12. capítulo

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Cuando despertó al día siguiente, estaba sola en la habitación. Se sentó en la cama, intentando poner en orden sus confusos pensamientos. ¡Le había pedido a Damon que la mordiera! Y también que la hiciera el amor, para ser sincera. Y la alegró saber que él no se tiraba al hada.

-Dios, no entiendo qué me está pasando-murmuró.

Se levantó y se dio una ducha, pero el agua no aclaró su mente para nada. Cuando bajó al comedor, la sorprendió ver que sólo faltaba ella por desayunar.

-¿Dónde están todos?-preguntó a una de las esclavas.

-El amo Enric está preparando su equipaje con tu amiga.

-¿Y…el amo Damon?

La chica la miró con una sonrisa burlona.

-Encerrado en su despacho con una de las esclavas. Al parecer, se ha despertado…hambriento. Y ella es una de sus favoritas. Normalmente, están un buen rato en el despacho. Será mejor que no le esperes.

El dolor que sintió en el estómago la sorprendió. Era como si alguien hubiera cogido su corazón y lo apretara sin piedad. No hizo caso de la sensación de mareo y caminó hacia el despacho. La esclava intentó bloquearle el paso, pero Samantha la miró con tanta determinación que la chica se apartó. Llegó a la puerta y la abrió, conteniendo la respiración. Tuvo que parpadear para tener una visión clara de Damon encima de una mujer, desnuda hasta la cintura. El vampiro levantó la cabeza del cuello de la esclava y miró a Sam, pasándose la lengua por los labios manchados de sangre. Sam dio un paso hacia atrás y salió corriendo.

Damon soportó con los ojos cerrados el dolor que le produjo el de Sam. Por suerte, había comido la noche anterior y eso lo hacía más fácil. Cuando pasó un poco, envió fuera a la esclava y se sirvió una copa de lo más fuerte que tenía en el bar.

-Lo has hecho-la voz de Enric en el despacho no le sorprendió.

-¿Dónde está?

-En tu habitación con Eve, preparándose para el viaje.

Damon asintió y acabó la copa.

-Se le pasará, volveremos a su casa y seguirá con su vida. Nos olvidará a Steven y a mí.

-¿Vas a borrarla?

-Aún no lo sé. No dará resultado con Eve y contigo juntos.

-Ni lo sugieras, Damon. Voy a quedarme con ella.

-No voy a impedirlo, Enric.

-¿Estás seguro de lo que has hecho?

-Es lo mejor para ella. Seguir su vida como una humana normal.

-¿Y para ti?

El vampiro se encogió de hombros.

-Sobreviviré. Siempre lo hago. Lo hice cuando Annette murió.

-No estabas vinculado a ella, Damon.

-Sobreviviré-sentenció él-saldremos en dos horas, Enric. Prepara tus cosas.

-Tengo todo lo que necesito Damon. Sólo necesito a mi Eve.

Dos horas más tarde, Eve y Sam salieron para subir a la calesa. La rubia agradeció ir cubierta con el velo. Había aguantado las lágrimas estoicamente, pero sabía que su cara mostraba la tristeza que la invadía. No dirigió ni una mirada a Damon, y no le dirigió tampoco la palabra. El vampiro, tenía la expresión seria y fría de las mejores ocasiones, y el viaje fue muy tenso hasta el portal.

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