17-La Declaración de Angela

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Atsuya tenía sentimientos encontrados en aquel momento. Finalmente había hecho reír a Ritsu, pero no por las razones que por las que hubiera deseado hacerlo. Él le relataba a Ayame Yoshida, la baterista de Onna Gumi, con quien tenía una buena relación, lo que le había pasado a su hermana menor, y la joven Tainaka, que estaba sentada junto a ellos, no pudo evitar soltar una gran carcajada al escucharlos.

—No creo que debas burlarte del sufrimiento ajeno, Ritsu —reclamó Ayana.

—Lo siento, pero es inevitable, tomando en cuenta que ella fastidiaba a mis amigas por su orientación sexual.

—Aun así, me parece algo cruel. No creo que te guste que te disloquen la mandíbula y tus enemigos se rían de eso.

—Dudo mucho que Kageyama se llegue a enterar de algo así —replicó Ritsu, encogiéndose de hombros—. Además, yo no voy por la calle tildado de enfermos a quienes no comparten mi opinión.

—Fue en la salida de la biblioteca, Tainaka —intervino Atsuya.

—Da igual, Yuigahara. Tu hermana debió sacara a Angela de quicio para que llegase a tal extreme. Y, por lo que he podido apreciar las veces que conversamos en el hospital mientras visitábamos a Azusa, ella no es de las que se enojan con facilidad.

Mientras Ritsu hablaba, el profesor de la asignatura correspondiente a esa hora entraba para impartir su clase.

Kotaru apenas podía poner algo de atención en clase. Los hechos de la noche anterior aún rondaban por su cabeza. Era la primera vez que había visto a Angela tan enojada. Tras haber abandonado la biblioteca luego de lo sucedido con Akari, él siguió a la joven Yuuki queriendo calmarla, pero ella no quiso dirigirle la palabra una vez más, actitud que aún se mantenía.

—Angela, ¿hice algo malo para que hayas dejado de hablarme de nuevo? —preguntó sentándose junto a ella en la cafetería de la universidad.

—No, tranquilo, Sato. Es solo que no me apetece hablar con alguien ahora.

—¿Por qué?

—¿Qué parte de "no me apetece hablar con alguien" no entiendes?

—La parte del no.

—Idiota —murmuró Angela mientras se levantaba de su silla y le daba la espalda a Kotaru con el fin de ocultar una pequeña sonrisa que el comentario del chico le había provocado.

—Si no lo hablas, se te seguirá acumulando. No sé qué tanto resista tu mano si sigues explotando de esa forma.

—No quieras hacerte el gracioso, que no estoy de humor.

—Angela, sé lo mucho que te molesta que hablen mal de tu hermana, pero no puedes andar todo el tiempo enojada por eso.

—No es solo por eso, Kotaru. Llegué a considerar a Yuigahara como una amiga, así que me sentí traicionada por lo que dijo anoche.

—No puedo decir que te entiendo, porque no me ha pasado...

—Aun si te hubiese pasado, no lo entenderías. Cada quien vive el dolor a su manera. Y a mí me gusta hacerlo sola.

Kotaru suspiró al escuchar esto. Angela se había cerrado bastante hacia él después del incidente con Azusa. Él extrañaba esas largas conversaciones que solía tener con la joven Yuuki antes de entrar a la universidad.

—Sabes que siempre estaré cerca de ti para escucharte cuando quieras desahogarte.

—Lo sé. Pero, de momento, quiero mantenerme alejada de ti, No quiero volver a hacerme falsas ilusiones. —Diciendo esto, Angela abandonó la cafetería, dejando a Kotaru sin palabras.

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