CAPITULO 3

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"La paloma"

Frente a mi se encontraba la cafeteria en la que trabajo desde que me mudé.

-¡Jess!- ni bien pongo un pie en el local ya siento la voz de mi jefa llamandome.

Recorro el lugar con la mirada, hasta que la encuentro en la caja registradora

-¿Que precisa?- pregunto con el mismo tono formal que todos los empleados utilizamos con ella.

Leticia Patric. Sesenta y cinco años, pero que aparenta algunos menos. La dueña de la cafeteria y mi jefa.

-Jess, necesito que por hoy  te encargues de la caja- hago una mueca.

Todos mis compañeros saben lo reacia que soy a ese lugar. Soy una persona bastante depistada y odio tener a mi cargo tal responsabilidad. Prefiero estar en la cocina, me siento más cómoda

-Leticia, ya sabe que yo...- empieso a escusarme, pero rapidamente me interrumpe

-Sí, ya me lo dijeron tus compañeros, pero es solo por hoy, Vaneza se sentia mal y Samanta esta de vacaciones, a Rodrigo y Lourdes los necesito sí o sí en la cocina y Lucas, bueno, todos sabemos que su matematica es pesima- de eso no hay duda, todos en el trabajo nos preguntamos como logró terminar la escuela siendo tan terrible para matematica.

Pensé sus palabras por un momento y finalmente termine asintiendo.

Solo sería un día.

Leticia sonrió ampliamente, mientras que yo hacía un terrible esfuerzo para no decirle que estaba empesando a cambiar de opinión.

-Oh, ya estan por empesar a llegar clientes- avisó mientras veia su reloj y todos nos empesamos a acomodar en nuestros lugares.

Dejé la mochila del colegio en los percheros y me puse el delantal con el logo de la cafeteria. Me acomode el pelo en una coleta alta y me pocisioné frente a la caja deseado que todo saliera bien.

El ruido de la campana me puso alerta, el primer cliente acaba de llegar.

La tarde trancurre lenta. Las agujas del reloj parecen negarse a avanzar y cada minuto me parece un siglo.

Vanesa querida, por lo que mas quieras, no vuelvas a faltar, hacelo por el bien de mis nervios ¿si?

La caferia parece estar más llena que de contumbre y el bullicio convinado con los nervios que tengo, están logrando que la cabeza me empiese a dar vueltas.

Poco a poco, todo empesó a vaciarse hasta que solo quedamos nosotros

Cuando vi todos los asientos vacíos suspiré aliviada. El cansancio que llevaba encima era devastador.

-Sobreviviste- exclamó Lucas con exagerada sorpresa -Crei que no ibas a llegar-

Negue con la cabeza mientras reia

-Te puedo asegurar que tus pronosticos casi se hacen realidad- dije, mientras me quitaba el delantal y lo ponía en su lugar para despues tomar mi mochila -Un segundo más y adios Jessica- dije con gracia y luego me despedí. Lo unico que queria era acostarme y dormir.

Ya había anochecido, pero la cafeteria quedaba a una cuadra de mi edificio asi que no tenia de que preocuparme.

En menos de tres minutos ya estoy en la recepcion.

-Hola Jess ¿estas bien?- la pregunta del portero me extrañó.

Él siempre suele hacer esas preguntas, pero esta vez parece realmente procupado

-Sí, ¿porqué no habría de estarlo?-

-Es que andaban diciendo que te habían intentado secuestrado ¿Era mentira?- preguntó algo confundido

¡No seremos un cliché!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora