Enric y Eve fueron a buscarla de inmediato y el francés llamó a Damon por el camino. Cuando el vampiro llegó, Sam seguía temblando, a pesar de la manta que Eve la había echado por los hombros.
-¿Estás bien? -la preguntó Damon.
La chica asintió con la cabeza. Damon sirvió un líquido oscuro en un vaso y se lo dio.
-Bebe, ya te lo conoces -ordenó.
La chica obedeció. Enseguida, el temblor se calmó lo suficiente como para poder hablar.
La hicieron repetir palabra por palabra lo que Steven la había dicho.
-Parece que mi nueva cuñada tiene mucho sentido del humor.
-Tenemos que protegerla -advirtió Eve.
-Quizás sea mejor que no vaya a la facultad-intervino Enric.
Sam se puso en pie de un salto.
-¿Queréis dejar de hablar como si yo no estuviera aquí?
Eve la miró con expresión culpable.
-Lo siento, cariño, tienes razón.
-No voy a dejar de ir a la facultad, Enric. Y tú y Matt también estáis amenazados, Eve. Así que necesitáis protección igual que yo.
-Somos dos vampiros y tres humanos a proteger, mala proporción-sentenció Enric.
-No exactamente. Yo soy bruja, os recuerdo. Perfectamente capaz de defenderme sola. Hay que proteger a Matt y a Sam.
-Steven dijo que...
Todos la miraron.
-Él dijo que...su esposa le regalaba una hora conmigo.
-Sí, ya nos lo has dicho.
-Una sola hora. Quizás...
-¿Qué estás queriendo decir, Sam? -preguntó Damon acercándose.
-Quizás...podamos negociar. Una hora y nos dejará en paz.
-¿Sabes lo que puede hacerte un vampiro en una hora, Samantha?-preguntó Enric.
-Pero estaréis a salvo.
Damon se inclinó hasta tener su rostro casi pegado al de la chica.
-Si vuelves a insinuar algo así, te prometo que te encerraré en mi habitación, te ataré a mi cama y no te soltaré hasta que esto acabe.
-Es mi decisión, Damon.
-Una palabra más sobre el tema, Sam, y cumpliré mi promesa.
Sam se mordió la lengua para evitar decirle lo que pensaba. En lugar de eso, se levantó y subió la escalera hacia su habitación.
-Tendré que encerrarla-dijo Damon con una mueca.
-Es probable -admitió Eve mirando hacia arriba con preocupación.
Sam se quedó en su habitación el resto de la tarde. Eve fue a verla para invitarla a ir a cenar con Enric y ella.
-Oh! ¿Puedo decidir si quiero salir a cenar? ¿Estás segura?
-Samantha, eso no es justo.
-Soy mayorcita, Eve. Lo que no es justo es que no pueda tomar decisiones.
-Lo siento, Samantha, pero en esto estoy de acuerdo con Damon. No puedes ponerte en peligro. Él está al mando.
-Déjame en paz, Eve. Bonito momento has elegido para que Damon te empiece a caer bien.
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Sam
VampiriCuando el novio de Samantha desaparece, ella se ve obligada a pedir ayuda a su hermano Damon. El vampiro sólo acepta con una condición: hasta rescatar a su novio, Samantha le pertenece. Juntos, viajan a un mundo en el que los seres sobrenaturales so...