Capítulo 17: Destrucción

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Sane y yo llegamos a la colina donde vi por última vez la nave de Ziggy, sin duda tenían que estar por allí. Caminamos durante largo rato hasta que dimos con la nave, miramos por los alrededores pero no les vimos, así que Sane se dispuso a entrar, mientras yo esperaba fuera, como habíamos planeado. Sane irrumpió dentro de la nave y buscó por las habitaciones hasta que encontró la de Ziggy. Entró en la estancia y este se giró al oír pasos.

-¡¿Sane?! ¿Qué haces aquí?

LAPSO TEMPORAL.

 (NARRA ESSI)

La tierra tiembla y el suelo se sacude vertiginosamente, los bosques arden y son provocados por terribles incendios que se propagan extendiéndose kilómetros y kilómetros. Llantos, dolor y muerte es lo único que puedo ver a mi alrededor. La tierra pronto quedará completamente desolada y yo soy testigo de ello. Testigo y también culpable de todo. No puedo evitar sentirme mal, ya que soy la propagadora de una terrible maldad, por culpa de mi naturaleza, yo y solamente yo soy la responsable de la muerte de la humanidad. Ya no queda esperanza... pronto la tierra no será más que un planeta sin vida que vaga por el universo y cuyo fin es solo recordar ese día apocalíptico en que yo, Essi, la destructora de planetas, acabé con todo.

-Essi... por qué... -me dice Ziggy con lágrimas en los ojos.

-Es mi naturaleza. –afirmé yo mirándole con una expresión fría.

-Te odio. –esas palabras bastaron para hacerme sentir completamente derrotada. La mirada de odio de Ziggy se clavaba en mi corazón como un puñal, haciéndome sentir lo peor.

Entonces corrió hacía Aura para protegerla en sus brazos. Les vi abrazarse mientras eran rodeados por llamas y yo sentí una furia indescriptible. La odiaba. Yo quería a Ziggy y él debía amarme a mí y solo a mí. Me dirigí hacia ellos con una mirada encolerizada.

-¡Apártate de él! –grité y entonces Ziggy se dio la vuelta para enfrentarse a mí.

-¡No! ¡Apártate tú! –dijo él empujándome. Entonces Aura dio unos pasos adelante.

-Essi, él no te ama, déjale ir. No tenemos por qué morir todos, podemos vivir en paz. Y en cuanto a tu naturaleza... tal vez haya una solución para evitar todo este dolor y muerte –dijo Aura convencida de sus palabras.

-No tiene por qué haber más muertes... -susurré.

-Eso es Essi. –asintió ella.

-¡Solo la tuya!

Entonces agarré a Aura del cuello y la lancé contra unas rocas provocándole un gran golpe en la cabeza. Ziggy me intentó parar pero era imposible para él. Yo tenía más fuerza. Fui hacía Aura dispuesta a dar mi golpe final. Agarré una vara de hierro del suelo sumamente afilada y la empuñé fuertemente. Corrí hacía ella, cerré los ojos para no ver lo que estaba a punto de hacer y hundí el hierro en su cuerpo. Escuché un grito terrible, pero no de la boca de Aura, sino de Ziggy.

-¡No! –grité al darme cuenta de que Ziggy se había colocado delante de Aura para recibir el golpe mortal por ella. –Noo... Ziggy... por favor no me dejes... -dije con lágrimas en los ojos sosteniendo su cuerpo ya débil y la sombra de la muerte acechándole.

-Essi... -susurró él por última vez. Yo me quedé allí, tendida en el suelo sosteniendo su cabeza y acariciando sus cabellos rojos como el fuego, lloré y lancé un llanto de dolor. Ya no tenía motivos para vivir, amaba a Ziggy más que nada en el mundo y ahora... se había ido.

Essi despertó dando un gran alarido y miró a su alrededor. Se encontraba tendida en su cama y estaba llorando hasta que se dio cuenta de que todo había sido un sueño, un terrible sueño que sin embargo podría hacerse realidad.


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