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A la mañana siguiente desperté un poco asustada pensando que Harry no había llegado a casa, mi respiración se calma al sentir el brazo de mi chico rodeando mi cintura. Una sonrisa amplia aparece en mis labios, me acomodo lentamente dándome la vuelta hasta encontrarme con él. Sus ojos estaba cerrados, su rostro estaba relajado pero con una pequeña sonrisa en sus labios. Llevo mi mano derecha a su mejilla y la acaricio con delicadeza.

–Sigo diciendo que me encanta despertar contigo a mi lado.

–¿Te he dicho que eres un exagerado?–digo con voz somnolienta.

–Creo que desde el día que nos conocíamos–ríe suavemente con su voz ronca.–Tengo que ducharme. Mi madre quiere que vayamos a comer con ella, invitó a tus padres

–¿Le pasó algo? –me siento rápidamente en la cama preocupada pensando lo peor.

–No amor–suelta una leve risa en lo que se sienta a mi lado dejando un beso en mi hombro descubiertos– Hoy es su aniversario con Robin y quiere festejarlo bien. Así que ponte hermosa –besa mis labios para después alejarse lentamente.

Me puse de pie para ir hacia la habitación de Jacob, había estado muy tranquilo en la noche y quería asegurarme de que todo estuviera bien.

Entre en su habitación y lo vi sentado en su cama con su cobija azul y un oso en medio. Parece que comía cereal, lo que me hace fruncir el ceño y acercarme a mi pequeño.

–Jacob, mi niño...

–Hola mami– dijo antes de meterse una cucharada de cereal a la boca.

–Cariño– me acerco a su cama hasta poder sentarme en la orilla– ¿Quien te dio cereal?

–Papi dijo que podía desayunarlo y me lo serví yo solito mami– dice emocionado.

¿¡El sólo!? Debería haber un desaste en la cocina. Sin pensarlo mucho salí de su habitación para poder bajar las escaleras de la casa con velocidad. A los pocos segundos logre llegar a la cocina con miedo de encontrar lo peor. Pero, para mi sorpresa todo estaba en orden, estaba limpio.

–Pero...

–Yo limpie, creo que no fue buena idea que él se sirviera sólo, dejó un desastre– escucho la voz de mi esposo detrás mío. Cierro los ojos soltando un suspiro en lo que él me abrazaba por la cintura. –Te dije que iba a cambiar y que no tenías nada por que preocuparte.

Una sonrisa aparece en mis labios lentamente en lo que acaricio sus manos. –No pensé que estarías también al pendiente de Jacob.

–¡Hey!– deja un beso en mi mejilla –Es mi hijo también y necesito ser buen padre y esposo– sonríe dándome la vuelta–

–Gracias... lo digo en serio

Siento sus labios sobre los míos por unos cuantos segundos. –Anda a ponerte más hermosa de lo que ya eres.

Ese comentario siempre me hacía sonrojar. –Está bien, pero también tengo que arreglar a Jacob.

–De eso me encargo yo, linda– suelta mi mano lentamente para luego ir hacia la habitación de Jacob.

Todo esto se me hacía tan extraño. Harry habia sido más atento de lo normal, había amanecido de buen humor y ahora quería que me arreglará para una comida con nuestras familias. Podría jurar que el aniversario de Anne y Robin ya había pasado.

Decido alejar todas mis dudas de mi mente y me dirijo a mi habitación con cierto nerviosismo. Cuando llego a mi habitación ladeo la cabeza encontrandome con un bonito vestido casual de color rojo con rayas azules.

Cuando estaba apunto de gritarle a Harry para que viniera a explicarme eso, veo una nota sobre el vestido. La tomo en mi mano y me dedico a leerla.

Cariño:

Estoy seguro que te verás tan linda en este vestido. No te enojes, pero lo compré sólo para ti, con ayuda de Gemma, por supuesto, pero ambos pensamos en que te quedaría lindo para el día de hoy.

En el armario hay una caja con unos zapatos rojos. Te mereces lo mejor

Con amor. H.

Una pequeña risa se escapa de mis labios al terminar la nota. Dejo esta por un lado y tomo el vestido viéndolo a detalle. Por Dios, este hombre me conocía tan bien.

Cuando tengo el vestido puesto sonrío poniéndome los mundos zapatos rojos con un ligero tacón. Tomo un mechón de mi cabello hasta hacerlo trenza para lo último enredarlo en mi cabeza como su fuera una trenza. Me comienzo a maquillar ligeramente.

Cuando estoy apunto de terminar escucho como Jacob gritaba con fuerza. Sabía que Harry no podía solo. Termino de ponerme mi color rojo en mis labios para luego correr hacia la habitación de Jacob.

–¡No quiero!

–Hijo, sólo es un lindo saco, ¿No quieres ir como papá?

–¡No!

Suelto una carcajada al ver la cara ofendida de Harry. Entro a la habitación cargando a Jacob.

–¿Que está pasando aquí?

Casada Con Mi Mejor Amigo H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora