CAPITULO 4

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Siento un leve cosquilleo contra mi nuca que me molesta. Trato de moverme, pero hay algo que me lo impide.

Lo intento otra vez, con más fuerza, y un quejido a mis espaldas me desconcierta ¿Es posible que el percance de Emilia me haya pasado a mi? Rapidamente abro los ojos y lo primero que veo es una habitación desconocida, pero que a la vez me resulta familiar. Al bajar la vista a mi cuerpo me encuentro con que unos brazos me están rodeando por la cintura.

Los recuerdos de la noche anterior empiezan a volver y por estraño que parezca, me siento aliviada, aunque el enfado tambien esta presente.

De repente el dia que nos conocimos, llegan a mi mente.

Era la mañana de la mudanza.

Iba con una de las cajas, caminando al ascensor y con la cabeza en mil cosas, cuando siento que una de las puntas se clava en mi pecho dejandome sin aire

-Fijate por donde vas, niña- frente a mi se encontraba Gastón, con un claro enfado mientras miraba su camiseta celeste manchada con café

-¿Disculpa?- dije mientras agarraba la caja de una manera más comoda -Tu tambien te podias haber fijado y esquivarme- todavia no me habia terminado de instalar y ya me estaba ganando un enemigo

Me miró sorprendido ante mi osadia. Era entendible. Él era -y es- mucho mas alto que yo y de figura imponente

Rapidamente recuperó su expresión desafiante y me sonrió con superioridad

-Vamos a dejar algo en claro- dijo mientras se acercaba amenazadoramente -A mi nadie me dice lo que tengo que hacer¿Entendido? si yo digo que te corras, te corres; si yo no me quiero fijar por donde voy, no voy a cambiar de opinion porque una niñata me lo diga; si yo...- su ego estaba por las nube y mi paciencia por los suelos, lo que significaba que mi humor no era muy agradable que digamos

-Mira, a mi me importa un rabano lo que estas diciendo, para mi eres un desconocido y por lo tanto te trataré como tal- dije interrumpiendo su discurso -Ahora si me permites, tengo cosas más intersantes que perder mi tiempo con un idiota- dicho esto, camine hasta el ascensor y marque mi piso. Lo ultimo que ví antes que las puertas se cierren entre nosotros fue su cara de sorpresa

Desde ese día la guerra se había desatado entre nosotros. Y fue aún peor cuando nos enteramos que nuestros departamento estarian pegados.

De regreso al presente, volví a intentar liberarme, pero parecía que sus brazos estaban encadenados a mi.

Luego de varios intentos, mesclados con algún que otros insulto mental para no despertarlo, logre estar fuera de la cama. Tome las llaves, esta vez sin que ningún brazo me lo impidiera y sin ni siquiera cambiarme, fuí hasta su puerta, la abrí con cautela y cuando pude asegurarme de que nadie rondaba por los pasillos, me escabullí dentro de mi departamento.

Miré el reloj en la pared

07:00

Hoy hay tiempo de sobra.

Con pasos lentos y perezosos me dirigí hasta el baño para ducharme detenidamente. El olor de Gastón había quedado impregnado en todo mi cuerpo y queria deshacerme rapidamente de el.

Para cuando terminé de alistarme ya eran las 07:40. Lo sé, soy una tortuga.Tomé un desayuno rapido y partí rumbo al colegio.

Como no hubo ningún inconveniente a primera hora de la mañana, pude llegar antes que el timbre sonara.

-Oh por Dios ¿Jessica Simeone llegando a tiempo?¿Acaso quieres hacer llover?- la dramatización de Emilia fue lo primero que me recibió.

-Hola a ti tambien, Emi, estoy excelente, gracias por preguntar- dije sarcastica y ella rodó los ojos

-Siempre quitandole la diversión a todo- se quejó mientras se cruzaba de brazos como una niña pequeña

-Y tu siempre riendote a costa mia- repliqué con el mismo tono

Dibujó una sonrisa y luego me lanzó un beso volador

-Aún así me amas- reí negando con la cabeza.

En ese momento el timbre sonó indicando el inicio de clases

-¿Crees que Braian venga hoy?- preguntó Emilia mientras caminabamos hacia el aula

-¿Quien?- pregunté confundida

Ella me miró con una ceja alzada

-¿No sabes quien es?- negué -¿Tu "primo"?¿El chico rubio que ayer te mandó esa nota?- la miré con los ojos entrecerrados y la boca abierta- Sí, la leí y la verdad me pareció muy cursi- dijo con una clara emoción

Estaba a punto de quejarme, cuando una voz masculina me interrumpió

-Disculpa ¿Me prestarias a mi "prima" por un segundo?- frente a nosotros, mi "primo" miraba a Emilia de modo suplicante.

Mi amiga me miró y le dediqué una mirada de "No lo hagas" pero que al parecer no interpretó

-Claro, si quieres sientate con ella, que yo me siento con Seba- Emilia siempre se habia sentido atraida por ese loco insoportable, sin embargo, por extraño que parezca, nunca se habia animado ni siquiera a hablarle

-Bueno, solo necesitaba un minuto, pero así esta bien, gracias- dijo entre sorprendido y emocionado

Emilia asintio feliz y luego se ubicó junto a Sebastian. Traidora.

-Y bien- dije ya en mi lugar mientras la profesora no llegaba -¿Que era lo que me querias decir hace un momento?-

-Mmm, era sobre uno de los favores- esas palabras atrajeron toda mi atención

-¿Si?- pregunté con cautela

-Veras, mi familia y yo nos mudamos hace poco y aun no conozco mucho- confesó algo avergonzado y yo no pude evitar una sonrisa -Mi hermanita hace varios dias viene insistiendo para que la lleve a un parque y por eso te queria preguntar...-

-Si- dije interrumpiendolo

Me miró confundido

-Si, acepto enseñarte algun parque y de paso, si no te molesta, puedo acompañarlos, hace tiempo que no voy a uno-

Le aclare con una sonrisa y él me devolvió el gesto con una clara emoción

-¿Gracias?- dijo aun sin terminar de creerselo

-De nada- respondí antes que la profesora, que ni siquiera había visto entrar, pidiera silencio.

¡No seremos un cliché!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora