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Estaba tan cansada, sentía el sudor en mi cuerpo, no podía más. A los pocos segundos sentí como Harry se tiraba a mi lado. Nuestra respiraciones eran agitadas, pero era nuestra felicidad. Volteo a ver a Harry y puedo notar como él también tenía sudor en su frente.

–¿Crees que fue mala idea?– Le pregunto intentando controlar mi respiración.

–Es nuestra felicidad ¿No?– toma mi mano para poder llevar esta a sus labios y dejar un beso.

–¡Papis!– siento el peso de nuestro pequeño Jacob sobre mi cuerpo.

Habíamos pasado toda la tarde en el brincolin inflable que Harry le había comprado a Jacob. Nuestro bebé no quería dejar de saltar y nosotros no nos atreviamos a dejar sólo en el.

–Jacob, lastimaras a mami– siento como se pone de pie en el brincolin y quita al niño de mi cuerpo. –¿aún no te cansas, campeón?

Jacob con asiente con la cabeza soltando un bostezo de sus labios. ¡Por fin se había cansado!

Ahí fue cuando yo me puse de pie soltando un suspiro profundo. Me acerco a ellos y tomo al pequeño en mis brazos.

–Bueno, ahora me toca a mi llevar a este lindo pequeño a bañar– sonrío al sentir como Jacob se acomodaba en mi cuello.

Bajo del bincolin caminando hacia nuestra casa.

Ya habían pasado tres meses desde que había vuelto con Harry. A mediados del primer mes Harry me sorprendió con una casa cerca de mi restaurante. Habíamos estado viviendo en esta nueva casa junto con Jacob como una familia, nuevamente.

Después de unos minutos salgo del baño empapada, como ya era costumbre. No era por que Jacob no se quisiera bañar, sino por que le gusta jugar a las guerras de agua. Cuando tengo a mi pequeño cambiado y asiado lo llevo a su habitación para poder acostarlo a dormir.

Me quedé unos minutos en la habitación de Jacob asegurandome que se durmiera bien.

Salgo de su habitación y camino hacia la habitación que tenía con Harry. Cuando entro lo veo ahí viendo la televisión acostado en la cama. Me dirijo al baño para poder cambiarme la ropa empapada.

–Amor...– escucho la voz de Harry en la puerta.

–¿Que pasa?– digo poniéndome mi pijama nueva. La cual consistía en una camiseta negra de Harry.

–¿Te importa si salgo unas cuantas horas?

Oh no, yo odiaba que saliera justamente a las horas en las que nos íbamos a dormir.

Abro la puerta rápidamente. Puedo ver como en su rostro se mostraba temor, pero también tenía algo de súplica. Su respiración era entrecortada, estaba nervioso.

–¿Quieres darme una explicación?– lo miro con una expresión seria.

–Mi madre me llamo, quiere que le ayude con algo en casa– suelta un suspiro nervioso, toma mis manos entre las de él para así llevárselas hacia sus labios dejando un beso en mis nudillos. –Sé que te aterra la idea de que salga por nuestra última experiencia, pero te amo Lea y jamás lo haré de nuevo.

¿Tenía miedo? Sí, ¿Confiaba en él? También. Pero era difícil, tal vez habría otra chica que haría lo mismo que Skyler, pero ella no pararía y estaría con Harry. Ok, creo que tengo que dejar de exagerar las cosas.

–Está bien– digo por fin, un suspiro profundo sale de mi. –sólo... ten cuidado con las chicas.

Siento las mano de Harry tomar mis mejillas, miro sus ojos, los cuales me miraban fijamente. Sus pulgares de movían lentamente sobre mis mejillas. Su rostro se acerco al mío rozando nuestros labios.

–Eres la mujer más perfecta del mundo.

Susurra sobre mis labios. Una sonrisa aparece en nuestros labios. Me acerco a él así rompiendo el espacio entre nosotros y juntando nuestros labios por unos segundos.

–Confío plenamente en ti.

–Te digo un secreto– se aleja de mi aún tomando mi mano. Sonríe de lado alzando mi mano para darme una vuelta. –He descubierto que el negro te queda muy bien.

Comienzo a sentir el calor abundante en mis mejillas, sabía que me había sonrojado.

–Y esas mejillas rojas combinan perfectamente.

–Harry, basta– comienzo abanicarme con la mano esperando que el dolor de mis mejillas desapareciera.

–Está bien– su risa se escucha por toma la habitación. Se acerca a mi y deja un suave beso en mi mejilla. –Volveré temprano, lo prometo.

–Confío en ti.

Después de eso vi a Harry arreglarse su cabello recién cortado. Recuerdo cuando llego a casa con el cabello corto. Jacob había llorado por el cabello de su padre, al parecer Jacob quería que su cabello creciera como el de Harry. Cuando Harry me contó que había donado su cabello me sentí tan orgullosa de él.

No sé cuanto tiempo estuve sumergida en mis pensamientos, pero cuando volví a mi realidad, Harry ya no estaba ahí. Estaba solamente yo. La televisión sonaba con las voces de la serie "FRIENDS". Aún así fuera mi serie favorita, no podía prestarle atención. Me preocupaba que Harry no estuviera en casa.

Casada Con Mi Mejor Amigo H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora