- Ya me voy, paga tú.
- ¡Oye! ¿porqué debo hacer eso?
- Porque yo soy un dios y tú eres la que propuso que comamos juntos.
- Que poco caballero.
- Ni que fueras una dama.
- Soy mejor que eso - ella tenía su lado diva.
- Ya quisieras.
- Vas a extrañarme, lo sé.
- Tanto como se extraña a un resfriado. Presumida.
- Así me amas - me sacó la lengua, mientras la mesera se acercaba.
Marcarita sacó su billetera, ¿de verdad pensaba pagar por los dos? Yo lo decía en broma. Al final, acabé ayudándole. Riendo como un par de idiotas, nos despedimos, llendo cada uno por su lado. Decidí regresar a la habitación.
Cuando entré, todo estaba en orden. Shin estaba en el sillón, de brazos cruzados, mirando el suelo. Quise acercarme a avisar que llegué, pero la mirada asesina que me dirigió, me dejó callado. ¿Estaba furioso? ¿porqué?
- Hola, Shin - hablé, con toda la ternura que me provocaba.
- Señor Bills. Si me disculpa, iré a ordenar este lugar.
- Oh, déjame ayudarte.
- No es necesario, gracias.
¿Porqué era tan cortante de repente?
- ¿Te pasa algo? Pareces molesto.
- No lo estoy, no me sucede nada, gracias.
Tengo un mal presentimiento.
- Bueno... estaré en la habitación si me necesitas.
No recibí ninguna respuesta de su parte. Confundido, fui a recostarme a pensar. ¿Estará enojado por el beso? Hombre, que en ese momento no parecía molesto. Maldigo enormemente a quien sea que nos haya interrumpido. Al menos, pasar el rato con Marcarita me ha levantado un poco el ánimo.
¿Y si voy a buscarla?
¡Hola! Un capítulo corto, porque así de inútil soy :D
No prometo nada, pero... se viene lo shido xd
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| Polos opuestos se atraen... se necesitan | ~Shills~
Hayran KurguEl pequeño Shin cae bajo los efectos de una extraña enfermedad, por lo que Bills deberá ir a visitarlo, para preguntar por su estado. Lo que ninguno de los dos planeaba... fue enamorarse.
