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No era posible, no podía creerlo, tal fue mi susto al verlo justo frente a mí que me quede helada, totalmente petrificada en mi lugar. Era muy parecido a un tritón pero sin los colores del arcoíris en sus ojos, y las escamas en sus brazos, no solamente tenía un bello color café claro.

Traía algo que cubría sus ojos, un objeto transparente, tenía los ojos totalmente abiertos, la sorpresa en ellos era clara, estiro su mano, idéntica a la un tritón normal, por un momento la curiosidad me hizo querer tocarlo pero aun seguía inmóvil del miedo de tener a uno de ellos frente a mí. El se acerca buscando tocarme pero yo me alejo por simple instinto de supervivencia, quien sabe que querría hacerme si me atrapara o quien sabe de qué males pueda contraer si lo toco. En nuestro pueblo siempre nos dijeron que los humanos eran peligrosos. Me alejo lentamente, cuando me doy la vuelta para irme siento que algo me detiene, giro para ver; El humano ha tomado la cola de mi ropaje y la jala en su dirección, al parecer intenta detenerme pero yo soy más fuerte que el ya que con un movimiento de mi pierna logro hacer que me suelte pero pronto vuelve a tomarla con ambas manos, vuelvo a patear su mano pero ahora no me suelta así que decido arrastrarlo por el coral.

Sonrío al ver que se aferra tanto como puede a mi ropaje. Cuando comienza a faltarle la respiración, hace todo su esfuerzo para mantenerse sujeto a mi ropa, me acerco rápido a una roca que aun no está cubierta por coral, paso tan cerca como puedo; el impulso de la velocidad de cuando me levanto hace que el también roce la roca afilada, es entonces cuando siento que mi velocidad aumento, ya no hay peso extra que mover, me giro para verlo.

Una delgada línea roja apareció en el agua, él extraño la estaba dejando tras de sí, al parecer su piel es mucho más delicada, ya que con tan solo un leve roce de la roca lo ha cortado. La mancha color escarlata se extendió en el agua.

Observé su lento recorrido hacia la superficie buscando la sombra de la cual salió. Al parecer si lo aleje demasiado de ella. La mancha de sangre que sale de su pierna se extendió lo suficiente para poder cubrirlo casi por completo en poco tiempo. Veo que saca la cabeza del agua e intenta mantenerse a flote, coloca una de sus manos en la pierna buscando la herida. "Lo lastime" pensé, "pero al fin es solo un humano, no importa" me digo a mi misma. Me doy la vuelta y me alejo con toda la tranquilidad del mundo, ya no que tenía nada de qué preocuparme, además de que con la herida no podría seguirme nunca aunque lo intentara o regresara a buscarme.

Busco de nuevo mi camino hacia la ciudad, cuando los veo acercarse en las profundidades a toda velocidad. Tiburones.

Los tres escualos se movían a toda velocidad con dirección al humano que estaba sangrando atrás de mí. No hice nada solo los vi pasar. Miro al frente, intento no pensar en la masacre que pronto tendría lugar justo sobre el agua. Veo que otros dos tiburones se acercan a lo lejos. Mi corazón comienza a palpitar rápido, intento despejar mi mente, pero ahora es casi imposible, me doy la vuelta buscando al humano herido, lo primero que veo es la enorme mancha roja que se extiende en la superficie y los tiburones acercándose a toda velocidad y listos para alimentarse. El humano estaba lejos se había acercado a su barco como había podido dejando una fina línea de sangre a su paso lo que sirve de rastro para los voraces escualos que lo acechaban.

Me contrario intentando quitar la vista para no presenciar el inminente ataque de los tiburones pero no puedo por alguna razón quiero ver que llegue sano y salvo a su barco aun cuando solo fuera un simple humano. Les grito a los tiburones que se alejen pero estos no me escuchan, estaban demasiado lejos y concentrados en su próximo alimento como para escucharme u olvidar sus instintos en especial uno tan básico.

Miro a los dos tiburones que se acercan y les ordeno que se alejen, pero no me obedecen al igual que los otros que estaban por atraparlo, entonces me adelanto y me atravieso a su paso. Ellos intentan evadirme pero rápido les ordeno con voz fuerte que den la vuelta, al principio no me obedecen pero vuelvo a gritarles esta vez con algo de enojo en mi voz, entonces ellos comienzan volar alrededor de mi esperando una nueva orden.

ENCADENADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora