CAPITULO 7

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¡Oh Gastón!...¡oh si!...

Los gritos que se escuchaban del otro lado de la fina pared de mi departamento, no me dejaban conciliar el sueño, ademas de que no eran nada agradables de escuchar

Sii, no te detengas...

Bien, mi paciencia tiene un limite y justo en este momento acaban de atravesarlo.

Con la furia y un sueño terrible, me calsé las zapatillas y partí rumbo a la puerta de mi insoportable vecino que no conoce el termino respeto.

Una toque...dos toques...¡tres toques! y Gastón seguia sin atender. Al parecer mis llamados, que seguramente habian despertado a todo el edificio, no eran suficiente para llamar su atención.

Ya estaba a un segundo de volver sobre mis pasos, cuando al fin la puerta se abrió.

Esperaba encontrarme con Gastón, pero en su lugar aparecio una morena, con unas curvas algo exageradas para ser naturales, que no dejaba de mirarme con odio

-¿Que se te ofrece tan urgentemente como para venir a llamar a las...- miro su reloj - ...01:45?- al escucharla, abrí los ojos como platos ¿Acaso escuche bien?¡¿La 01:45?!

Estaba por empezar a hablar, cuando una voz desde el interior del departamento me interrumpió

-¿Quien era, Cassandra?- Gastón apareció sobre el hombro de la tal Cassandra y al verme, dibujó una sonrisa burlona que me hizo hervir la sangre -¿Que se te ofrece, vecinita?-

Me froté el rostro con frustración. Él sabia muy bien a lo que venia

-Miren idiota1 e idiota2, que ustedes mañana no tengan nada que hacer, no significa que el resto del edificio gocemos de la misma situación, así que se los diré simple para que lo entiendan ¡Necesito dormir! ¡La proxima vez que quieran hacer cosas no aptas para menores, se buscan un lugar en donde no haya nadie que tenga que escuchar esos sonido infernales! ¿Lo entendieron o entre los dos no llegan a la neurona que se necesita para comprenderlo?- mi tono parecio sorprender a la morena, porque no dijo nada para defenderse, en cambio Gastón me miraba de manera desafiante

-¿Y que pasa si no quiero?- lo mire con una ceja alzada y dibujé una sonrisa

-Atenete a las consecuencias- dicho esto me giré sobre mis talones y entré a mi departartamento.

Discutir con Gastón era gastar saliva por nada, pero algo habia quedado claro: estas horas de sueño me las pagaria.

Si el era imposible, le iba a demostrar que yo lo superaba.

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...dime si te perdí, si todo se acabó.

Yo te dí mi amor, yo te dí mi vida, espero que no vuevas arrepentida cuando te des cuenta de tu error, alguien robó tu corazón y vienes y me quitas la ilusión y por ti no creo en el amor...

El sonido de alguien tocando la puerta, interrumpio la canción.

Fue inevitable sonreir, porque incluso antes de abrirla, ya sabia quien estaba detras de la madera.

-¡¿Si?!-pregunte por ensima de la musica, aún si abrir la puerta

-¡Quiere apagar eso, mujer! ¡Hay algunos que queremos dormir!- la voz de Gastón destilaba enfado por doquier

Solo para reirme al ver su cara, abrí la puerta. Del otro lado, un Gastón despeinado, con solo un pantalon y aun descalzo, me miraba como si me fuese a atacar en cualquier momento

-¿Que se te ofrece, vecinito?- pregunté con el mismo tono que él habia usado en la madrugada

-Voy a citar tus palabras: ¡Necesito dormir!- dijo al borde de la histeria pero solo logro que me hiciera más gracia

¡No seremos un cliché!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora