Capitulo teintaidos

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Ya había pasado unos meses después del problema que había tenido Harry con Dess. Las cosas habían sido un poco mejores entre Harry y yo. Ahora estoy en nuestra antigua casa guardando mis cosas que había dejado en algunas cajas grandes.

–¿En serio quieres hacer esto?– en cuanto escucho la voz de Harry guardo la foto de nuestra boda en mi caja y volteo a verlo –vamos, cariño, hay muchos recuerdos en esta casa, no quiero venderla.

Y sí, estaba guardando mis cosas por que íbamos a vender la casa. Lo había hablado con Harry desde hace dos semanas, él, evidentemente, no quería vender la casa, decía que tenía la esperanza de que volviéramos a vivir en ella, pero siendo sincera, no quería estar en esa casa, por así decirlo me hacía sentir mal.

–Por eso mismo la quiero vender– cierro la caja y me pongo de pie –son recuerdo más malos, bueno, los que tengo presentes– suspiro comenzando a empujar la caja. Sentía la mirada de Harry en mi trasero. Mal día para ponerme shorts. –Harry, deja de mirar mi trasero– digo divertida en lo que me pongo de pie.

–Oh vamos, Lea. No es como si no lo hubiera hasta tocado– escucho el tono divertido en su voz, mis mejillas estaban rojas por culpa de él.

–No hables de eso– digo en lo que comienzo a guardar las cosas de nuestra boda en una caja.

–¿Te arrepientes? – escucho su voz desilusionada.

–¿En serio me estás preguntando eso?– lo miro incrédula.

Se encoge de hombros y me mira a los ojos haciendo una mueca torcida –Bueno, hay muchas que de seguro te arrepientes.

–En eso te equivocas– susurro dándole la espalda, me pongo de rodillas para seguir guardando las cosas en una caja. Tomó una foto de Harry y Jacob, un suspiro profundo sale y se la pasó a Harry. –No me arrepiento de tener a esas dos personas– lo volteo a ver. Él estaba examinando con cuidado la foto que tenía en sus manos. –Tampoco me arrepiento de haberme casado contigo, pero... Es posible que, tal vez, no debimos casarnos muy jóvenes y ni siquiera éramos novios– río un poco triste dándole la espalda y siguiendo guardando las cosas.

–Pues... ahora lo somos.

Rápidamente frunzo el ceño, dejo las cosas en la caja y volteó a ver a Harry. Que yo recuerde no era su novia.

–¿Disculpa? Yo estoy soltera– Me levanto del piso con una expresión seria. Harry me conocía bien y una de las cosas que más odiaba era de que alguien decidiera por mi. –Pensé que me conocías

–Pensé que si éramos novios– dice apenado bajando la mirada.

–Mira Harry, tu me conoces bien y sabes que odio que decidan por mí o que supongan cosas sin preguntar– Me alejo de él intentando calmarme –Termina de guardar las cosas, me iré a mi casa, ocupo ver los trámites de mi Universidad– no deje que Harry dijera nada, sólo salí de la casa y subí a mi auto para dirigirme a mi casa.

[...]

–Oh vamos, no lo culpes, hasta yo creí que ya eran novios– dice divertida en lo que termina de lavar los platos.

–Mamá, Harry y yo no estamos juntos– digo sin apartar la mirada de mi laptop. –Además, le resta puntos el hecho que haya decidido por mí– levanto solamente mi mirada encontrándome con los ojos de mi madre. –Y tu eres la culpable– digo divertida volviendo a ver mi laptop.

–Hay por Dios, entiende, Lea, estaba loca y obsesionada– rueda los ojos. –tu abuela era igual, así que... creo que fueron los recuerdos– hace una mueca.

–Mamá, yo ya te perdone, sólo lo decía de broma– Suspiro volteando a mirarla. –Además, papá te ama así de loca.

–A él le gusta que me ponga loca en otra parte– me guiña el ojo y suelta una carcajada sentándose frente a mi.

–¡Madre! ¡Por Dios!– exclamo saqueando asqueada en lo que escucho la carcajada de mi mamá.

Sorprendentemente en estos días, o mejor dicho meses  que había vuelto a vivir en casa, mi madre y yo teníamos mejor relación. Era la primera vez en la que la sentía como mi madre y mi mejor amiga.

–¿Como crees que naciste tu?– dice de manera divertida y recarga su mentón en la Palma de su mano soltando un pequeño suspiro –fue el mejor aniversario de la vida, fue en la cabaña de tus abuelos y...– rápidamente la detengo.

–¡Basta, por favor! No quiero traumarme más.

Suelta una carcajada y se sienta a mi lado. –¿Que dice la Universidad? – ve mi laptop y frunce el ceño. –¿Por que estás viendo universidades en Nueva York? Pensé que te quedarías en Londres– Susurra y me mira atentamente, yo bajo la cabeza suspirando. –¿Te irás?– solamente guardo silencio. –¿Le dijiste a Harry?– vuelvo a quedarme callada. No le iba a decir nada a Harry. –Lea Davenport, ¿¡No le has dicho a Harry!? –

–No lo consideré importante– hago una mueca.

–El chico está loco por ti... ¿¡Y tu dices que esto no es importante!?– se pone de pie.  –Ahora mismo llamarás a Harry y le dirás esto.

–No lo haré, no quiero– vuelvo mi mirada a la laptop. –Además, sólo falta una semana para que me vaya...

–Lea, ¿Amas a Harry?

–Tu sabes que sí...

–Sabes hija, puede ser que él te ame tanto como tu a él, pero llega un momento en el que todos se cansan.

–¿Que intentas decir? – frunzo el ceño mirando a mi madre.

–Si te vas destrozaras a Harry, de nuevo y de seguro piensas que cuando vuelvas él te estará esperando de nuevo– Me quedo callada, no podía responderle por que ella había dicho lo que pensaba. –Lea, las personas se cansan y créeme que cuando vuelvas Harry no te estará esperando con los brazos abiertos.

Mi mamá tenía razón. Quería decir algo para defenderme, pero no podía, no podía decir nada más.

Mi mamá me pasa el teléfono. –Quiero que le llames a Harry ahora y le digas la verdad. Si es que no lo quieres perder.

Y se fue. Me dejo ahí sola en la cocina, con el teléfono en la mano y con la página de la universidad abierta. Esta decisión era difícil. Mi segunda carrera o Harry.

Después de pensarlo unos segundos llamo al teléfono, muerdo mi labio y espero a que contesten.

–¿Hola?

–¿Puedes venir a mi casa? Tenemos que hablar...

Casada Con Mi Mejor Amigo H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora