Por la mañana, la luz entrando a raudales por el ventanal la despertó. El brazo de Damon estaba encima de su cadera y ella se volvió con cuidado para mirarle. Estaba profundamente dormido, sus rasgos relajados por completo.
-¡Dios, qué guapo es!-pensó la chica mientras se movía con cuidado para bajarse de la cama.
De repente, se volvió a encontrar tumbada y con Damon encima sujetando sus manos.
-¿Ni siquiera vas a darme los buenos días?-preguntó el vampiro divertido.
Sam le miró intentando averiguar sus intenciones.
-Creí que estabas dormido, no quería despertarte.
-Si hubieras dormido con tu novio, sabrías que los vampiros nos despertamos muy rápido, querida, y...hambrientos.
Sam se movió para tratar de soltarse, pero se quedó paralizada al notar la erección de él.
-En todos los sentidos-añadió Damon divertido.
-No, Damon...
El vampiro la besó con pasión, sin dejarla protestar más. Enseguida, Sam notó sus manos, subiendo por debajo del camisón hasta su cadera. La acarició con suavidad, mientras bajaba la boca rozando su cuello. Deslizó los tirantes por sus hombros, hasta dejar el camisón a la altura de su cintura.
-Damon, por favor...
-Schsss-ordenó el vampiro sin parar de besarla-no voy a hacerte daño. Hoy no va a dolerte, te lo prometo.
Pronto los dos estuvieron desnudos, Sam no se dio cuenta de en qué momento abrazó al chico y comenzó a responder, pero si se dio cuenta de que, cuando él se introdujo en su interior, ella fue a su encuentro, y cuando hundió los colmillos en su cuello, el orgasmo que la sacudió la hizo gritar.
Damon la abrazó sin permitirla alejarse cuando todo acabó.
-No llores-ordenó-no se te ocurra llorar. Si lloras, te prometo que volveré a hacerte el amor ahora mismo.
Ella se revolvió hasta que él la dejó ir y le miró furiosa.
-Steven te matará por esto -advirtió mientras se envolvía en una sábana.
-¡Vaya! ¿Has decidido que se lo vas a contar? -preguntó el vampiro, tranquilamente estirado en la cama con las manos detrás de la cabeza.
-Tarde o temprano se dará cuenta, ¿no?
-No sería la primera vez que mi hermanito intenta matarme, querida. Y, probablemente, tampoco la última.
-Me lo imagino. Estoy segura de que no es la primera vez que te portas como un cabrón.
Sam se volvió hacia la puerta del baño y se encerró dentro. Damon sonrió y se vistió para salir al encuentro de Enric.
-¿Has conseguido ponerla de mal humor, eh?-dijo el vampiro cuando se encontraron en el salón.
Damon se encogió de hombros.
-Mejor eso que llorando. Y, por cierto, ¿cómo te las has apañado con la bruja?
-Mmmm, es una delicia de criatura.
-¿Delicia? Lleva lanzándome rayos por los ojos desde que me conoció. Y deberías sentir lo que puede hacer con tu cerebro.
-Amo Damon-interrumpió una de las esclavas jóvenes-han traído esto esta mañana.
Damon cogió la tarjeta que le tendía.

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Sam
VampireCuando el novio de Samantha desaparece, ella se ve obligada a pedir ayuda a su hermano Damon. El vampiro sólo acepta con una condición: hasta rescatar a su novio, Samantha le pertenece. Juntos, viajan a un mundo en el que los seres sobrenaturales so...