17. capítulo

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Sam se fue tranquilizando poco a poco. Se levantó, se puso el pijama y fue al baño, preparó el resto de la verbena que la quedaba con agua caliente del baño y se la tomó y se lavó los dientes. Tenía hambre pero no quería bajar y tener que enfrentarse a todos. Cuando volvió a la habitación Damon estaba allí mirando por la ventana. Sam pensó en volver al baño pero él se volvió.

-¿Estás bien?-preguntó inspeccionándola de arriba abajo.

-Sí-respondió ella-sólo cansada.

-De acuerdo, te dejaré descansar.

-Gracias por salvar a Matt, Damon. Y…entiendo lo que has hecho. Sé que para él es mejor alejarse de nosotros.

-Sí, lo es. Luego, si quieres, puedo hacer que regrese lo que te interese.

-No creo que vaya a hacer falta…-murmuró ella.

-¿Qué quieres decir?

-Nada. Sólo que…no tengo claro que vayamos a salir de ésta.

-Sam, no me tomes el pelo, ¿qué estás planeando?

El chico se acercó a ella enfadado.

-¿Vas a contármelo?

Ella le miró intentando mantener una expresión tranquila.

-Damon, por favor, he tenido suficiente por esta noche. Te estoy diciendo la verdad.

-Solo te haré esta pregunta una vez, Sam. ¿Has vuelto a ver a Steven?-preguntó él-y asegúrate de no mentirme porque voy a comprobarlo.

La chica respiró hondo y trató de dejar su mente en blanco antes de contestar.

-No, Damon. No he visto a Steven desde ese día en la biblioteca.

Rezando para que la invasión que notó en su mente, no fuera más allá de esa pregunta, Sam mantuvo la mirada de Damon hasta que éste se relajó.

-¿Puedes ahora dejarme dormir, por favor?-preguntó la chica con frialdad.

-Descansa, te veré mañana.

Estaba atrapada. Entre los dos vampiros, sabía que no tenía escapatoria. Lianne la miraba con crueldad desde su izquierda y Steven, con burla, desde la derecha. Jugaban con ella al gato y al ratón y delante, veía los cuerpos muertos de sus amigos, Eve, Enric, Matt y…Damon. Todos desangrados. Por su culpa.

Sam se retorció en la cama gimiendo, pidiendo ayuda. Casi sentía los colmillos agudos en su garganta, el agarre de unos brazos que la sacudían. Gritó y oyó a alguien llamándola.

-¡Sam, Sam! ¡Basta, despierta!

Damon estaba zarandeándola. Ella consiguió salir del sueño en un grito.

-Sólo ha sido una pesadilla, cálmate. Vamos, respira, tranquila. Enseguida pasará.

El vampiro la trajo un vaso de agua y ella bebió un sorbo. Damon, lo dejó en la mesilla y la sujetó por la barbilla.

-¿Estás bien?-preguntó.

Sam le miró y negó con la cabeza.

-No, estoy asustada. Estoy más asustada de lo que nunca lo he estado.

Damon la abrazó, sin que ella se resistiera.

-No dejaré que te haga daño, Sam.

-No lo entiendes. Lo que me aterroriza es que os haga daño a vosotros.

-No va a enfrentarse a Enric ni a mí. Sabe que perdería. Y Eve…sabe defenderse sola.

-Tendríais que dejarme hablar con él, Damon.

SamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora