- ¡¿Pero qué estás diciendo?! - hizo ademán de levantarse, pero la jalé de la camisa. Justo en ese momento, Shin salía de la habitación.
De acuerdo, mi imagen dejando el pecho del ángel un poco descubierto, no debió ser la más agradable para él. Bajó la cabeza, susurrando un débil "Lamento interrumpir", para luego irse corriendo. Recién entonces me di cuenta de lo que pasaba, pero me costaba asimilarlo. ¿Shin estaba celoso? Al parecer, sí y yo era un idiota por no haberlo notado antes.
Salí de ahí, dejando a Marcarita medio aturdida. Fuera del hotel, escuché ruidos por el bosque, allí debía encontrarse el pequeño Shin. Corrí lo más rápido que pude, pero le perdí el rastro. Recién entonces, me di cuenta de que yo mismo me había perdido y, probablemente, él también.
Pasaron horas, sí, horas, en las que estuve preocupado, gritando, buscando, tropezando con rocas y lastimándome con ramas. Nada de eso me importaba, yo solo quería encontrarlo, asegurarme de que estuviera bien y llevarlo de regreso al hotel. Allí estaría a salvo.
Las palabras de Marcarita resonaban en mi cabeza una y otra vez. ¿Acaso estaría en peligro? ¿cuándo? ¿ahora? Deseaba que no fuera así. Si le llegase a pasar algo, no me lo perdonaría.
En eso, escuché una voz familiar. No era la de Shin, pero me resultaba conocida por algún motivo. Decidí seguirla. Acabé cerca de una cascada. Sobre unas rocas, dos siluetas podían distinguirse a contraluz.
Una, era la de Shin... y la otra, pertenecía nada más que a Zamasu. Estaban peligrosamente cerca el uno del otro...
Penúltimo capítulo...
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| Polos opuestos se atraen... se necesitan | ~Shills~
FanfictionEl pequeño Shin cae bajo los efectos de una extraña enfermedad, por lo que Bills deberá ir a visitarlo, para preguntar por su estado. Lo que ninguno de los dos planeaba... fue enamorarse.