CAPÍTULO 18

945 134 31
                                    

—Entonces por eso estabas medio raro la semana pasada —Ren asintió—. Y te metiste a trabajar donde JR está ¿no? —volvió a asentir— Eso ha causado que ni el maquillaje cubra bien tus ojeras o simplemente estás bien idiota que no sabes ponertelo —suspiró—. Entiendo, pero...¡¿por qué me lo estás diciendo ahora?! —gritó llamando la atención de los pocos presentes en el salón— Mejor dicho, ¿por qué lo hiciste? Mira Ren...
—Ya déjalo Minhyun —interfirió Aron—, yo también apenas me voy enterando y no ando gritando como loca histérica.
—¿Insinuas que soy una loca histérica? —levantó una ceja.
—Eh...no...—se fue alejando lentamente.
—Pues yo sí sabía —esta vez habló Baekho quien comía unas frituras.
—¡¿Y por qué carajos no me dijiste?! —golpeó el pupitre con ambas manos provocando que brincaran— No, no y no, no lo acepto —se cruzó de brazos—. Ren entiendo que estés enamorado de JR, pero llegar al grado de trabajar junto con él se me hace mucho.
—Min recuerda que cuando uno está enamorado comete muchas estupideces.
—Concuerdo con Baekho —dijo Aron—, pero déjalo, no me parece mala idea que trabaje en el mismo lugar.
—¿Qué les pasa a ustedes dos? ¿Qué no ven que Ren se nota cansado? Opino que te salgas.
—Pero Min...
—Pero nada Ren.
—Pues no lo haré, yo quiero pasar más tiempo con él —agachó un poco su cabeza—. Además, hay algo que quiero averiguar y la única manera es estando cerca de él.

Ninguno de los tres dijo algo. El castaño terminó suspirando pues sabía que aunque se opusiera el rubio terminaría llevándole la contraria de alguna u otra forma.

—Bueno ya, pero si te sientes presionado o estresado te sales de inmediato —Ren asintió sonriendo.
—Ya que terminaron este chisme —dijo Aron—, ¿alguno ha avanzado en la canción?
—¡Cierto! Y hay que llevar un avance el viernes.
—Ren, ve por tu novio el negro para ver si al menos él lleva algo.
—Que no es mi novio —hizo un puchero—. Ya vuelvo.

Se puso de pie para ir hacia el lugar de JR quien dormía plácidamente sobre el pupitre. Se quedó viéndolo por unos segundos recorriendo con su vista cada facción de su rostro. Sonrió inconscientemente para luego moverlo un poco.

—JR —le habló cerca del oído—... JR —volvió a moverlo.

El pelinegro fue abriendo sus ojos poco a poco, soltó un bostezo y parpadeó varias veces para que su vista se fuera adaptando encontrándose con el rostro del rubio sonriendo de inmediato.

**Que bonita manera de despertar**—pensó.

—Hola Ren —se talló sus ojos soltando otro bostezo.
—Hola —sonrió—, perdón que interrumpa tus sueños —dijo tímidamente.
—No te preocupes —curvó sus labios en apenas una notoria sonrisa—, ¿qué se te ofrece?
—Bueno, ¿recuerdas que este viernes hay que llevar un avance de la canción? —el pelinegro asintió—, ¿de casualidad ya tendrás algo escrito? —se puso a jugar con sus dedos causándole ternura a JR quien sonrió.

El pelinegro asintió, sacó una libreta con escasas hojas mostrándole al rubio los únicos dos párrafos que llevaba. Ren los leyó y sonrió en grande pues no estaba nada mal. Sin embargo, mientras leía no había notado cómo el pelinegro lo miraba quien yacía recostado de nuevo en su pupitre.

—¡Chicos! —les gritó el rubio— ¡Vengan!

Los tres en segundos estaban a lado de Ren quien les entregó la libreta para que leyeran lo poco que había sobre la letra de la canción. Baekho, Minhyun y Aron sonreían en grande.

—Wow increíble —habló el castaño—, ¡está genial JR! —le sonrió pero éste se había dormido de nuevo— Parece cansado.
—Es lo que también noté —dijo Ren quien estaba sacándole fotos—. Se ve tan lindo durmiendo.
—Sigo preguntándome en qué momento perdiste tu timidez.
—Nosotros también —comentaron al unísono Aron y Baekho.
—Bueno al menos ya hay algo —dijo el moreno.
—Opino que el negro termine la canción —habló Baekho—, y ya nosotros nos las arreglamos con la música y veremos que le toca a cada uno.
—No me parece justo —exclamó el rubio—. Yo digo que entreguemos esto que escribió JR y el viernes aportamos algo cada quien; además, no seas flojo Baekho.
—Está bien —hizo una mueca.

•••••

El timbre que anunciaba el fin de las clases estaba sonando. Todos guardaban sus cosas rápidamente entre esos el rubio quien se despidió de sus amigos para ir al sitio del pelinegro quien aún estaba dormido. Volvió a contemplarlo hasta que decidió despertarlo.

**Me gustaría despertar así todas las mañanas**—pensó al ver de nuevo el rostro del rubio quien le sonreía levemente.

—¿Te dormiste muy tarde ayer? —le preguntó el rubio una vez que iban rumbo a la parada de autobuses.
—No.
—¿Entonces?
—No dormí —se encogió de hombros—, no pude dormir porque pasó algo...—recordó lo sucedido la noche anterior soltando un largo suspiro— pero bueno ya recobré en parte mis horas de sueño —sonrió—. Deberías decirle a Mingyu si te deja descansar tres días para que te recuperes, no me gusta como se te ven esas ojeras.
—¿Acaso me veo feo?
—No, pero arruinan tu bonito rostro.

Las mejillas del rubio adquirieron un leve tono carmín. Después de aquello ninguno pronunció palabra alguna hasta que llegó el autobús.

Durante todo el camino se la pasaron en silencio cada uno metido en su propio mundo hasta llegar a la cafetería la cual estaba casi vacía.

—Oh ya llegaron —dijo el más alto sonriendo mostrando sus blancos colmillos—. JR necesito que te quedes al rato para que me ayudes con...
—¿Y por qué no te ayuda Wonwoo?
—Bueno...—miró al azabache quien tenía un rostro muy serio y le entregaba su cambio a una chica de cabello largo y con caireles— digamos que pasó un pequeño asuntito y...
—Ya entendí —dicho esto se fue a cambiar.

•••••••••••••••

Eran cerca de las 12 de la noche y JR apenas iba llegando a su casa viendo que todo estaba completamente oscuro ni siquiera la televisión estaba encendida cosa que se le hizo extraña. Frunció el ceño y empezó a inspeccionar toda la planta baja sin encontrar rastro alguno de vida.

Subió las escaleras y revisó cada habitación hasta el baño. No había nadie, no sabía si sentirse en paz o angustiado. Su celular sonó indicando que era un mensaje. Leyó el contenido, entró a su habitación, guardó un par de prendas en otra mochila y salió de la casa rumbo a su pequeño departamento, pues no pasaría la noche en aquel lugar que sólo le hacía pasar malos momentos.

Al llegar fue directo a su dormitorio, dejó sus cosas y se acostó en su cama, estaba muy cansado pero antes de siquiera cerrar sus ojos dispuesto a dormir sacó su celular de la chaqueta. Se metió a su galería y contempló, como lo estaba haciendo últimamente, una foto del rubio quien sonreía dulcemente.

—Lindo...muy lindo —suspiró—, parece un ángel, un hermoso ángel...

NO ESTÁS SOLO [JREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora