Luego de un par de minutos en silencio, decidí salir de mi escondite, pero lo encontré sentado en la cama, inclinado hacia adelante. Ya estaba a punto de poner una excusa cualquiera, cuando me percaté de algo... estaba dormido. Sentado y dormido. ¿Habría cantado así? ¿es sonámbulo?
Genial, otro problema más.
Como pude, lo recosté nuevamente, teniendo cuidado de no despertarlo. Al lograrlo, solté un suspiro y por fin regresé a mi habitación para dormir. Esta vez sí que me sentía agotado.
(***)
Desperté un poco tarde. Cuando observé el reloj, me di cuenta de que eran las 11:45. Maldición.
Fui a darme un baño y prácticamente corrí hasta la cocina. Espero que Wiss venga pronto. Comí algo como para no desfallecer y le preparé el desayuno a Shin. Supongo que ya estará despierto.
Cuando entré en la habitación, lo encontré... en el suelo, junto a la cama. Aventé la comida al aire y fui a ver si estaba bien.
Sacudí levemente su hombro y apenas respondió con un sonido. No parecía estar en condiciones de moverse y, mucho menos, de levantarse, así que lo cargué y lo dejé en su cama. Tenía mucha fiebre.
Como pude, levanté las cosas del suelo. Ya estaba por destruirlo todo, puesto que no quería tener que hacer todo de nuevo... pero Wiss llegó y trajo comida. Mientras él se quedaba bajo el árbol sagrado, yo fui a darle de comer a Shin.
Al menos no tiró nada. Dejé todo por ahí y salí con Wiss.
-¿Alguna novedad, señor?
-Nada bueno. Está peor.
-¿Ah, sí? ¿qué síntomas tiene?
-¡No lo sé! Simplemente le subió la fiebre.
-Eso es bastante normal, señor. Aún así, le sugiero algo.
-¿Qué cosa?
-Quizás al Supremo Kaio-shin le vendría bien un baño...
-¿Pero que dices, Wiss? ¡ni siquiera puede moverse!
-Oh, bueno, no se enfade. Sólo era una sugerencia. Si me disculpa, me retiro. Vendré de nuevo pronto.
Se fue antes de dejarme contestar.
¿Un baño? Shin no puede moverse, ¿cómo se supone...
Oh no.
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| Polos opuestos se atraen... se necesitan | ~Shills~
FanfictionEl pequeño Shin cae bajo los efectos de una extraña enfermedad, por lo que Bills deberá ir a visitarlo, para preguntar por su estado. Lo que ninguno de los dos planeaba... fue enamorarse.