Capítulo 18: Pelea y reconciliación

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(Narra Aura)

Me encontraba en la sala central de la nave junto con Ziggy y Sane, habíamos estado hablando por un largo tiempo, esperando, mientras tanto, a que Essi despertara y rezando para que el plan saliera bien. Essi entró en la sala, estaba pálida, tenía grandes ojeras y los ojos rojos de tanto llorar. Essi caminó hacia nosotros pero no se sorprendió de ver a Ziggy conmigo y con su amigo Sane.

-Essi... -dijo Ziggy suavemente, ya que no quería sobresaltarla ni mucho menos enfurecerla.- ¿Cómo te encuentras?

-Yo... no sé qué decir... creo que he abierto los ojos, realmente me he dado cuenta de que no puedo seguir viviendo con esta carga en mis espaldas. Si tengo que morir moriré pero no volveré a hacer daño a nadie... ni a ti Zig. –dijo Essi con una pequeña sonrisa en sus labios mientras acariciaba la mejilla de Ziggy, que se quedó paralizado por la respuesta de ella. Sane y yo mientras tanto estábamos boquiabiertos y no podíamos creer lo que había dicho Essi.- He tenido un terrible sueño en que el morías Zig y no puedo permitir que te pase nada malo... no puedo perderte.

-Essi... verás, no tiene por qué morir nadie, creo que tengo la solución para tu problema. –dijo Sane.

-¡Sí! Sane tiene razón. -afirmé yo ilusionada.

-¿Así? Lo dudo mucho... -dijo esta mostrándose desconfiada.

-Puedo conseguirte la energía suficiente para que vivas Essi, pero necesito trabajar en el laboratorio de la nave de Ziggy, así podré crear el componente. -dijo Sane esta vez serio.

-Está bien, quedaos si queréis y así podrás ayudarme Sane. De verdad que te lo agradezco. Yo... acabé con tu planeta y aún así me ayudas... no sé... no sé cómo agradecértelo -dijo Essi con lágrimas en los ojos.

-No hay de qué Essi. -dijo Sane mirando de forma grave y yo le devolví la mirada intentando adivinar lo que pensaba.

Essi se fue al su habitación para dejar a Sane trabajar y este se dirigió al laboratorio. Yo le seguí.

-Sane... ¿ocurre algo? -le pregunté.

-Bueno, ya sabes... es duro ayudar al alguien que ha matado a todos tus conocidos y amigos... pero supongo que estamos haciendo lo correcto ¿no? -me preguntó él.

-Sí, eso creo. Piensa que contra antes se arregle esto antes se podrá marchar Essi. -le conteste.

Entonces me acerqué a Sane y le abracé intentando consolarle. Él me miró y sonrió con ternura y yo posé un suave beso en sus labios.

-Eyy Sane -apareció Ziggy de repente interrumpiéndonos. -¿Qué pasa aquí? ¿Ha pasado algo mientras yo no estaba? -preguntó Ziggy haciéndome sentir sumamente incómoda.

-Bueno será mejor que me ponga manos a la obra. -dijo Sane alarmado por la entrada inesperada de su amigo.

Yo salí fuera de la habitación y Zig me siguió. Le notaba algo molesto por lo que había ocurrido.

-¿Qué ha pasado allí? -dijo este con un tono serio y frío.

-¿A qué te refieres?

-No te hagas la tonta.... ¿te gusta Sane? -preguntó.

-¡De qué hablas! No. -dije yo sintiéndome molesta por su actitud.

-No sé, y ¿por qué le besabas sino?

-Zig no es nada serio. Además tú no eres el más indicado para hablar. -le incriminé enfadada.

-Sabes que solo me fui con Essi para salvarte.

-Sí, pero la besaste delante mío... ¿Sabes cómo me sentí acaso?

-¡No es lo mismo! -me gritó Ziggy.

-Zig te estás comportando como un niño, déjalo ya. -le dije y me di la vuelta entonces este me agarró del brazo obligándome a girarme para mirarle.

-¡Pero qué te crees que haces! -le grité empujándole.

-Tú eres mía Aura y de nadie más ¿entiendes?

Yo me asusté un poco por su actitud, le empujé fuertemente dejándole contra la pared.

-Te quiero, es que no lo entiendes. -me dijo Ziggy de forma sincera mirándome con esos preciosos ojos azules. Yo intente evitar su mirada, pero no podía, era casi hipnótico. -Y no quiero que estés con nadie más... ni con Sane. No puedo obligarte, lo sé, por eso te lo pido.

"¿Es posible? ¿Ziggy está... celoso?"pensé y la verdad es que me hizo gracia la situación. Ziggy me acercó a mí acortando la distancia, podía sentir su cálido aliento sobre mí piel. Yo acaricié su suave pelo rojizo. Admiré cada detalle de su rostro, su pálida piel, blanca como la leche, sus ojos azules que destacan en comparación con su cabello rojo que caía sobre sus hombros. Yo aparté la mirada aunque no quería hacerlo.

Entonces Ziggy levantó mi cabeza sosteniéndome la barbilla suavemente y me besó. Estuvimos unos minutos así hasta que este me cogió y yo envolví las piernas alrededor de su cintura. Este me condujo hasta una pequeña habitación que se encontraba al lado del laboratorio y me sentó sobre una mesa mientras continuaba besándome. Yo comencé a acariciarle el torso bajando lentamente hasta alcanzar el cierre de su pantalón, tiré de él haciendo que este se excitara aún más.

El me quitó la camiseta y yo a su vez le quité la suya. Zig me besó el cuello bajando hasta mi sujetador y lo desabrochó, lanzándolo al otro extremo de la habitación y se llevó uno de mis pechos a la boca haciéndome gemir fuertemente. Rozó con sus dientes mi pezón y recorrió con su lengua mi piel haciendo que me estremeciera.

-Zig. –susurré yo con la mirada nublada por la excitación del momento. Pero Ziggy no dijo nada y solo continuó. Yo me deshice del resto de ropa y Ziggy también quedándose solo con ropa interior. Bajé mi cuerpo besando el pecho de Zig y mientras bajaba iba dejando pequeños besos sobre sus abdominales. Ziggy gruñó al sentir que me iba acercando a su intimidad. Entonces me deshice de la poca ropa que le protegía y agarré su pene ya erecto. Bese la punta haciendo que este gimiera y lamí de abajo hacia arriba llevando a este al borde del placer. Sin poder controlarse, Ziggy me levantó y me tumbó.

Seguidamente se puso detrás de mí, permaneciendo los dos tumbados sobre la mesa, me agarró por detrás y pude sentir como entraba en mí suavemente. Comenzó poco a poco acelerando el ritmo hasta que los dos ahogamos un grito al unísono y nos quedamos unos minutos tumbados, cansados e intentando recuperar el aliento. Después no nos quedó más remedio que volver cada uno a nuestra habitación por separado, pero no sin antes intercambiar una mirada alegre.

Al día siguiente me levanté y fui a desayunar con el resto. Ziggy y Sane estaban tomando algo y cuando entré estos intercambiaron una mirada que me resultó extraña. Sane me dijo buenos días y me preguntó "¿Cómo te has levantado eh pillina?" para después recibir un codazo por parte de Ziggy.

-¿A qué te refieres? -pregunté yo colorada, podía sentir como mis mejillas ardían.

-Nada nada. En esta nave pasan cosas extrañas, por eso te lo pregunto. Anoche mismo escuché unos ruidos sospechosos procedentes de una habitación. -dijo Sane mientras intentaba aguantar la risa en vano.

-¡Bueno qué! ¡No tienes que trabajar en el tema de la energía de Essi! ¡Venga! -le grité yo enfurecida mientras le empujaba y este se dirigió al laboratorio mientras se reía está vez a carcajadas. A continuación, miré a Ziggy con la intención de cantarle las cuarenta pero este se escabulló y se fue a ayudar a Sane.


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