Hay momentos en los que no hace falta que el corazón deje de latir para sentirse muerto. Yui atravesaba por uno de esos momentos. Gracias a Ui y a Aki (que pasó la noche consolando a su hija mayor y evitando que regrese al hospital), la joven guitarrista había asistido a clases... Bueno, solo su cuerpo lo hizo, ya que su mente nunca dejó a Azusa. La imagen del accidente seguía fresca en su memoria, atormentándola y desalentándola.
Akira, consciente de la situación que su compañera atravesaba, le veía ocasionalmente, extrañando su alegría, su inocencia, su sonrisa... Esta vez se sentía impotente al no poder ayudarla como quisiera hacerlo. La líder de Onna Gumi deseaba tener poderes mágicos, o algo por el estilo, para lograr que Azusa despertara y le devolviera la sonrisa a la joven Hirasawa. Odiaba admitirlo, pero prefería a la alegre Yui de siempre en vez de la depresiva que veía en ese momento. Notando aquella mirada perdida, supuso que lo único que podía hacer era ayudarla en lo académico.
Mientras, Angela comenzaba a creer que se había excedido con Kotaru. La forma en la que él reaccionó al enterarse de que Azusa estaba hospitalizada, por un momento, hizo que se compadeciera de él. Después de todo, ver a un chico llorar no es algo muy común, pese al cambio en los roles de género. Sí, Kotaru Sato lloró al saber del accidente de su vieja amiga y quiso dejar las clases para ir a verla, pero Akari lo impidió. «Preocuparte por ella es un buen primer paso para recuperarla, pero primero están las clases» le dijo la pelirroja con una mirada seria.
En su facultad, Ritsu intentaba poner atención, pero la escena del accidente aún permanecía en su mente. Ella había querido actuar de nuevo como una heroína, pero Azusa había actuado más rápido, pagando las consecuencias de esa imprudencia. Ahora aquella chica, a quien consideraba como su hermana menor, se hallaba hospitalizada y con una gran posibilidad de que dejase de ser ella misma y olvidara todo lo que vivió.
—¿Pasa algo, Tainaka? —preguntó Atsuya en un descanso, haciéndole a la baterista su día aún más gris.
—Nada en lo que seas útil, Yuigahara —respondió de mala gana.
—Oye, no seas así, solo quiero ser tu amigo. No entiendo por qué me odias.
—No te odio. Solo me traes malos recuerdos que no quiero recordar.
—A eso le llaman terapia de choque. Solo enfrentando tus traumas podrás superarlos.
—¿Sabes? Aún no es tarde para que comiences a estudiar psicología. Aunque tú serías de más ayuda si simplemente mantienes tu distancia. No estoy de humor para tu actitud de casanova cliché.
—Solo quiero ayudarte a curar tus heridas...
—¡Pero las estás abriendo más! —exclamó Ritsu abriendo violentamente sus brazos—. Ya te lo dije, la única forma en que puedes ayudarme es manteniéndote alejado de mí. Solo verte me causa dolor y eso me pone de mal humor.
—Pero...
—¡Yuigahara-san! —interrumpió Fujiko, acercándose a sus compañeros—. Tu hermanita te busca.
—Estoy hablando con Tainaka ahora, dile que...
—Es urgente. —La joven Hinata acompañó estas palabras con un gesto muy serio, lo que asustó a Atsuya, quien, tras disculparse, partió en busca de Akari.
—No veía esa cara hace meses, Fujiko —comentó Ritsu una vez que el pelirrojo salió de su campo visual—. Cuando iniciamos la carrera era habitual verte con ella.
—Tienes razón —sonrió la joven Hinata—. Siendo sincera, soy algo desconfiada, es por eso que tengo pocos en mi círculo de amigos. Además, en ese entonces estaba reciente el fin de mi relación con Satoru, así que no estaba de humor.
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Amor por Siempre
FanfictionPara Azusa, aceptar sus sentimientos no fue una tarea fácil. Pero una vez que lo logró, creyó que la vida solo le traería alegrías al lado de su amada. Sin embargo, alguien de su pasado regresa para hacerle caer en cuenta de su error