Capítulo 15: La vuelta de Sane

151 15 0
                                    



Me encontraba en el salón junto a Sane. Después de descubrir que era este quién se encontraba en frente de mi casa, le dejé entrar y tuvimos una charla en la que contamos cada uno nuestra versión de la historia. Yo le conté todo, desde mi primer encuentro con Ziggy hasta la marcha de este y de Essi. Sane, por su parte, también me contó que había logrado sobrevivir a la sequía, aunque en unas condiciones terribles, sin embargo, gracias a su astucia y a sus grandes conocimientos científicos había conseguido salir de la peliaguda situación.

-No sabía que habíais ido a Marte, como tampoco sabía que Essi era la culpable de todo. Pero un día la vi y sospeché, ya que era la única superviviente aparte de mí y ella no tenía los medios suficientes para sobrevivir, que yo sí que tenía. Entonces comencé a investigar sobre ella y descubrí que su anterior planeta había sufrido el mismo cambio repentino. Fui hilando hasta que finalmente me di cuenta de que la verdadera culpable de todo era Essi -me explicó Sane, hizo una breve pausa y continuó- Sabía que Ziggy había ido hasta la tierra para intentar solucionar el problema, yo mismo le envié piezas de repuesto para su nave, como bien sabes.

-Pero, ¿cómo nos has encontrado? Quiero decir, la tierra es enorme y podríamos estar en cualquier sitio... -pregunté desconectada.

-Bueno, tras la destrucción de Marte le envié a Ziggy mi descubrimiento acerca de la verdadera identidad de Essi, sin embargo, este no vio el mensaje.

-Sí... se debe a que estuvimos muy ocupados... sobre todo Zig arreglando la nave, ya sabes -afirmé, aunque sabía que la verdadera culpable de su distracción era yo.

-Sí, lo suponía -Dijo Sane poco convencido con mi respuesta-. Bueno, el caso es que tú viste el mensaje y gracias a eso conseguí encontrarte por la señal del localizador, seguí el rastro hasta llegar aquí, a tu casa. Así que, te debo un agradecimiento Aura. -dijo Sane sonriéndome con un encantador gesto.

-Fue pura suerte -dije sonrojándome ligeramente.

Entonces hubo un incómodo silencio en el que ninguno de los dos sabía que decir. Ya conocíamos toda la historia, sin embargo no sabíamos que hacer ni cómo enfrentarnos al peligro que nos aguardaba.

-Bueno, creo que deberíamos ir con Ziggy 

-¡Qué! ¡No! ¿Por qué deberíamos? -grité indignada.

-¿Por qué no? 

-¡No tengo intención de ver a ese desgraciado! -dije sin pensar.

-¿Estáis enfadados? -preguntó Sane esperando una respuesta por mi parte.

-Emm... bueno... no exactamente. -dije bajando la cabeza tristemente-. Es solo que...

-Ey ¿qué ocurre? -me preguntó Sane mientras me levantaba la cabeza para mirarme-. Él te ha hecho daño... ¿no es así? -me preguntó preocupado.

Mis lágrimas comenzaron a caer precipitadamente sin poder evitarlo. Claro que me había hecho daño, me sentía muy dolida. Pero lo peor es que llevaba sin verle dos días y ya le echaba en falta. No, en realidad le echaba terriblemente de menos.

-Aura -me llamó Sane intentando llamar mi atención, mientras que yo me encontraba sumida en mis pensamientos.

-No es nada, en serio... -dije secándome los ojos.

-Ven.

Sane me abrazó. Yo me negué, pero después lo encontré reconfortante y permanecí en sus brazos unos minutos que se hicieron eternos. Sin embargo, fue uno de esos abrazos que no quieres que terminen nunca, era cálido y amistoso. Sentí que Sane realmente me comprendía, aunque no le había dicho nada sobre mi relación con Zig, él ya lo sabía todo.

-Iré allí y hablaré con Zig.

-¡No, espera! -le dije mientras le agarraba fuertemente. Sane se sorprendió un poco por mi reacción y me miró mientras me sonreía dulcemente. Yo sentí que mi corazón se iba a desbordar. No sabía por qué pero quería quedarme allí con él.

-Tarde o temprano tendremos que enfrentarnos a Essi y necesitamos  a Ziggy de nuestro lado -afirmó seriamente Sane.

-Lo sé, pero hoy no, por favor, quiero quedarme aquí, olvidarme de todos los problemas.... solo hoy, por favor.

-Esta bien. Pero mañana tendremos que ir. 

Nos quedamos en el salón charlando durante bastante tiempo. Sane me contó anécdotas que había vivido con Ziggy y yo reía enérgicamente. Lo cierto es que encontraba a Sane bastante atractivo, quizás era solo porque estaba enfadada con Ziggy, no lo sé, pero me gustaba su compañía. 

Después, la noche se animó y yo le ofrecí algo de beber. Sane tomó una cerveza y le fascinó, ya que nunca había probado una. Se tomó algunas más y comenzó a hacerle efecto el alcohol, ya que no estaba acostumbrado a beber. 

-Me gusta lo que tenéis aquí -dijo tomando otra cerveza.- Es bueno... -dijo mientras sonreía ladinamente y me miraba con seducción. Yo ignoré su comentario, aunque me encontraba algo sofocada por el alcohol.

-Sane no tomes más, creo que ya has bebido bastante -dije quitándole la bebida. Este luchó por quitarme la cerveza y yo le seguí el juego, hasta que la bebida se derramó en el suelo y los dos nos tropezamos, cayendo Sane encima mío.

-Ups, perdona... -dijo Sane mientras me miraba a los ojos. Entonces bajó su miraba y me agarró bruscamente del cuello, obligándome a acercarme a él.

-¡Sane! ¡¿Qué coño haces?! -le grité completamente avergonzada.

-No pasa nada... solo... déjate llevar -entonces me besó de forma algo brusca, mientras permanecíamos en el piso. Yo intenté levantarme en vano, ya que el peso de Sane me oprimía. Cuando nos separamos nos miramos, yo le pegué un bofetón y este me miró sorprendido.

-¡No vuelvas a hacer eso! ¡entendido! -le grité enfurecida.

-Está bien, perd... -y antes de que pudiera acabar la frase le estaba besando apasionadamente. Sane se quedó desconcertado pero enseguida me siguió. Le agarré de la camisa obligándole a levantarse del suelo. Después, ambos nos dirigimos a mi habitación mientras continuábamos besándonos. Sane me puso contra la pared y comenzó a acariciarme, bajó a mi cuello para a continuación morderlo. Yo gemí suavemente y dije "Ziggy" en un suspiro, sin darme cuenta. Nos dirigimos a la cama y empujé a Sane, este cayó precipitadamente y yo detrás de él, para colocarme encima de este. 

Ambos estábamos bastante borrachos, él más que yo, pero acabó sucediendo lo más inesperado. Durante esa noche, no dejé de pensar en Ziggy, aunque me sentía mal porque fuera así, aún le quería. 


El VisitanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora