CAPÍTULO 11 - DESCUBRIMIENTO - P2

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Capítulo 11 – Descubrimiento – P2

Me acerqué la puerta y la abrí, con un rápido movimiento la metí dentro.

- ¿Qué haces? -. Me pregunta con fiereza, pero pronto comprende lo que estoy haciendo.

Sus ojos cambiaron de color, a un rosa brillozo, mientras que los míos a un rojo oscuro. Sus colmillos, al igual que los míos, se expandieron.

- Vaya, y yo que creí que iba a ser la Reina, mi sueño se termina por una zorra -. Me dijo, clavando sus uñas en mi brazo.

- Oh, lo siento cariño -. Respondí, clavando mis uñas en su cuello.

- Si no me sueltas, te juro que te voy a matar -. Me amenazó.

Me reí, y relamí mis labios. Nuestra especie no vino al mundo para ser los mejores amigos del mundo, más bien, somos competentes entre nosotros. Y eso lo descubrí viviendo con Él, era imposible no volverme en contra de él, era imposible no tener la idea de matarlo, para ser la única, aunque nunca podría hacerlo realmente, me era imposible pensar en esa idea más de dos minutos. Pero lo que sentía en ese momento era distinto, la electricidad que recorría mi cuerpo me impulsaba a arrancarle la cabeza, quería destrozarla; y por su mirada, vi que ella sentía lo mismo.

Nos retamos con la mirada, aunque al final, nos terminamos soltando. Me crucé de brazos y la miré de arriba a bajo. Era rubia, menor que yo, su tez aún no estaba tan pálida como la que un vampiro tiene, y apestaba a humanidad aún, y no precisamente por no haber matado a alguien, era una Neófita, lo que me había pensar que, todavía podía tener momentos en los que podía perder el control.

- ¿Qué? ¿Te gusta lo que vez? -. Me preguntó, mientras se subía la falda y se sentaba en el inodoro para mear.

- ¿No tienes frío? -. Pregunté, al ver que no llevaba ropa interior.

- Siempre hay abrigo por ahí -. Respondió.

- Después me dices a mi zorra -. Le digo, entre seria y divertida. - Tienes al rededor de una semana de ser convertida, y se muy bien que nunca has ido a Hogwarts. Así que vayamos al grano, ¿quién eres y qué haces aquí? -. Le pregunté.

- ¿Qué tan vieja eres? -. Pero no respondí, así que acomodándose la ropa, continuó. - Mi nombre es Anabella Pixon, voy a Hogwarts porque me apetecía cambiar de aire. Tuve ciertos problemas con mi creador. Y quería alejarme de él por un tiempo. Era de Beauxbatons.

- ¿Debería preocuparme? -. Quise saber.

- ¿Por qué? ¿Por qué te deje sin diversión?

- Estoy hablando en serio, Anabella. Estudia, juntate con ellos, y todo lo que más quieras. Pero no cometas locuras, porque en cuanto lo hagas, juro que te clavo una estaca en el corazón. Nosotros no nos regimos por las leyes, así que nada de Azkaban o juicios sin sentido. ¿Lo entiendes, no? O ¿quieres que te lo dibuje?

Ella me miró con mala cara, incluso sus colmillos habían vuelto a salir, pero no le di importancia.

- No si yo lo hago primero -. Me retó ella.

- Soy más vieja que tú, perra -. Le dije, y salí del baño, teniendo la última palabra.

* * *

- No sé si voy a participar de la Cena de Bienvenida -. Dijo Ginny, mientras dejaba que Harry se encargara de todas sus maletas.

- ¿Qué tal si hacemos una noche de chicas? -. Le pregunté, ayudando al pobre Harry, junto con Ron.

- ¿Que traes en tantas maletas? -. Quiso saber con fastidio Ron.

- No, lo siento Hermione, pero pensaba echarme a dormir temprano -. Me respondió, ignorando a su hermano, y adelantándose.

Los tres nos miramos, pero ninguno dijo nada. Caminamos con tranquilidad hacia los carruajes, en donde subimos, pero ella no.

- No se que le pasa, desde que volvió no pasó nada... -. Comenzó Harry, pero después de ver la cara de Ron, apartó la mirada, sintiéndose incómodo al recordar de quien hablaba: la hermana de su mejor amigo.

- Por ahí es a causa de todo lo que sufrió... de las cosas que han pasado -. La excusó Ron.

Pero yo sabía la verdad, la observé durante el viaje, y vi una sombra detrás de ella, algo oscuro que se alimentaba de su esencia, y la hacía comportarse de aquella manera.

No sabía lo que era, ni podía intuir o especular que podía ser o no. Era la primera vez que lo veía, y para estar segura, necesitaba investigar un poco antes de hacer algo.

Pensaba pasar de la presentación también, pero al ver a mis amigos tan desahuciados y perdidos, por así decirlo, que me dio pena dejarlos solos, así que los acompañé. Esperamos que casi todos los alumnos ingresaran, así podíamos entrar con tranquilidad, sin ser atropellados por nadie. Pero en el momento en que entré, un olor repugnante me impregnó la nariz. Era como a pelo mojado y carne cruda, algo que nunca había olido, pero que me había descripto.

Giré la cabeza para ver de donde provenía, y mi mirada se encontró con la amarilla de un rubio que no pensé volver a ver. Supe al instante que mis ojos también cambiaron de color, y aunque nadie nos estaba prestado atención, aparté la mirada y cerré los ojos. Y seguí caminando, no iba a descubrirme por un sucio perro mugroso.

- ¿Qué sucede Hermione? -. Me preguntó Harry, al ver mi comportamiento.

Controlé mis sentidos y volví a abrir los ojos.

- Nada, sólo un repentino cansancio -. Le respondí, mientras sonreía.

Me senté en el banco, dándole la espalda, pero en todo momento, pude sentir sus ojos puestos en mi, otro problema más que debo indagar. Si sabía que me iba a tener que ser niñera de una cría con colmillos, y un perro con garras, no venía. 

Kill Me, Heal Me [Dramione] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora