ENCADENADA

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Estas segura que quieres seguir con esto Ameli!, tu sabes que no deberías hacerlo, está mal, sabes que no está permitido abandonar la cuidad y menos relacionarnos con ellos - Me dice mi amiga mientras intenta evitar a toda costa que salga de la cuidad como lo había estado haciendo hacia ya desde un mes atrás, ¿La razón?, muy sencilla, lo tengo que ver.

No molestes Sarer, en lugar de regañarme deberías ayudarme y guardar mi secreto, tu sabes que no puedo dejar de verlo cada vez que tengo oportunidad - Soy Ameli, una sirena, al igual que mi amiga Sarer; hemos crecido juntas ambas tenemos la misma edad. Ella tiene unos largos y lizos cabellos negros que ondean suavemente con el agua lo que resalta su belleza natural de sirena, en verdad es muy bella; bueno al igual que todas nosotras - así que por favor ¡déjame ir!, ¡por favor! Anda - le ruego.

Me quedo mirándola a la expectativa de su reacción - a mí un tanto loca petición - directo a sus ojos, los cuales al igual que todos los de nuestra especie tanto sirenas como tritones brillan con los colores del arcoíris. Mueve la cabeza en señal de desaprobación a mis acciones, pero a pesar de ello se hace a un lado dejándome pasar.

Vete, al fin eso es lo que quieres y al parecer va ser casi imposible hacerte cambiar de opinión - dice al tiempo que me abre paso. Con la mano me señala el camino hacia mar adentro, oportunidad que no voy a desaprovechar.

Tu si me entiendes - le digo - por eso eres mi mejor amiga - antes de irme le doy un fuerte abrazo y vuelvo a agradecerle, comienzo a mover las aletas de mí espalda y me alejo sin despegar la mirada de ella hasta que me ájelo lo suficiente. Cuando ella me da la espalda y se adentra en la ciudad, me doy vuelta y emprendo mi camino a toda velocidad.

Es una buena amiga, siempre me entiende y me apoya en lo que hago aun cuando ella misma no está de acuerdo con mis acciones, es por eso que la quiero mucho y la considero más que mi amiga, una hermana. Yo no tengo hermanas sirenas o hermanos tritones, ya que mi madre murió cuando yo nací así que solo tengo a mi padre que es un científico, de hecho uno de los más inteligentes que han existido desde que se creó la ciudad, él trabaja en los laboratorios del palacio. Crean aparatos con ciencia y magia, aunque él usualmente trabaja en casa.

Salgo de los límites de la ciudad y me adentro en el arrecife, el cual ahora conozco casi a la perfección ya que lo eh recorrido en muchas ocasiones en mis visitas a la superficie, pero aun así siempre me ha sorprendido con algo nuevo, incluso con algunos peces que no había visto hacia unos cuantos días por eso es que me encanta recorrerlo, incluso lo he hecho algunas veces solo para conocerlo mejor, pero hoy tengo que recorrerlo a toda prisa ya que voy un poco tarde a mi reunión y todo por la interrupción de Sarer, así que no me molesto en poner mucha atención a los detalles, sino en salir lo más rápido que pueda, así que vuelo lo más veloz que me lo permiten mis aletas para dirigirme a donde me encontrare con él. Cada vez que nos vemos lo hacemos siempre en el mismo lugar, es el lugar donde nos conocimos, y aunque no es un lugar muy alejado de la costa, me arriesgo a que me vean los humanos, pero el riesgo vale la pena, todo sea por verlo a él.

Mantengo la misma velocidad mientras me alejo cada vez mas de la ciudad de las sirenas, cuando por fin salgo del arrecife aumento más la velocidad, las aguas templadas como siempre en esta zona están calmadas, al menos bajo la superficie. Mis aletas comienzan a cansarse, bajo la velocidad, pero para no detenerme envuelvo mis piernas en la cola de mi ropaje y las uso como si fueran una cola de pez. Sigo mi camino aunque con un poco de lentitud, ahora puedo sentir el movimiento de las aguas un tanto más agitadas que antes. Señal de que estoy cada vez más cerca a la orilla. Decido echar un vistazo a la superficie. Busco el "barco" como él lo llama aunque para mí solo es un pedazo de metal flotante, miro hacia las superficie del agua en varias direcciones, al no verlo por ningún lado solo me queda seguir mi camino un poco más, lo cual significa: acercarme cada vez más a la orilla, lo cual me preocupa un poco ya que sería más fácil que los humanos me vieran.