Un fuerte gruñido contrastó con el sonido de un teléfono, tono que a su propietaria le era molesto en ese instante. No era la alarma, ya que aquel día su primera clase iniciaba a las 11 am, al igual que la de su amada, así que debía ser una llamada. Pero, ¿a quién se le ocurre llamar a Yui Hirasawa a las 7 de la madrugada? La guitarrista optó por apagar aquel aparato y regresar a los brazos de Morfeo, pero cambió rápidamente de idea al ver en el identificador de llamadas el nombre de quien la solicitaba tan temprano.
—Señora Nakano, buenos días —pronunció con voz grabe al estar adormilada.
—Yui, lamento despertarte, peo necesito hablar contigo.
—Claro, no hay problema. ¿En qué puedo ayudarla?
—Verás... Ayer hablé con Azusa y... necesito saber qué tan equivocada estoy respecto a ustedes dos.
—No le entiendo, señora.
—Te explico: soy de las personas que creen que la homosexualidad es una etapa por la que atraviesan algunos adolescentes como preparación para futuras relaciones con personas del sexo opuesto cuando son adulto.
—No es la única, señora. Y créame que está muy equivocada. Amo a Azu-nyan y eso no va a cambiar por ningún chico.
—Azusa me dijo lo mismo anoche, pero, de momento, son solo palabras. Quiero que me demuestren con hechos lo que sus bocas expresan, ese es mi deseo.
—Lo haremos. Demostraremos que nuestro amor es verdadero, no importa si ustedes, ese tal Kotaru Sato o quien sea que quiera interponerse en nu...
—Espera —interrumpió Ayana al escuchar aquel nombre—. ¿Dijiste Kotaru Sato?
—Sí, ¿por qué?
—¿De dónde lo conoces?
—Es un compañero de la facultad de Azu-nyan...
—¡Rayos! De haber sabido que él también iría a Ritsumeikan, habría impedido que Azusa fuese ahí.
—¿Por qué?
—Llámalo corazonada de madre, pero ese chico nunca fue de mi agrado, pese a que Azusa lo considera su mejor amigo.
—Ya veo.
—Yui, por favor, no dejes que la llama del amor que sienten la una por la otra se apague. A pesar de mi opinión, quiero que seas tú la persona con la que Azusa comparta el resto de sus días.
—Entendido, señora Nakano. Y gracias por apoyarnos.
Fin de la llamada. Yui dio un suspiro y sonrió al saber que su suegra, a pesar de tener esa opinión acerca de las parejas homosexuales, las apoyaba. Y tras darse un duchazo y ponerse ropa adecuada para sus clases, decidió poner en práctica todo lo que había aprendido de su madre y de Ui y preparar un desayuno especial para ella y Azusa.
A diferencia de su novia, la joven Nakano ya estaba despierta y adelantaba algunos trabajos de su carrera. Pese a las palabras de apoyo de su madre, ella aún sentía algo de inseguridad al saber que lo que ella dijo sobre la discriminación podía ser cierto, y las palabras de Akari eran prueba de ello. Aun así, estaba dispuesta a afrontar cualquier adversidad que se presente. Si pudo enfrentar a su madre, podía con cualquier desconocido. En ese momento, su celular vibró, indicando la llegada de un nuevo mensaje.
"Azu-nyan, te invito a desayunar a mi residencia. Yo misma lo preparé :)".
"Genial, no tenía ganas de cocinar hoy" pensó con una sonrisa mientras respondía el mensaje.
Durante el desayuno, las dos guitarristas expresaron lo que habían conversado con Ayana. Azusa no planeaba hablarle a su madre sobre su reencuentro con Kotaru, por lo que no recibió muy bien el hecho de que su novia lo haya comentado. Ella no comprendía por qué a la señora Nakano no le agradaba el joven Sato, ya que, cuando se lo preguntaba, recibía evasivas en respuesta.
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Amor por Siempre
FanficPara Azusa, aceptar sus sentimientos no fue una tarea fácil. Pero una vez que lo logró, creyó que la vida solo le traería alegrías al lado de su amada. Sin embargo, alguien de su pasado regresa para hacerle caer en cuenta de su error