Capítulo 20: cafetería

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AWEBO, POR FIN LOGRÉ ACTUALIZAR ESTA COSA \v:</





Nos separamos de inmediato, sobresaltados. La palabra vergüenza, fácilmente podría describir nuestras expresiones en ese momento. Había sonado el timbre... ¿estuvimos a punto de besarnos? Creo que sí. Maldigo enormemente a quien sea que haya tocado. Resignado, me levanté y fui hasta la puerta, pero, al abrir, me di cuenta de que no había nadie. Alguien dejó un saquito de té en el suelo, ¿qué clase de broma es ésta? Sin molestarme en tomarlo, lo pisé y regresé adentro. Shin ya no estaba en la cocina.

    Por un momento, me asusté al pensar que le podría haber sucedido algo, pero el sonido de la ducha me tranquilizó. Mientras él se duchaba, decidí salir a caminar un poco. Salí de nuestra habitación y me fui hasta la cafetería del hotel. Sinceramente, los dulces no son lo mío, compré todo eso para Shin. Me senté en una mesa vacía y le pedí a la mesera un café sin azúcar.

    Mientras me lo preparaban, me dediqué a observar un poco el lugar. Lucía bonito, tranquilo y familiar. Habían algunas personas sentadas en las demás mesas, parecían grupos de amigos, familiares e, incluso, algunas parejas que compartían bocadillos. Yo era el único que estaba sólo.

     Aunque eso no duró mucho tiempo.

    Se sentó frente a mí y me saludó con una gran sonrisa. Le devolví el gesto, sorprendido. Hace tiempo que no nos veíamos, no esperaba encontrármela por aquí.

- Bills, ha pasado un buen tiempo.

- Lo mismo digo, Marcarita.

    Ella era el ángel guardián del universo 11. Nos habíamos conocido en una reunión que nuestros respectivos Kaio-shins habían hecho. Yo apenas conocía a Vados, como la hermana de Wiss y no tenía idea de que su familia era aún más grande. Marcarita me cayó bien al instante, sus bromas pesadas y su pasivo-agresividad, pudieron conmigo. Siempre fuimos amigos, nos gustaba molestar a Champa juntos, pero los hermanos de ella nos descubrieron y tuvimos que parar. Desde entonces, perdimos contacto.

- ¿Qué haces en este lugar?

- Creo que yo debería hacer esa pregunta, ni siquiera forma parte de tu universo.

- ¿Te molesta recibirme aquí?

- Me molestan muchas cosas.

- Eso ya lo sé, siempre fuiste un gruñón.

- Y tú una rarita.

     Comenzamos a "insultarnos" entre risas, como si no hubiera nadie a nuestro al rededor. Dándonos pequeños golpes amistosos, parecíamos un par de niños. No sé porqué Wiss se lleva mal con su hermana, es genial, un poco desubicada, pero genial.

    Decidimos (más bien, ella decidió) quedarnos juntos a desayunar. Pidió un café latte, cuando la mesera volvió con mi pedido. Así, entre tanta charla, ninguno de los dos notó que cierto Kaio-Shin nos estaba observando de una forma no muy alegre.

| Polos opuestos se atraen... se necesitan | ~Shills~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora