CAPÍTULO 31

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Ren buscaba a JR en el patio, su profesora de inglés no había asistido por lo que tenían las horas libres yéndose la mayoría a las canchas de fútbol, otros a la cafetería —entre ellos sus amigos — y otros al patio.

Llevaba diez minutos buscando a su novio hasta que lo encontró sentado debajo de un árbol con ambos audífonos puestos. Se acercó a él situándose en frente viendo que tenía sus ojos cerrados pareciendo que estaba dormido. Se puso en cuclillas sonriendo al ver lo tranquilo que aparentaba estar.

—¿Por qué no mejor me hablas? —aquello asustó a Ren quien terminó cayendo en el pasto— Hola Rennie —abrió sus ojos dedicándole una leve sonrisa notando el sonrojo que el rubio poseía en ese momento—, te ves lindo sonrojado.
—No es cierto.

Cubrió su cara con ambas manos, debía admitir que el escuchar aquel tierno apodo había hecho que su corazón latiera con fuerza golpeando su caja torácica. Además, ¿cómo no sonrojarse y más cuando la persona que amas te dice cosas lindas?

JR se acercó a Ren, tomó sus manos retirándolas de su rostro para besar su nariz sorprendiendo al contrario. JR le sonrió de nuevo para después unir sus labios con los ajenos deleitándose con su sabor empezando a recostar a Ren en el pasto quedando sobre él.

Soltó las manos del rubio para posarlas en su cadera mientras éste pasaba sus brazos alrededor de su cuello atrayendolo más hacia él profundizando el beso hasta que la falta de aire se hizo presente ocasionando que se separaran un poco haciendo que sus miradas se conectaran. Volvieron a unir sus labios encerrándose en su propia burbuja.

Una vez que se separaron de nuevo se abrazaron ocultando JR su rostro en el cuello del rubio tentado ha dejar una marca en el, pero lo único que hizo fue dejar un beso estremeciendo el cuerpo ajeno.

—Estoy muy cómodo sobre ti, ¿te lastimo?
—No —rió un poco, pues la respiración del pelirrojo le hacía cosquillas.
—No me arriesgaré —se sentó ayudándolo—. Creí que estarías con tus amigos.
—Yo quería estar a solas contigo —dijo avergonzado.
—¿Querías? O sea, que ya no quieres.
—No, no, no —negó con las manos—, quiero estar a solas contigo.
—Pues estamos solos —sonrió.

El pelirrojo apoyó de nuevo su espalda en el tronco del árbol y abrió sus piernas palmeando el espacio que había entre ellas dándole a entender al rubio que se sentase ahí. Ren hizo caso sentándose apoyando su espalda en el pecho ajeno. JR lo abrazó por la cintura poniendo uno de los auriculares en la oreja derecha del rubio y colocó su mentón en el hombro derecho de éste, ambos sumergiéndose en un silencio cómodo.

Sin embargo, por la mente de Ren empezó a pasar aquella conversación que había tenido con el pelirrojo una semana atrás, cuando Kaeun había llegado de la nada y lo había abofeteado.

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Lo tomó de la mano llevándoselo de ahí. En el camino ninguno decía algo, JR mantenía la cabeza agachada siendo mirado de vez en cuando de reojo por el rubio.

Tomaron un autobús pues irían a un sitio tranquilo donde nadie los molestase y pudieran platicar a gusto. Bajaron del transporte y caminaron unas cuantas cuadras hasta que se detuvieron frente a una puerta.

—Entra —habló Ren.

JR no lo miró, permanecía aún con su cabeza agachada e hizo caso adentrándose en el sitio bajo la atenta mirada del rubio quien lo tomó de la mano guiándolo a las escaleras. Al llegar a la planta alta entraron por la primer puerta que estaba cerca fue ahí cuando el pelirrojo se digno a mirar a su alrededor.

Ponte cómodo —le sonrió el rubio.
—¿Dónde estamos? —preguntó mirando la habitación.
—En mi casa —respondió con simpleza, ¿quieres algo de beber? —JR negó—, ¿algún bocadillo? —JR volvió a negar De acuerdo —cerró la puerta poniéndole seguro. Aquí podemos hablar tranquilamente, no está mi mamá y mucho menos mi hermano, siéntate —dijo sentándose en la cama dejando en el suelo su mochila.

Vio como JR dudaba en sentarse, pero lo hizo manteniendo su distancia y colocando su mochila en sus piernas. Ren suspiró y lo miró acercándose quedando a su lado, agarró la mochila poniéndola a lado de la suya. Tomó a JR del rostro viendo detalladamente los pequeños rasguños que tenía sintiendo una punzada en el pecho. Unió sus labios con los ajenos en apenas un roce para después atraparlos tímidamente en un beso lento y tierno.

—Perdóname —dijo una vez que se separaron—, no era mi intención evitarte, es sólo que estaba molesto, sin embargo, no era la manera de comportarme contigo.
—No te preocupes, lo entiendo perfectamente así que no hay nada que perdonar —le sonrió levemente. En todo caso, tu también perdóname hice lo mismo sólo que la diferencia es que yo no estaba molesto, sólo quería pensar y darte tu espacio.
—No hay nada que perdonar —sonrió dejando un corto beso en los labios del pelirrojo—. ¿Ahora me podrías decir qué pasó? —sabía que era difícil que JR le dijese, pero no perdía nada con intentarlo.
Kaeun había desaparecido por tres días, estaba preocupado —aquello sorprendió al rubio, no esperaba que de verdad le contase—. Siempre me avisa mediante un mensaje de texto o me deja una nota en mi habitación cuando se va a quedar a dormir en casa de su amiga, esta Nana, pero ahora no lo hizo y me preocupó por eso no fui a la escuela dos días...la estaba buscando. Sin embargo, el día de ayer tuve una riña con mi madre y supongo que se enteró, no como, pero lo hizo y bueno creo que eso explica las dos bofetadas que me dio.
—Fue una, no dos.
—No, fueron dos tal vez no viste la primera que me dio.
—Maldita bruja —aquello le causó gracia al pelirrojo. Es la verdad, tu preocupado y todavía ella te golpea, ¿qué clase de hermana es? —JR se encogió de hombros Fue verdad lo que le dije, así que no quiero que después te pongas en mi contra.
—No lo haré sonrió.

Volvieron a quedarse en silencio, JR miraba la habitación de su novio, el sitio era bastante cómodo. No era muy extravagante, pero era lindo las paredes de un color beige hacían juego con los muebles de madera y las sábanas de la cama.

—Me gusta tu habitación, es bonita.
Gracias.
—Ren...—lo tomó del mentón uniendo de nuevo sus labios.

Su mano bajó hasta la cintura del rubio apegándolo más a él hasta que fue recostándolo sobre la cama quedando encima de él sin llegar a más. Se miraron a los ojos viendo cada uno el brillo que poseía el otro.

—Te quiero Minki.
—Te quiero Jonghyun.

Se sonrieron para luego volver a fundirse en un beso demostrándose sus sentimientos.

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Unos labios succionando parte de su cuello lo sacaron de sus pensamientos, sintiendo poco después algo caliente y húmedo recorrer esa zona sacándole un pequeño jadeo al sentir que de nuevo era succionada.

—JR...
—Lo siento —dijo apartándose—, me fue inevitable —beso la marca rojiza—. Tengo hambre, vamos por comida —el rubio asintió.

Ambos se pusieron de pie yendo hacia la cafetería tomados de la mano. Ren quería saber más, retomar la plática de hace una semana, pero no lo haría, ahora esperaría a que JR por cuenta propia le contase pues sabía que había algo realmente terrible tras aquellos golpes y mirada solitaria.

NO ESTÁS SOLO [JREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora