Azusa jamás se había distraído en clases, menos por asuntos personales. La historia de la hermana mayor de Angela le hizo despertar de nuevo aquel temor de ser rechazada por sus padres debido a su orientación sexual. Al final de su jornada, sentía que todo el peso acumulado le haría colapsar en cualquier momento. A sus miedos se les sumaba la culpa por mo haber prestado atención a sus profesores. Necesitaba desahogarse con alguien, pero su novia y compañeras de banda tenían clases en ese instante. Acudir a ellas no era tan buena idea en aquel momento.
—¿Pasa algo, Azusa? —preguntó Kotaru al notar la expresión de su amiga.
—No, nada especial —respondió la guitarrista fingiendo una sonrisa.
—¿Segura? Te noto preocupada.
—Segura. Es solo que aún no me acostumbro al ritmo de la universidad y me preocupa que mi historial de calificaciones se vea machado por ese aspecto.
—Espero que sea solo eso, Azusa. Y si es eso, algo de comer te dará energías para afrontar cualquier reto.
—¿Qué tiene que ver una cosa con la otra, Kotaru?
—Quizás nada. Pero quiero invitarte a comer, como amigo.
—Supongo que está bien, amigo.
Dicho esto, ambos jóvenes se dirigieron a un pequeño puesto de ramen cercano a la universidad. Allí, mientras degustaban de un miso-ramen, conversaban de los temas académicos que les agobiaban. Azusa logró mantener oculto su miedo a que sus padres la rechacen, gracias a que sus preocupaciones estudiantiles fueron suficientes para ocupar toda la conversación. Luego de que Kotaru pagara los platos, se despidieron y tomaron diferentes rumbos: él hacia la su residencia y ella de regreso a la universidad para el ensayo de su banda.
Aprovechando que tenía algo de tiempo antes de la hora del ensayo, la joven Nakano se sentó en una de las bancas del campus. Ahí sus miedos volvieron a invadir su mente, y con ellos dos escenas que ella no quería experimentar: permanecer junto a Yui, pero peleada con sus padres, o dejarla de lado para complacerlos. En cualquier caso, no sería completamente feliz. Su mundo ideal era el que vivía antes de que Angela y Akari Yuigahara le dijeran aquellas palabras.
—Renunciar a mis sentimientos para mantener el status quo y que mis padres no me odien, o enfrentarme a ellos por mi amor a Yui-senpai... —pensó en voz alta sin darse cuenta de que alguien estaba sentado a su lado.
—Aunque no lo creas, siempre hay un punto medio, Nakano.
—¡¿Koizumi-senpai?! —Azusa palideció al verse sorprendida por Satoru, el novio de Mio. Ella no quería revelar su predicamento a nadie sin hablarlo antes con Yui. —¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Mio-senpai?
—Ella se adelantó al salón del club para cambiar con calma las cuerdas de su bajo. Yo solo estoy aquí, descansando. Y me sorprende que tus padres no sepan de tu relación con Hirasawa.
—Lo saben, pero...temo que cambien de opinión ahora que estoy en la universidad, como le pasó a la hermana de una amiga.
—El cuentico de la etapa, ¿no? En lo personal pienso que eso es una tontería. Somos lo que somos y tenemos nuestras preferencias. Eso no cambia de la noche a la mañana. Además, unos buenos padres deben respetar y apoyar las decisiones de sus hijos, siempre y cuando no le hagan mal a nadie, así estas vayan contra sus principios ideológicos.
—¿De verdad crees eso?
—Si no lo creyera, no lo diría. Si te sirve de consejo, habla con tus padres lo antes posible, en lugar de matarte la cabeza pensando en lo que puede o no pasar. La valentía consiste en enfrentar tus miedos, y muchas veces lleva a gratas sorpresas.
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Amor por Siempre
FanfictionPara Azusa, aceptar sus sentimientos no fue una tarea fácil. Pero una vez que lo logró, creyó que la vida solo le traería alegrías al lado de su amada. Sin embargo, alguien de su pasado regresa para hacerle caer en cuenta de su error