ENCADENADA

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El centro de la ciudad como siempre es tranquilo, me gusta venir para poder observar a todos los demás pasar mientras yo me siento en algún lugar cerca de las fuentes de la antigua ciudad, al menos mi padre dice que eran fuentes y que alguna vez estas arrojaron agua, a mi me parece realmente increíble que una figura de roca escupiera agua de alguna forma, ahora son solo adornos para esta ciudad, son muchas estas fuentes y todas están esparcidas por la cuidad y algunas en los alrededores en las afueras, aunque algunas ya están casi totalmente cubiertas por coral o anemonas; los peces vuelan tranquilos por la ciudad, a la poca luz del sol donde nadie los molesta buscando su alimento, me quedo mirándolos, adoro ver sus colores y como algunos resplandecen cuando comienza a anochecer.

No soy la única observando el espectáculo fluorescente de los animales mientras el sol se oculta en lo alto de la superficie también hay algunos jóvenes tritones y sirenas, tendrán apenas unos setenta u ochenta años son apenas unos niños, jugando con los peces cerca de donde me encuentro, recuerdo cuando lo solíamos hacer Sarer y yo, nos divertíamos mucho juntas en aquellos días que ahora parecen tan lejanos, pero que ahora me da mucho gusto recordar gracias a estos hermosos espectáculos de luces nocturnos; los días de juegos de mi amiga terminaron cuando comenzó a ayudar a sus padres en la recolección de Miurm en los campos fuera de la ciudad, a decir verdad fue gracias a ese trabajo que se dio cuenta de mis escapes fuera de la ciudad, de no ser por eso hubiera tardado mucho más tiempo en descubrirme.

Conforme oscurece y algunos de los peces comienzan a refugiarse en las cercanías yo me quedo mirando los destellos que quedan y algunos cuantos peces comiéndolos, me pregunto si así se verán las "estrellas" de las que me hablo Darius y también mi padre alguna vez. "así se verán o se moverán" me digo a mi misma.

Probablemente si - escucho a alguien hablar pero no presto mucha atención además de que no es una voz conocida, mayor razón para no prestar atención e interrumpir mis pensamientos - ¿son hermosos no crees? - vuelve a hablarme pero esta vez de mucho más cerca, volteo para ver quién me habla, es joven tritón, como de mi edad, cabello corto y negro, las marcas de sus agallas se enrollan desde la base de su cuello a manera de collar, son tres líneas finas, nunca lo había visto antes, por alguna razón sus ojos me parecen un poco diferentes a los de los demás tritones, como si brillaran aun con la casi total ausencia de luz como nos encontrábamos solo alumbrados por la fluorescencia de los microscópicos animales; su cara afilada y de rasgos muy bellos incluso para un tritón, que por lo general ya son pero él lo es tan solo un poco más que los otros me llaman mucho mi atención incluso hace que me sonroje un poco al verlo, vuelvo a mirar los peces para evitar su mirada.

Se acerca a mí con un ágil movimiento de piernas, parece que el agua le abría paso para llegar a mí; me quedo callada, quedo tan absorta en su belleza que no se que responder a su pregunta.

Entonces también te parecen bellos - me dice con una voz muy dulce - pero no se llaman estrellas como les dijiste.

Si... lo son - le respondo, de forma entrecortada, su sola presencia me pone nerviosa, no entiendo el por qué, jamás me había pasado, ni siquiera cuando estoy con Darius, pero este tritón lo hace son tan solo decirme unas cuantas palabras - pero no estaba hablando de los peces - le aclaro.

¿Entonces de que estabas hablando? - pregunta el, por un momento no se que decir en verdad que me pone nerviosa su presencia; se coloca frente a mí y se inclina para mirarme, sus ojos se clavan en mi lo que aumenta mi nerviosismo, entonces recuerdo que fue lo que me dijo mi padre y le digo al tritón.

Las estrellas son... - por un momento dudo de mi propia respuesta pero aun así me atrevo a decirle - las estrellas son hermosas luces que brillan en la oscuridad de la noche.