerse al suelo de cara.
–Parecía un monstruo... Tal vez nos están siguiendo...? –pregunta la chica.
–No lo sé. Puede que si... –responde Sans, aun intentando recordar este lugar.
Mientras tanto, en los establos del castillo
–Ya estamos todos aquí, princesa...
Reunidos en la parte más recóndita y descuidada del establo, el general Grillby, junto con unas cuantas decenas de soldados, se han reunido por orden de Chara.
–Son los adecuados para esta tarea...? –pregunta la chica mientras que, con los brazos crudados, los analiza con la mirada.
–Todos los que piensan como usted, mi princesa, están aquí para serviros. Fieles, fuertes y sin miedo a la muerte –contesta el general.
Todos eses soldados, protegidos por brillantes armaduras de plata, se quedan firmes y en silencio delante de la mirada atenta de Chara.
–Mis sospechas se han confirmado... La benevolencia de Asgore le ha llevado a cometer el error de perdonar a los humanos... –hace una pequeña pausa, para darse la vuelta y mirar a través de una pequeña ventana del establo–. Un rey que no sabe reinar, no se merece gobernar...
Una vez más, todo se queda en silencio.
–Haremos un sutil y eficaz golpe de estado, para destronar a la vieja cabra loca... Y así darle el final que los humanos se merecen –continúa hablando Chara.
–Si, mi princesa –responde Grillby.
–Por cierto... Que tal va Gaster con su proyecto...? Necesita mas conejillos de indias...?
–No, mi princesa. Todo va según lo planeado.
Chara se da la vuelta, una vez más, para caminar hacia la salida del establo.
–Excelente... Ah, por cierto –dice mientras se detiene al lado de Grillby–. A partir de ahora, llámame reina.
–Si, mi reina... –responde una vez más, pero esta vez inclinando la cabeza hacia adelante, a modo de respeto.
En mitad de las praderas...
–Ya me acuerdo! –grita Sans. Parece que acaba de darse acordarse de algo–. Ya se donde estamos!
–Enserio? Dónde? –pregunta Frisk, que se asustó un poco tras el pequeño grito del esqueleto.
–Como se me pudo haber olvidado... Las ovejas, el prado, las pequeñas colinas... No lo recuerdas...?
–Mmmm...
Pero, de repente, Frisk y Sans, que se estaban mirando mientras caminaban y hablaban, se chocan contra las espaldas de los 5 chicos, que se detuvieron en mitad del camino.
CONTINUARÁ...
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Un ángel en tiempos de guerra (Frisk x Sans) (Frans)
FanfictionSans, un joven esqueleto, decide dejar su hogar y marcharse lo más lejos de allí, debido a un suceso que lo marcará de por vida. Ahora, su casa son los caminos... Irá vagando de pueblo en pueblo hasta que, un día, por obra del destino, se encuentre...