CAPITULO 2

10 1 0
                                    

Como era de esperarse llegué... tarde.

Nota mental: matar a Gastón la proxima vez que lo vea, si es que no lo arrestaron.

Al recordarlo, una sonrisa se dibuja en mis labios. Estoy segura que estará hecho una bestia.

-Disculpa- alguien toca mi hombros haciendome regresar al presente.

Empiezo a mirar para todos lados, algo desorientada, hasta que me ubico: estoy en el pasillo y mi aula es la ultima

-Disculpa ¿Me puedes indicar cual es el aula de sexto año?- la misma voz vuelve a hablar.

Al buscar al emisor, me encuentro con que a mi lado, hay un chico que tendrá aproximadamente mi edad, rubio y de ojos café, que me sobrepasa por al menos una cabeza.

-¿El aula de sexto?- pregunto y él asiente -Yo justo voy para ahí y me puedes ayudar con un problema, solo me tienes que seguir la corriente ¿Sí?- le pregunto esperanzada y él volvió a asintir algo confuso

-Esta...¿bien?- accedió dudoso y yo sonreí ampliamente

-Gracias, ahora sigueme- empiezo a caminar al aula y me detengo frente a la puerta -No olvides seguirme la corriente- susurro, señalandolo acusadoramente y él vuelve a asentir, pero esta vez no pudo ocultar una sonrisa

Respiré hondo y giré el picaporte.

Del otro lado, ya estaban todos sentados en sus lugares y el profesor de matematica mirandome con el ceño fruncido.

-Hola, profe- digo de la forma más inocente posible -Ya sé que llegué tarde, pero es que...- Demonios, habia olvidado preguntarle el nombre -Mi... ¿primo? sí , mi primo, es nuevo y no tenia quien le enseñara la escuela así que me ofrecí para hacerlo- soy la peor mentirosa, las pruevas estan a la vista, pero al menos lo intenté.

-Esta bien, Simeone, usted y su primo se pueden ir a sentar- no se la creyo ni ahí, pero me dejo pasar y eso es suficiente.

Revisé el aula y solo habia dos lugares vacíos: uno junto a Sebastian, un chico bastante molesto, para no decir insoportable y el otro junto a Emilia. Logicamente elegí el que estaba junto a la loca de mi mejor amiga.

-Bien alumnos, terminen de responder las preguntas que despues paso a corregir- dijo el profesor con un claro cansancio y luego se sento a mirar los papeles sobre su escritorio.

-¿Sabes que eres pesima mintiendo, no?- empezó Emilia, apenas llegué a su lado y aparecieron los murmullos

-No me digas- dije sarcastica mientras me apoyaba en el respaldo de forma exagerada.

En ese momento corrí la vista hasta mi "primo" y nuestras miradas chocaron. Me sonrio y le devolví el gesto.

Mas tarde le pediria disculpas por la vergüenza que lo hise pasar.

-Él no es tu primo, eso quedo más que claro, pero entonces ¿quien es?- preguntó Emilia, logrando que nuestro cruse de miradas se corte -¿Es tu novio?- preguntó con una enorme sonrisa -Porque si es asi, está muy bueno- esa es Emilia, no tiene filtros.

-No es mi novio, dejá de decir eso que te pueden escuchar y malinterpretar las cosas- la regañe en un susurro y ella hizo un gesto para restarle importancia

-Nah, nadie creeria que ese bombon estaria con la más monja del salon- dijo desinteresadamente y yo la miré entrecerrando los ojos, mientras ella reia.

-¿Si? Bueno, perdon por no haberme enborrachado hasta quedar inconciente y haber perdido mi virginidad con vayaasaber quien- inmediatamente dejo de reir, para mirarme de la misma forma que habia hecho yo con anterioridad, mientras yo tenia una sonrisa de satifaccion en el rostro.

¡No seremos un cliché!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora