CAPÍTULO 16 - LA MUERTE ANTE MIS OJOS - P2

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Capítulo 16 - La Muerte ante mis Ojos - P2

"- Los vampiros no somos inmortales de por vida. Tal vez no nos morimos con facilidad como los Humanos o los Animales, pero siempre habrá una forma o un objeto contundente, que nos marque de por vida o nos arrebate la esencia, conociendo así, la verdadera muerte."

Esto fue lo primero que recordé al abrir los ojos, y no entendía muy bien el porqué.

No sabía lo que había pasado, ni donde estaba. Me giré, y contemplé por un largo rato el cielo estrellado, sin luna a la vista, hasta que me senté y miré a mi alrededor.

Parecía el centro de un bosque, el bosque que rodeaba la Mansión de Él, un lugar muy conocido para mi.

Intenté recordar que había pasado, que estaba sucediendo; y al final lo hice. Recordé a Ginny y el Demonio, pero descarté la idea al ver de nuevo a mi alrededor, entendiendo que todo había sido un mal sueño, algo insignificante.

Sonreí ante la ironía del sueño y me levanté. Pero me detuve en seco, al ver que estaba vestida con el uniforme del colegio. No comprendía lo que estaba pasando, y una vez más, fui presa de la desesperación, porque al instante que fui consciente, la escena a mi alrededor cambió por completo.

El paisaje ya no era verde y cálido, era seco y frío. Olisquiee el aire y había un tufo como a quemado y podrido. Incluso la luna ya no estaba.

Cerré los ojos e intenté despertar, porque eso es lo que me había pasado, me había desmayado o al menos eso creía. Pero nada. Seguía en esta pesadilla. Podría salir del claro y adentrarme al bosque para poder encontrar una salida hacia él exterior, pero la idea que en verdad me hubiera aparecido físicamente en el lugar, me hacía quedarme quieta ahí, porque mi oportunidad de volver seguía casi imposible si me alejo.

Pero mi debate interno se acabó, cuando una presencia oscuro se apareció ante mi. Era la criatura más fea y maligna que alguna vez pudiera ver. Era el demonio.

Me sorprendió, podría haber realmente aceptado la idea que lo iba a ver, pero no quería aceptarlo. En seguida éste se abalanzó sobre mí, intenté usar mis reflejos de vampiros, pero fue inútil, me movía tan lenta como si fuera una humana otra vez, así que la criatura ni siquiera tuvo que esforzarse para capturarme entre sus esqueléticos pero fuertes brazos.

- Estás en mi mundo, y aquí, mando yo. Y tú, serás mi prisionera de por vida.

Intenté liberarme, luche con todas las fuerzas que me quedaban, incluso grité, pero todo fue inútil, porque al final, él me mordió. No fue cálido ni sentí aquella sensación agradable que solía sentir cuando mi padre me mordía; todo se volvió oscuro, y sentí como me arrancaba un pedazo de mi cuello, para luego dejarme caer con brusquedad al suelo.

Lágrimas caían de mis ojos, y deseaba con todas mis fuerzas morir, porque era consciente de que jamás iba acostumbrarme a semejante vejación.

- No morirás, nunca lo harás.

No se cuánto tiempo pasó, pero me levantó y volvió a morderme. Lo hacia una y otra vez, lo que pareció una eternidad.

Podía pensar que todo era una ilusión de mi mente trastornada al quedar en coma, pero el dolor, la perdida, todo era real, se sentía así.

Pero de pronto, en algún momento, todo cambió. La bestia me levantó y me miró a la cara. No tenía ojos, sus cuencas estaban vacías, pero aún así, podía sentir su pesada mirada en mi rostro.

- Aferrate a la esencia, acepta la oscuridad, sólo así podrás vivir -. Me dijo, clavandome sus garras en mi rostro.

- Estoy cansada -. Respondí, apartando la mirada.

- No, no lo estás. Sólo lo Imaginas. Si aceptaras la oscuridad éstas cosas no pasarían. No puedo meterme dentro de ti, si primero no me aceptas.

- ¿Qué?

- Aceptame, y esto parará, incluso te volverás imparable. Serás la más fuerte de todos.

Ya no tenía prácticamente conciencia, y cualquier cosa hubiera aceptado con tal de que todo acabara. Así que asentí con la cabeza. Con fuerza galo mi cabeza y me hizo mirarlo fijamente a aquellas oscuras cuentas. Me abrió la boca, y lo que pasó a continuación, no lo sé, sólo pude sentir como algo congelado recorría mi cuerpo.

Fue lo más asqueroso y repugnante que alguna vez sentí, pero a la vez, fue lo más reconfortante que alguna vez vuelva a sentir.

* * *

Kill Me, Heal Me [Dramione] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora