Sam seguía en la misma postura que Eve la había dejado. No se movió cuando se abrió la puerta para dejar entrar al vampiro.
Damon avanzó hasta ella y se sentó en la butaca de enfrente.
-¿Estás bien? -preguntó con voz suave.
Sam no le miró y tampoco le contestó. Siguió con la mirada perdida y Damon se levantó al cabo de unos minutos y salió de la habitación.
Cuando Eve fue a verla, al día siguiente, seguía en la misma butaca y con la misma ropa. La llevó una bandeja con el desayuno que la chica no tocó y volvió a pedirla que la dejara sola. Cuando, a la hora de comer, seguía igual pidió ayuda a Damon que estaba en su despacho con Enric.
-Tiene mucho que asimilar -dijo el vampiro rubio -dale un poco de tiempo, ma cherie.
Damon no dijo nada pero cuando, a la hora de la cena, Eve le dijo que Sam continuaba con la misma actitud miró a Enric enfadado.
-Suficiente. Se acabó el tiempo.
-Tú mismo, mon ami. Simplemente no hagas nada que luego lamentes.
Sam seguía exactamente en el mismo sitio que la noche anterior. Damon entró en la habitación e hizo, con un gesto, abrirse las cortinas dejando entrar la luz del día. Sam, parpadeó varias veces antes de poder mirar al vampiro que se había apoyado con indolencia en la pared.
-Ayer te pregunté si estabas bien. Han pasado 24 horas y no me has respondido.
La chica volvió de nuevo la mirada a la ventana sin contestar.
-Lo sabías -murmuró.
Damon apretó los labios.
-Lo suponía. No lo supe con certeza hasta que llegamos.
-Y fuiste incapaz de decirme nada.
-¿De verdad me habrías creído si te hubiera contado que sospechaba que mi hermano no estaba pasando ningún apuro en Atrix, Sam?
Ella le miró con odio.
-Podrías haberlo intentado Damon. Antes de ponernos todos en peligro viniendo a este sitio.
Damon caminó hacia ella y apoyó las manos en los brazos de la butaca encerrándola dentro.
-¿De verdad habrías creído que mi hermano es un cerdo al que le encanta enamorar a humanas y, cuando lo consigue, las mata o las abandona según le resulte más cómodo? O, a veces, las usa para pagar sus deudas. Sé sincera Sam. ¿Me habrías creído?
La chica le miró sin contestar.
-Eso me parecía -dijo Damon separándose de ella.
Sam trató de levantarse, pero las piernas se le doblaron. Damon la sujetó por la cintura.
-No me toques-ordenó ella con aspereza.
-Tú también me ocultaste cosas, Sam-replicó él sin soltarla-si me hubieses dicho que eras virgen, jamás te habría metido en esto.
-No era asunto tuyo.
-Lo era desde el momento que aceptaste mi proposición. ¿O pensabas que no me iba a dar cuenta?
Sam forcejeó para soltarse y Damon se lo permitió.
-Quiero irme a casa -dijo la chica.
-No puedo irme aún.
-¿Por qué?
-Tengo que solucionar la herencia de Gustaff. Necesito estar aquí 3 o 4 días más.

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Sam
VampireCuando el novio de Samantha desaparece, ella se ve obligada a pedir ayuda a su hermano Damon. El vampiro sólo acepta con una condición: hasta rescatar a su novio, Samantha le pertenece. Juntos, viajan a un mundo en el que los seres sobrenaturales so...