Especial: Un cálido invierno

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Aclaración: Este especial ocurre antes del primer capítulo de esta historia.

El último Mi mayor de Fuwafuwa Time aún resonaba en el auditorio de la universidad Ritsumeikan, donde las diferentes bandas del club de música ligera daban un inesperado concierto navideño, idea de su presidenta, Kana Yoshi. Pese a ser planeado y ejecutado a última hora, el evento salió avante, dejando a sus asistentes bastante satisfechos, aunque no tanto a algunos integrantes de las bandas, quienes ya habían hecho planes para esa festividad.

Ritsu, pese a que estuvo cerca de una hora golpeando sus tambores y platillos, estaba estresada. Había planeado pasar las vacaciones de invierno junto a Mugi en una pequeña isla de la prefectura de Okinawa, donde un hermano de su madre les daría hospedaje. Pero las repentinas ideas de Kana dilataron sus planes al punto de estar retrasadas para ir al aeropuerto. Impaciente, la miraba su reloj en espera de que la presidenta terninara su discurso de agradecimiento.

Mugi, más calmada que su novia (aunque igual de impaciente), solo guardaba su teclado en el estuche. Ya había dado instrucciones a Mio y a Yui de que lo llevaran a Toyosato y lo dejaran en su casa. Ella sabía que, inmediatamente el discurso terminase, debían salir lo más pronto posible de la universidad. Y así sucedió. Al Kana decir 'gracias' por última vez, Ritsu tomó la mano de su amada y ambas comenzaron a correr, rogando a las deidades que el tráfico, camino al aeropuerto, estuviera ligero. Y sus ruegos fueron escuchados.

—Justo a tiempo —suspiró Ritsu, sentándose en la sala de espera del aeropuerto—. Creí que no alcanzaríamos a llegar.

—Yo tambien, Ricchan. Pero fue divertido correr así contigo —comentó Mugi, haciendo sonreír a su novia.

El vuelo transcurrió con normalidad. Mugi trabajaba en su tablet en una nueva canción que escribía, mientras que su novia, fatigada por los afanes de aquel día, dormía recostada en el hombro de su amada. Esto le hizo sentirse más inspirada.

Al llegar a su destino, la pareja se topó con una sorpresa: Hideyuki, Satomi y Satoshi Tainaka, los padres y el hermano menor de Ritsu, se encontraban en el lugar. Claro que a la baterista le alegraba verlos, pero había planeado pasar esos días a solas con su novia, así que la presencia de su familia la frustraba. Aun así, puso su mejor sonrisa y los saludó afectuosamente.

Para Mugi, el contacto con los Tainaka fue una agradable experiencia. Ellos eran completamente diferentes a su familia, mucho más cercanos entre ellos y con una personalidad similar a la de Ritsu. Sin dudarlo, les saludó amablemente, siendo correspondida por ellos. Debido a la hora, ambas se dirigieron a la habitación para instalarse allí y poder descansar.

Al día siguiente, las dos chicas despertaron temprano. Mientras que Ritsu quiso intentar dormir de nuevo, Mugi se levantó a recorrer la isla. Sus ojos brillaban al contemplar el paisaje en aquel lugar donde, debido a su ubicación, el clima era agradable todo el año. Mientras caminaba por la playa, recordaba el momento en el que se finalmente se había declarado, recuerdo que atesoraba en su corazón como la prueba de que ella había logrado manifestar sus sentimientos. A lo lejos oyó que alguien le llamaba, pero creyó que era parte de su recuerdo, creencia que fue desmentida cuando sintió que unos brazos familiares la envolvían.

—Es hora de desayunar, princesa —dijo aquella persona.

—Ricchan, ya te he dicho que no me digas princesa.

—Lo siento, Mugi, pero para mí lo eres, y siempre lo serás. —Tras decir esto, Ritsu besó tiernamente a su amada.

Horas más tarde, ambas volvían a aquella playa con la intención de divertirse un rato, y así lo hicieron. Bajo aquel cielo ambas jugaron con la arena, nadaron un poco y no dejaron la oportunidad de degustar la gastronomía que Satomi les ofreció, junto al resto de la familia Tainaka. Satoshi no dejaba de bromear junto a su hermana, algo que sacaba sonrisas a los demás.

Al caer la noche, Mugi y Ritsu se quedaron en la playa para ver las estrellas. Para la baterista fue inevitable comparar aquel cielo con el que había visto meses antes, cuando su amada la había llevado a conocer a su familia materna en Finlandia.

—Oye, Mugi, ¿no te parece una locura estar aquí hoy?

—¿Por qué lo preguntas, Ricchan?

—Estás lejos de tu hogar, tu familia, tu estilo de vida... Solo por seguirme.

—Puede que tengas razón, pero es un sacrificio que hago por amor... Por amor a ti. Además, es parte de ser mayores. Pronto dejaremos de depender de ellos y debemos valernos por nosotras mismas.

—Tienes razón. —Ritsu hizo un puchero al decir estas palabras—. ¿Sabes? En momentos como este quisiera detener el tiempo. Se siente tan bien estar aquí, sin tener que preocuparnos por nada ni nadie... Simplemente tú y yo compartiendo este instante.

—Yo también quisiera eso, pero es imposible. Solo queda atesorar estos momentos en nuestros corazones, para revivirlos cada vez que vengan a nuestras mentes. Además, si detenemos el tiempo, no podríamos vivir momentos similares en otras partes... Creo que la eternidad es algo aburrida.

Este comentario hizo que la baterista soltara una pequeña carcajada.

—¿Acaso crees que yo soy aburrida? —preguntó fingiendo molestia.

—No, para nada, Ricchan. Contigo cada momento es muy divertido. Solamente no quisiera que nuestra relación se vuelva monótona y rutinaria, como les sucede a muchas parejas.

—Yo tampoco quisiera que eso pase, pero es algo en lo que debemos trabajar juntas.

—Lo sé, por eso me gusta hacer estas escapadas... Aunque esta vez tu familia nos acompañó, pero eso no me molesta.

—A mí tampoco. Amo a mi familia, aunque no tanto como a ti, Mugi.

Tras decir esto, Ritsu y Mugi unieron sus labios, transmitiéndose mutuamente los sentimientos que tenían la una por la otra. Como la tecladista dijo, este era uno de esos momentos que ambas atesorarían por siempre en sus corazones, como una fotografía que veían cada vez que cerraban sus ojos. De esta forma, mantenían viva la llama de su amor.

Así concluye este pequeño especial con motivo del cumpleaños de Mugi. La próxima semana, Amor por Siempre regresa a su historia principal

Gracias por leer, see you.

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