Bienvenidos al penúltimo capítulo
25-Castigo y arrepentimiento
Las integrantes de Houkago Tea Time estaban indignadas, especialmente Ritsu. Haber saboteado su presentación fue la gota que derramó el vaso. Desde ese momento podían afirmar que odiaban a Atsuya y esperaban que sus actos fueran severamente castigados.
Por su parte, el consejo estudiantil había llevado el caso ante la junta de directiva de la universidad, dejando en sus manos la toma de una decisión acertada. Después de todo, cuando el chico cortó la energía, dejó inutilizable el interruptor del circuito que alimentaba al sistema de sonido, afectando a todas las bandas del club de música ligera y a la obra que el club de teatro planeaba estrenar al cierre del festival.
Azusa, Kotaru y Angela creían que, tras todo lo ocurrido, Akari seguiría brillando por su ausencia en las clases, pero estaban equivocados. La sorpresiva presencia de la pelirroja se sintió como un baldado de agua fría para sus compañeros, quienes procuraban evitarla a toda costa. La joven Yuigahara, por su parte, actuaba como si eso no le importara, limitándose a tomar apuntes y prestar atención a cada explicación que daban los profesores.
A la hora del almuerzo, ella quiso mantenerse alejada de sus compañeros, refugiándose en una zona boscosa y apartada del campus. Ganarse el odio generalizados de ellos por tener una opinión impopular no era lo que tenía en mente, pero terminó sucediendo. Con la reafirmación de las directivas en su apoyo a las parejas homosexuales, supo que no podía vencer y decidió solicitar un cambio de universidad. A diferencia de su hermano, cuya expulsión era más que obvia por sabotear el festival, ella optó por dejar de molestar y terminar el año lectivo alejándose de cualquier problema lo más que pudiera. Lo último que quería era manchar su hoja de vida con alguna sanción disciplinaria.
Sentada a la sombra de un árbol, consumió sus alimentos con algo de desgano. Apenas unos meses atrás gozaba de popularidad entre sus compañeros, pero eso se esfumó cuando su homofobia salió a flote.
-Si tan solo me hubiese quedado callada -murmuró sin saber que alguien más estaba ahí, escuchándola.
-Si tan solo no hubieses querido imponer tu opinión como verdad absoluta.
Akari, de la impresión que le dio escuchar esa voz femenina, dio un salto de casi un metro de distancia mientras gritaba. Luego, giró para ver el lugar donde se hallaba previamente, encontrando un rostro que sonreía de forma pícara, enmarcado por varios mechones teñidos de azul.
-¿Qué haces aquí, Angela Yuuki? -preguntó la joven Yuigahara tratando de controlar su agitada respiración.
-Kotaru y yo solemos venir aquí cuando Azusa está con la banda. ¿Qué hay de ti?
-Disfrutaba de mi soledad hasta que llegaste.
-Tu rostro decía otra cosa -intervino Kotaru, llegando al lado de su novia-. De hecho, creo que estabas a punto de llorar.
-Cualquiera lo haría por el simple hecho de que todos lo odien por tener una opinión diferente.
-En tu caso, no es por eso, Yuigahara -acotó Angela-, sino por querer imponernos tu opinión a la fuerza, como dije antes. Estás en todo tu derecho de decir qué te gusta y qué no, pero querer que todos pensemos igual que tú fue un grave error.
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Amor por Siempre
Hayran KurguPara Azusa, aceptar sus sentimientos no fue una tarea fácil. Pero una vez que lo logró, creyó que la vida solo le traería alegrías al lado de su amada. Sin embargo, alguien de su pasado regresa para hacerle caer en cuenta de su error