Kill Me, Heal Me [Dramione]

CAPÍTULO 19 - A LA LUZ DE LA LUNA - P2

Capítulo 19 - A la Luz de la Luna - P2

- ¿Por qué me hiciste poner pantalón, si no vamos a siquiera correr? -. Se quejó.

- Ya lo verás -. Respondí, llamando a mi lacayo.

Estábamos en el centro del bosque prohibido, un lugar alejado de las malas vistas y oídos débiles. La niña se dejó caer al suelo y comenzó a arrancar las hiervas del suelo. Una actitud bastante humana.

La estudié realmente, y pude darme cuenta, que a pesar del tiempo que fue vampiro, aún el olor a humana persistía en ella. Incluso los gestos son tan vulgares y sosos como humanos. Concluyó el Demonio.

Escuché como llegó Aaron y se acercaba a mi. Se arrodilló al frente de mi, y me ofreció su cuello.

- ¿Cómo has hecho eso? -. Me preguntó sorprendida.

- Se llama sumisión. Algo que te voy a enseñar en algún momento. Pero lo primero que voy a enseñarte, es Alimentarte correctamente y luego borrar ese recuerdo del humano.

- Huy, ¿vamos a compartir comida? -. Preguntó feliz, mostrando sus colmillos.

- Claro que no -. Respondí, sacando un fibrón maggel del bolsillo.

Hice que Aaron se quitara la camisa, y con el fibrón comencé a hacerles puntos en ambos lado del cuello, pecho y abdomen.

- ¿Por qué me enseñas esto? Ya se como morder, y solo eso me basta.

- No, en realidad no. Debes morder en el lugar correcto, de lo contrario, podrías provocar que el humano muera, o que vos, te envenenes con las oxitosinas que generas en el humano cada vez que lo muerdes mal.

Ella me miró y se acercó al lacayo, quien tenía una expresión tranquila, como si lo que estaba viendo y escuchando era lo más común del mundo.

- ¿Quién es? Esta muy bueno -. Comentó, pasando su manos derecha por el abdomen.

- Estudia los puntos, no a mi humano. Debería de buscarte a alguien...

- No, gracias, no soy mujer para un solo hombres.

- Pues deberás de hacerlo, no pienso dejar que muerdas a todo el mundo porque se te canta la vida.

Ya era noche cerrada cuando dimos por terminada la discusión.

- Está bien, ya veré que hago -. Concluyó, cruzándose de brazos. - Pero no prometo nada.

No pude responder, ya que  a lo lejos se escuchó el aullido de un lobo, seguido por otra cadena de aullidos.

- Corre al castillo -. Le dije a Aaron, y él lo hizo sin dudar.

- ¿Qué se supone que es eso? -. Preguntó la niña.

- ¿Qué creés que es? -. Respondí con otra pregunta, y Sonreí. - Sígueme.

Corrí hacia los aullidos, y cerrando mis ojos me concentré en la ubicación exacta de los lobos. Eran cuatro en total, y venían cargados de ferocidad hacia nosotras. Me desvíe del camino, hasta que los sobrepasé y me detuve. Me di la vuelta y esperé a que los lobos se dieran cuenta del engaño.

- ¡¿Qué estamos haciendo?! ¡Son hombres lobos! ¡Pueden matarnos!

- Pues disfrutemos del momento antes de que nos atrapen -. Respondí, sintiendo a la bestia de mi rasgando mi interior ante la emoción del peligro. - Calla, y escucha. Deja que todo te envuelva y comienza a diferenciar matices. Eres un vampiro, y como tal, no solo debes confiar en lo que tus ojos te muestran, sino en lo que tu oído, audición e incluso el tacto te quieren decir del objeto -. Le dije, acercándome a ella, y colocándome detrás. - Dime, ¿qué escuchas? -. Le pregunté en un susurró cerca de su oreja derecha. - Dime aquello que no puedes ver. Siente la tierra en tus pies, el aire en tu piel, las vibraciones en tu oído... Dime.

Me puse al frente de ella y vi como cerraba los ojos y relajaba sus hombros.

Volvimos a escuchar los aullidos de los lobos, y esta vez fueron aun más feroces. Podía sentir como daban la vuelta al descubrir el engaño.

- ¿Y? No podemos pasar toda la noche aquí -. Le dije, estaban cada vez más cerca.

- No puedo.

- Usa el viento a tu favor.

- Sigo sin comprender...

- Apurate o moriremos...

Las vibraciones estaban cada vez más cerca. Y si seguíamos en el mismo lugar, las cosas se iban a complicar... Y era una lástima, porque a la luz de la luna se podrían hacer mejores cosas que declarar una guerra de especies...

¡Al demonio! ¡Quiero mi guerra!

* * *