CAPÍTULO 4

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Habían pasado dos días y por fin Ren caminaba decidido rumbo al lugar donde JR siempre se sentaba en la cafetería. Sus amigos lo miraban sorprendidos pues jamás pensaron que tan rápido se le quitara lo tímido. Los tres lo seguían de cerca, el rubio iba con un semblante serio, pero cuando estaba por llegar se detuvo de golpe.

**¿Qué esperas Ren? ¡Ya estás cerca! Sólo unos cuantos pasos más**-pensó el rubio.

Suspiró y caminó poco a poco sintiendo como su valor se había esfumado en segundos. Ahora estaba nervioso, sentía como sus piernas temblaban. Al estar frente a él carraspeo la garganta para llamar su atención.

-E-Este...amm..¿hola? -sonrió nervioso.
-Hola -respondió JR para luego continuar leyendo.
-Amm ¿puedo sentarme aquí? -el pelinegro asintió.

**¡NO PUEDE SER! ¡POR FIN LE HABLE! Y LO MEJOR, ¡ME CONTESTÓ! ¡KYA SOY TAN FELIZ!**-fue el pensamiento de Ren.

Ren miraba para todos lados, no sabía si preguntarle o no. Tragó saliva varias veces además de que no quería probar ningún bocado de su comida, ya que su estómago estaba hecho un revoltijo.

-J-JR...-el mencionado lo miró- e-este...-JR arqueó una ceja- y-yo...t-tú...b-bueno...ah me rindo -se golpeó la frente.

Empezó a comer, el pelinegro guardó su libro y miró fijamente al rubio quien comía demasiado rápido, pues Ren tenía en mente terminar e irse lo más pronto posible hasta que se atraganto. JR le dio pequeñas palmaditas en la espalda.

-¿Mejor? -Ren asintió- ¿Qué querías preguntarme? -el rubio se mordió el labio inferior- No hagas eso.
-Emm bueno yo, quería saber que te había pasado -dijo demasiado rápido que apenas el pelinegro logró entender.
-¿Querías? ¿Te? ¿Pasado? -preguntó confundido- Amm...-se puso a pensar tratando de descubrir que quería el rubio- oh, ¿quieres saber qué me paso? -Ren asintió nervioso- Ya veo, pues nada importante -se encogió de hombros.
-O sea, ¡¿tienes el labio roto y un gran moretón en el rostro y dices que nada importante?! -JR lo miró sorprendido.

**Genial no tartamudee, esto si que es un progreso y mejor estoy teniendo una conversación con él, es increíble que no me haya desmayado**-pensó Ren.

-Un asalto no es nada importante -habló en tono frío, sorprendiendo al rubio-. Después de todo no debería de importarte lo que me suceda a mi -se levantó, tomó sus cosas y se marchó.
-Todo iba tan bien -suspiró triste.

•••••

Baekho, Aron y Minhyun miraban a su amigo sorprendidos, en primera porque no creían de que en serio le hubiera hablado y en segunda por el tono que el pelinegro había usado.

-Ya Ren no estés triste -intentó consolarlo Minhyun-, tal vez él es así porque tu sabes que no está con nadie.
-Sí, no le tomes tanta importancia -se encogió Aron de hombros.
-Pero fue mi primer conversación con él, aunque fuera pequeña y me habló así, no fue bonito -hizo un puchero.
-Mira si sigues acercándote así con él tal vez pronto cambie su actitud -dijo Minhyun dándole ánimos.
-¿Tú crees? -su amigo asintió- De acuerdo, eso haré.
-Y hablando del rey de Roma -el pelinegro iba entrando con un semblante serio-. Vaya, ¿le habrá afectado mucho lo que dijiste Ren? -el rubio suspiró y apoyó su cabeza en el pupitre.

•••••

Ren esperaba a Minhyun en la entrada del salón pues éste se había quedado platicando con el profesor sobre su trabajo. El rubio estaba mirando sus pies hasta que vio que de repente aparecía otro par. Lentamente levantó la cabeza sintiendo cómo su corazón empezaba a latir cada vez más rápido.

-J-JR...-susurró.
-Amm yo venía a pedirte perdón por mi comportamiento de hace rato -dijo jugando con sus dedos-. No era mi intención, es sólo que...
-N-No te preocupes -sonrió-. Yo no debí haberme entrometido -JR negó.
-Eso no justifica mi actitud contigo, así que te pido perdón.
-Descuida -sonrió, JR le devolvió el gesto.

Ren hubiera caído al suelo de no ser porque estaba apoyado en la pared, si antes su corazón latía demasiado rápido ahora estaba seguro que terminaría saliéndose de su pecho, pues era la primera vez que veía a JR sonreír. Cada que lo miraba éste tenía un semblante serio, pero tranquilo, y por más que unas de sus compañeras se acercaran a el, él jamás les sonreía o devolvía el gesto.

Sintió sus mejillas arder y desvió la mirada. El pelinegro frunció el ceño al ver al rubio completamente rojo. Lo tomó por el mentón haciendo que Ren sintiera un cosquilleo en el estómago, quería gritar, bailar y hacer un sinfín de cosas.

-¿Estás bien? -preguntó preocupado JR- Estás muy rojo.
-N-No...e-es...n-nada...-tartamudeó, sentía cómo su cuerpo temblaba pues JR aún no lo soltaba del mentón.
-Mejor te llevo a la enfermería creo que aún está abierta.
-N-No, no es n-necesario.

En eso salió Minhyun molesto del salón, el rubio al ver a su amigo lo tomó del brazo y salió corriendo llevándolo casi arrastrando por los pasillos. Una vez que estaban ya muy lejos de la escuela se detuvo, empezó a regularizar su respiración mientras Minhyun estaba en el suelo casi muriéndose por la falta de oxígeno.

-Me puedes decir...-tomó una gran bocanada de aire- ¿por qué mierda salimos corriendo?
-Vamos por un helado y ya después te cuento -el castaño asintió.

•••••••••••••••

JR se había quedado de pie en el mismo sitio, estaba confundido por la reacción que había tenido el rubio. Se puso a recordar lo que había hecho para después darse un pequeño golpe en la frente.

-Creo que el tomarlo así del mentón fue muy atrevido -suspiró-. Bueno ya mañana le pediré disculpas.

Dicho esto camino rumbo a su trabajo. Durante el trayecto sólo podía recordar la sonrisa del rubio, el ver aquella bella sonrisa lo había hecho feliz después de todo lo que le había sucedido, después de mucho tiempo volvió a sonreír con sinceridad.

Al llegar a su trabajo se fue directo a cambiar pues en cinco minutos comenzaba su turno. Atendió cada mesa como siempre lo hacia. Después de unas horas su trabajo terminó, se fue a cambiar para luego marcharse a su casa. El cielo ya estaba oscuro, podía tomar el autobús, pero, como todos los días, se fue caminando pues no quería llegar a su casa tan pronto. Odiaba estar ahí, podía irse cuando quisiera, pero había algo en aquel sitio que detenía su partida.

Con pasos lentos caminaba por las calles mirando todo el paisaje de la ciudad. Se sentía tranquilo, en una enorme paz con tan sólo caminar así, pero para su desgracia aquella bella paz no duró mucho tiempo. Cerró los ojos antes de entrar a su casa, abrió la puerta sorprendiéndose por completo por lo que estaba viendo. Aventó su mochila, la rabia se había apoderado de él que no dudo y fue hasta aquellas tres personas que se divertían sin parar.

NO ESTÁS SOLO [JREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora